ALICANTE.- Un hombre de 36 años ha fallecido cuando
trataba de abandonar un ferry que se encontraba amarrado en el Puerto de
Alicante a la espera de salir hacia Orán. El varón saltó desde la
cubierta de la embarcación y se golpeó la cabeza contra el suelo, según
han informado fuentes conocedoras del caso.
El incidente se produjo sobre las 22.20 horas de esta noche, cuando el
hombre, un ciudadano francés de procedencia argelina, se encontraba a
bordo de la embarcación, con destino a Orán, que permanecía atracada en
el puerto alicantino, y quiso bajarse de la misma saltando por la
cubierta.
A la vista de su intención, varios pasajeros le advirtieron del
peligro y le instaron a que no saltara, si bien el varón se lanzó hasta
el muelle y se golpeó en la cabeza al caer. Hasta el lugar de los hechos
se desplazó una ambulancia SAMU, cuyos efectivos sanitarios únicamente
pudieron certificar la muerte.
Igualmente, varias unidades tanto de la Guardia Civil como de la
Policía Nacional se movilizaron hasta las instalaciones portuarias,
donde sobre las 0.30 horas la autoridad judicial decretó el
levantamiento del cadáver.
El suceso provocó situaciones de "gran nerviosismo" en el resto de
pasaje, y llevó a algunos de los ocupantes del ferry a lanzar objetos
desde la borda, sin que las fuerzas de seguridad desplazadas tuvieran
que intervenir, según han detallado del Cuerpo
Nacional de Policía.
Los cerca de 900 pasajeros que permanecen desde el pasado martes en el ferry amarrado en el Puerto de Alicante a la espera de salir hacia Orán vivieron momentos de "pánico" este miércoles por la noche, cuando uno de los viajeros falleció al intentar salir del buque saltando desde la cubierta, según ha detallado el gerente de la compañía TMS, concesionaria de la terminal marítima de Alicante.
El hombre, un ciudadano francés de 36 años de procedencia argelina, primero tiró una bolsa de deporte hasta el muelle, e instantes después intentó alcanzar sin éxito una pasarela, pero cayó desde una altura cercana a los siete metros y se golpeó la cabeza, lo que le provocó la muerte al instante.
"No sabemos por qué saltó, desconocemos si fue un acto de polizonaje o es que quería permanecer en España", ha comentado el representante de TMS, quien ha recordado que cuando el resto del pasaje vio el cadáver "se produjo una reacción humana de pánico" en el barco. "Cuando retiraron el cuerpo, la situación se calmó", ha añadido.
En el momento de los hechos, los pasajeros llevaban 24 horas dentro del buque, acomodados en camarotes con literas. "Es un barco muy cómodo, con capacidad para 1.300 personas, que dispone de espacios muy amplios que ayudan a aliviar la situación de agobio", ha asegurado el portavoz de TMS.
Una vez embarcados, los viajeros se rigen por las normas vigentes en aguas internacionales, conforme a las cuales está previsto un protocolo de intervención en caso de una emergencia. No obstante, según ha detallado el responsable de la concesionaria, "hay unos procedimientos de sellado y control de pasaportes que impiden salir del buque de manera caprichosa".
Tras lo ocurrido, el director de la compañía consignataria, Romeu y Cía, Antonio Muñoz, ha visitado la terminal, y ha establecido un dispositivo para que los pasajeros que lo deseen "puedan abandonar el barco durante unas horas", con la condición de regresar antes de las 17.00 horas de mañana jueves, y partir a Orán por la noche, si las condiciones meteorológicas lo permiten.
Este buque debería haber llegado el pasado jueves al Puerto de Alicante procedente de Marsella, si bien el mal estado de la mar retrasó su llegada hasta el martes pasado. Ese día, desembarcaron unas 600 personas y subieron otras tantas, hasta completar el actual pasaje de unas 900 personas y 248 coches que permanecen en el barco a la espera de partir con destino a Orán.
No obstante, el temporal de viento obligó de nuevo a suspender la salida hacia Orán, cuyo puerto, al igual que el de Argel, continúa cerrado por rachas de viento de hasta nueve puntos de fuerza, según ha detallado el gerente de la concesionaria.
"Cuando se trata de tráfico marítimo con pasajeros, la seguridad es lo más importante", ha subrayado el mismo portavoz, quien ha defendido que "son situaciones incontrolables, pero si acontecen, no se puede ser inconsciente ni consentir que un barco con pasajeros salga a la aventura del mar".
Los cerca de 900 pasajeros que permanecen desde el pasado martes en el ferry amarrado en el Puerto de Alicante a la espera de salir hacia Orán vivieron momentos de "pánico" este miércoles por la noche, cuando uno de los viajeros falleció al intentar salir del buque saltando desde la cubierta, según ha detallado el gerente de la compañía TMS, concesionaria de la terminal marítima de Alicante.
El hombre, un ciudadano francés de 36 años de procedencia argelina, primero tiró una bolsa de deporte hasta el muelle, e instantes después intentó alcanzar sin éxito una pasarela, pero cayó desde una altura cercana a los siete metros y se golpeó la cabeza, lo que le provocó la muerte al instante.
"No sabemos por qué saltó, desconocemos si fue un acto de polizonaje o es que quería permanecer en España", ha comentado el representante de TMS, quien ha recordado que cuando el resto del pasaje vio el cadáver "se produjo una reacción humana de pánico" en el barco. "Cuando retiraron el cuerpo, la situación se calmó", ha añadido.
En el momento de los hechos, los pasajeros llevaban 24 horas dentro del buque, acomodados en camarotes con literas. "Es un barco muy cómodo, con capacidad para 1.300 personas, que dispone de espacios muy amplios que ayudan a aliviar la situación de agobio", ha asegurado el portavoz de TMS.
Una vez embarcados, los viajeros se rigen por las normas vigentes en aguas internacionales, conforme a las cuales está previsto un protocolo de intervención en caso de una emergencia. No obstante, según ha detallado el responsable de la concesionaria, "hay unos procedimientos de sellado y control de pasaportes que impiden salir del buque de manera caprichosa".
Tras lo ocurrido, el director de la compañía consignataria, Romeu y Cía, Antonio Muñoz, ha visitado la terminal, y ha establecido un dispositivo para que los pasajeros que lo deseen "puedan abandonar el barco durante unas horas", con la condición de regresar antes de las 17.00 horas de mañana jueves, y partir a Orán por la noche, si las condiciones meteorológicas lo permiten.
Este buque debería haber llegado el pasado jueves al Puerto de Alicante procedente de Marsella, si bien el mal estado de la mar retrasó su llegada hasta el martes pasado. Ese día, desembarcaron unas 600 personas y subieron otras tantas, hasta completar el actual pasaje de unas 900 personas y 248 coches que permanecen en el barco a la espera de partir con destino a Orán.
No obstante, el temporal de viento obligó de nuevo a suspender la salida hacia Orán, cuyo puerto, al igual que el de Argel, continúa cerrado por rachas de viento de hasta nueve puntos de fuerza, según ha detallado el gerente de la concesionaria.
"Cuando se trata de tráfico marítimo con pasajeros, la seguridad es lo más importante", ha subrayado el mismo portavoz, quien ha defendido que "son situaciones incontrolables, pero si acontecen, no se puede ser inconsciente ni consentir que un barco con pasajeros salga a la aventura del mar".
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