Joan Ignasi Pla ha dimitido como secretario general de su partido en el País Valenciano porque no tenía otra salida. En Moncloa y en Ferraz estaban deseando que se fuera, de manera que su despedida ha sido pura formalidad. Claro que se va dolido, profundamente dolido con sus compañeros de partido, y puede que algún día les devuelva la tarjeta de visita.
Dice el refrán que no hay peor cuña que la de la propia madera, y eso suele ser bastante evidente en todos los órdenes de la vida, y por tanto también en el seno de los partidos. El caso Pla es un ejemplo.
Al hasta ahora máximo dirigente del socialismo valenciano le tenía ganas algunos de sus compañeros de partido, tantas ganas como para "filtrar" caritativamente a los medios de comunicación que Pla no había pagado una obra realizada en su casa sino que al parecer la había asumido una empresa constructora con intereses en toda la comunidad.
Joan Ignasi Pla ha dado unas explicaciones confusa de porque no ha abonado aún los más de setenta mil euros de la obra en cuestión, que si hay un conflicto entre quien él contrató para hacer la obra y la constructora en cuestión, que si no sabía nada y eso lo llevaban desde su ámbito familiar... El caso es que los políticos, lo mismo que la mujer del César, no solo deben de ser honrados sino parecerlo y Pla ha quedado en entredicho a cuenta de la obra, por ahora, impagada.
Solo hay que ver las ganas que le tienen en su partido al escuchar la frase contundente de José Blanco instándole a dar explicaciones y a pagar. Blanco ha puesto un abismo de distancia con Pla, mostrando lo poco que le importa el porvenir de su compañero de partido, que mire usted por donde, hasta ahora era el "hombre" de Zapatero y de él mismo en la Comunidad Valenciana.
En realidad a Joan Ignasi Pla ya le tienen amortizado en la sede del PSOE porque, dicho sea de paso, ha ido de fracaso en fracaso electoral y, además, no ha logrado pacificar el partido en el País Valenciano, donde hay "familias" por todas partes.
Así que Joan Ignasi Pla se ha quedado sin futuro político y solo le queda procurar no molestar demasiado a los dirigentes de Ferraz, con Zapatero en cabeza, para salvar lo que pueda de la "quema".
Pla ha metido la pata, no se sabe si algo más, con esto de tener facturas sin pagar en manos de un constructor, y sus correligionarios han aprovechado para colocarle en el disparadero con la ayuda inestimable de algunos compañeros de viaje, como otros hicieron en ocasiones anteriores. Lo dicho, no hay peor cuña que la de la misma madera.
Dice el refrán que no hay peor cuña que la de la propia madera, y eso suele ser bastante evidente en todos los órdenes de la vida, y por tanto también en el seno de los partidos. El caso Pla es un ejemplo.
Al hasta ahora máximo dirigente del socialismo valenciano le tenía ganas algunos de sus compañeros de partido, tantas ganas como para "filtrar" caritativamente a los medios de comunicación que Pla no había pagado una obra realizada en su casa sino que al parecer la había asumido una empresa constructora con intereses en toda la comunidad.
Joan Ignasi Pla ha dado unas explicaciones confusa de porque no ha abonado aún los más de setenta mil euros de la obra en cuestión, que si hay un conflicto entre quien él contrató para hacer la obra y la constructora en cuestión, que si no sabía nada y eso lo llevaban desde su ámbito familiar... El caso es que los políticos, lo mismo que la mujer del César, no solo deben de ser honrados sino parecerlo y Pla ha quedado en entredicho a cuenta de la obra, por ahora, impagada.
Solo hay que ver las ganas que le tienen en su partido al escuchar la frase contundente de José Blanco instándole a dar explicaciones y a pagar. Blanco ha puesto un abismo de distancia con Pla, mostrando lo poco que le importa el porvenir de su compañero de partido, que mire usted por donde, hasta ahora era el "hombre" de Zapatero y de él mismo en la Comunidad Valenciana.
En realidad a Joan Ignasi Pla ya le tienen amortizado en la sede del PSOE porque, dicho sea de paso, ha ido de fracaso en fracaso electoral y, además, no ha logrado pacificar el partido en el País Valenciano, donde hay "familias" por todas partes.
Así que Joan Ignasi Pla se ha quedado sin futuro político y solo le queda procurar no molestar demasiado a los dirigentes de Ferraz, con Zapatero en cabeza, para salvar lo que pueda de la "quema".
Pla ha metido la pata, no se sabe si algo más, con esto de tener facturas sin pagar en manos de un constructor, y sus correligionarios han aprovechado para colocarle en el disparadero con la ayuda inestimable de algunos compañeros de viaje, como otros hicieron en ocasiones anteriores. Lo dicho, no hay peor cuña que la de la misma madera.
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