DENIA.- La sección segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha desestimado el recurso interpuesto por la empresa Moraira Acuicultura, S.L., que solicitaba la autorización para instalar una granja marina en el litoral de Moraira. La sentencia advierte de que la actividad de la piscifactoría generaría una degradación ambiental progresiva del litoral, revela hoy "Levante".
La sentencia recoge que la resolución del director general de Pesca de 2004 denegó el permiso solicitado por dicha entidad para la instalación de un establecimiento de acuicultura para la cría de lubina y dorada en el litoral de Moraira.
Aquella resolución indicaba que la «actividad liberará en el entorno próximo de la costa, sin control ni tratamiento previo, una importante cantidad de residuos orgánicos generando un riesgo de contaminación de las aguas y los fondos marinos y, como consecuencia, la degradación ambiental progresiva de un sistema del litoral de extraordinaria importancia ecológica y paisajística» .
Sin embargo, la entidad demandante alegó que la denegación suponía un agravio comparativo respecto de otras dos instalaciones también ubicadas en la comarca de La Marina y dedicadas al cultivo de dorada y lubina. La empresa argumentó que esas dos piscifactorías marinas habían sido autorizadas con estudios de impacto ambiental similares.
Pero el TSJ (en la imagen) ha dictaminado ahora que «no existe agravio comparativo con otras instalaciones dado que las características de los fondos y su afección sobre zonas colaterales es necesario evaluarlas en todos los casos y la actividad solicitada puede afectar a zonas de gran interés ecológico» .
El pleno de Teulada ya en 2003 informó desfavorablemente la granja marina. El consistorio alertó de que la ubicación afectaba a un tramo litoral calificado como Lugar de Interés Comunitario (LIC) por la existencia, entre otros, de ecosistemas de praderas de posidonia oceánica. Incidencia en la claridad del agua.
Además, el ayuntamiento aseguró que el lugar elegido por Moraira Acuicultura, S.L., se hallaba muy próximo a la costa y en un punto de gran visibilidad submarina. Por tanto, la proliferación de desechos orgánicos hubiera alterado la claridad del agua y provocado una importante contaminación del medio marino.
Aquel acuerdo de pleno se envió a la Dirección Territorial de Agricultura, Pesca y Alimentación, que pidió a la Conselleria de Territorio y Vivienda que evaluara el impacto ambiental de la piscifactoría.
En febrero de 2004, la Dirección General de Gestión del Medio Natural emitió la declaración de impacto, que fue contundente. Consideró que la actividad de la granja marina liberaría en las inmediaciones de la costa y sin control ni tratamiento previo una importante cantidad de residuos orgánicos. Y estos residuos podrían afectar a la calidad del agua y a los fondos marinos y degradar un sistema litoral de extraordinaria importancia ecológica y paisajística.- (EPI)
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