"Las únicas indicaciones del ministro fueron ocuparme de coordinar los vuelos y los aviones para traerme cuanto antes los cadáveres pero sobre las identificaciones no se habló nada en absoluto", señaló Beltrán durante su comparecencia, en la que detalló que el encargo del ministro se produjo en la zona 'vip' del avión en el que las autoridades se trasladaron hasta el lugar de accidente.
Beltrán también explicó que acudió a Trabzon (Turquía) como representante del Ejército del Aire y que se quedó hasta el día 28, cuando se produjo la repatriación de los cuerpos, porque Trillo le dijo que se quedaba "más tranquilo" si él permanecía al frente de la misión.
Según explicó, la tarea de los reconocimientos recayó en exclusiva en Navarro, aunque en todo caso no consideró que este asunto pudiera dificultar las tareas de repatriación. "Yo estaba dispuesto a traerme los cadáveres como estuvieran. Que estuvieran o no identificados no era un impedimento para traérmelos, siempre y cuando fuera legal", dijo.
En la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional contra tres militares por la identificación errónea de los cadáveres, Beltrán señaló hasta en dos ocasiones que el principal acusado, el general de Sanidad Vicente Navarro, le dijo que todos los cuerpos estaban identificados, a pesar de que pudo deducir "de la lectura del acta de entrega" que redactaron las autoridades turcas que existían 30 cuerpos que no habían sido identificados.
No obstante, indicó que durante la firma del acta, que calificó de "documento turco preparado por los turcos y con las condiciones que pusieron los turcos", no se trató el asunto de la identificación de los cadáveres ni tuvo constancia en ningún momento de los reproches que Navarro hizo a las autoridades locales por sus dudas en los 30 identificaciones que a la postre resultaron erróneas. "Estuve asesorado por el general Navarro, que me dijo: 'Cadáveres nuestros hay 62 y los 62 están identificados'", dijo.
El teniente general explicó que, a pesar de que nunca habló con Navarro de las dificultades que se estaban produciendo en las tareas de identificación, firmó el acta de entrega junto al general Navarro porque iba a "viajar con los cadáveres" y en aquel momento "le pareció lógico firmar". En este sentido, indicó que un intérprete realizó "una sucinta traducción" del acta de entrega y que, en concreto, "le señaló párrafos" al general Navarro.
El único intercambio de opiniones que tuvo con Navarro sobre las identificaciones se produjo en la noche del día 27, cuando éste le advirtió que tenían "un problema muy serio" porque había un cadáver sin identificar que la delegación ucraniana, nacionalidad de los miembros de la tripulación que fallecieron en el accidente, no aceptaba como suyo. "El general estaba completamente seguro de que ese no es nuestro y al final los ucranianos aceptaron el cadáver", dijo.
En otro momento del interrogatorio, uno de los letrados de la acusación se hizo eco del contenido del acta en la que se admitía que 30 de los cadáveres pertenecían "a soldados españoles" pero que desconocían sus identidades. "¿A usted le leyeron este acta?", preguntó el abogado a Beltrán.
"Eso no nos lo leyeron, se lo debió inventar el teniente que elaboró la información", replicó el testigo, quien aseguró no recordar "nada" sobre ese tema. Asimismo, en otra fase de su declaración añadió que apenas tuvo contacto con las autoridades turcas y destacó la "dificultad" que entrañaba trabajar con Navarro por su carácter.
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