El dispositivo puede aplicarse tanto en zonas áridas como en aldeas remotas de África, o formar parte del equipo de supervivencia en lanchas de salvamento.
Se trata de un aparato que consigue condensar la humedad atmosférica por enfriamiento de la superficie en contacto con el aire húmedo, cuando alcanza en su superficie la temperatura del punto de rocío. Las pruebas realizadas han conseguido una media de entre 40 y 60 gramos de agua por noche, una cantidad de agua "considerable, si tenemos en cuenta que se consiguió con un aparato de 0,8 metros cuadrados de superficie", según explica el profesor José Luis Gutiérrez.
Si se colocan varios aparatos juntos, o de mayor tamaño y con unas condiciones atmosféricas favorables, se puede alcanzar un mayor volumen de agua, ha explicado el investigador, quien ha aclarado también que la utilización de la técnica de condensación "es antigua". De hecho, hay datos que se remontan al siglo VI antes de Cristo, en Theodosia (actualmente Feodosia, en Crimea, Ucrania), ciudad en la que los griegos construyeron un condensador de rocío atmosférico para satisfacer sus necesidades de agua.
En países como la India, se utilizan superficies planas para condensar el vapor de agua de la atmósfera que posteriormente se utiliza en el riego. Lo novedoso en el diseño de este aparato es favorecer el enfriamiento orientando las superficies a la ventana de la atmósfera, lo que mejora su eficacia a la hora de condensar más agua.
"Se ha construido un molde de latón sobre el que se aplican materiales de poliéster y fibra de vidrio. El recubrimiento de la superficie de condensación se ha resuelto, con pintura de dos componentes de pigmentación blanca", explica Gutiérrez.
Este diseño permite recoger el agua condensada en un recipiente o dirigirla al terreno a través de tuberías para regar árboles en su primera fase de crecimiento. En zonas áridas de África, la disponibilidad de terreno es amplia y los dispositivos de estas características pueden hacer viable una agricultura de mínimos.
Otra posible aplicación que destaca José Luis Gutiérrez sería "formar parte del equipo de las lanchas de salvamento marítimo, ya que en caso de naufragio, al menos nos aseguramos que durante la noche se podría condensar algo de agua para no morir de sed".
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