VALENCIA.- El resultado de las elecciones generales
celebradas este domingo ha dejado muchas incógnitas por resolver a corto
plazo. Evidentemente, el foco se pone ahora en los apoyos necesarios
que debe recabar el socialista Pedro Sánchez para ser
presidente del Gobierno, toda vez que su resultado de 120 escaños -tres
menos que en abril- son claramente insuficientes para repetir en La
Moncloa, según analiza Valencia Plaza.
Así, todas las miradas se
dirigen hacia los posibles acuerdos que el PSOE pueda alcanzar con otras
fuerzas políticas para llegar a la mayoría absoluta de 176 diputados o,
en su defecto, la simple que debería producirse en una hipotética
segunda votación.
No obstante, del
resultado arrojado este domingo por las urnas también pueden realizarse
otras interpretaciones respecto a asuntos fundamentales para la
Comunitat Valenciana. Uno de ellos, sin duda, es el de la tan
reivindicada reforma del sistema de financiación que vienen exigiendo
todos los partidos políticos con representación en Les Corts excepto
Vox. Cabe recordar que el actual modelo de reparto, pendiente de
renovación desde 2014, perjudica especialmente -esto ha sido reconocido
por el Ministerio de Hacienda- a la Comunitat Valenciana.
El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, ha
adoptado distintas posiciones en los últimos meses sobre esta cuestión.
Aunque el marco general es, tal y como reivindica su compañero de
partido y presidente de la Generalitat, Ximo Puig,
reformar el sistema cuanto antes, los plazos nunca han terminado de
estar claros. Así, por citar algunos de las últimas menciones sobre este
asunto, Sánchez afirmó en un mitin celebrado en València a principios
de octubre que si ganaba acometería la reforma "en los próximos cuatro años".
Semanas después, en el acto central de campaña celebrado en Mislata no
llegó siquiera a mencionarlo, situación que corrigió días atrás en el
último mitin en suelo valenciano que tuvo en Castellón el pasado jueves.
Más
allá de las dificultades lógicas que conlleva la reforma de un modelo
que afecta a todas las Comunidades Autónomas (CCAA) excepto a las que
gozan de un régimen especial como País Vasco y Navarra, lo cierto es que
los resultados del 10N no invitan al optimismo para el Botànic II
formado por PSPV, Compromís y Unides Podem.
Así, la entrada de más fuerzas
nacionalistas y regionalistas de otros territorios auguran negociaciones
más complejas de las que ya existían en la Cámara Baja. Más aún cuando
varios de estos partidos como Teruel Existe o los gallegos BNG pueden
considerarse representantes de la 'España vaciada' que reivindican un
mayor peso de factores como la dispersión poblacional o el
envejecimiento -la Comunitat se centra en su mayor cantidad de
habitantes- a la hora de elaborar el reparto.
A
ello hay que sumar que en el Congreso de los Diputados se mantienen
otras fuerzas que siguen en esa línea, como el caso del PRC cántabro o
que tienen otras particularidades como la insularidad, caso de Coalición
Canaria. Unas formaciones que, en términos absolutos, son más fáciles
de contentar que la Comunitat Valenciana puesto que su población es
menor y las reivindicaciones resultan, por así decirlo, más 'baratas'
para el Gobierno central.
Por si fuera poco, los comicios arrojaron
un refuerzo de los partidos nacionalistas e independentistas vascos,
como PNV y EH Bildu, lo que les mantendrá como fuerzas políticas con una
posición negociadora potente. Todo ello sin hablar de las fuerzas
independentistas catalanas: ERC, Junts y la CUP, cuyos votos también
pueden resultar decisivos salvo que exista un, a día de hoy difícil,
acuerdo entre PSOE y PP.
Con este
escenario, y al margen de la presión que pueda ejercer el presidente de
la Generalitat, Ximo Puig, y sus 10 diputados valencianos en el
Congreso; solo quedará como influencia a favor de la reforma del sistema
-en lo referido a los posibles socios de Sánchez- los cuatro
parlamentarios de Unides Podem -todo dependerá de la posición de fuerza
que quiera adoptar Pablo Iglesias sobre este asunto- y el diputado de Més Compromís, Joan Baldoví, que a priori debería contar con el respaldo de los otros dos escaños logrados por Más País, el partido de Íñigo Errejón.
Un balance total que huele a inferioridad por parte de la
representación valenciana en lo que se refiere a una remodelación
urgente del sistema que beneficie a la Comunitat.
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