ALICANTE.- La recreación literaria de la vida y
sentimientos de una examante de Picasso, un relato sobre la desaparición
de una mujer y la labor de una inspectora, y el descubrimiento en un
municipio de Alicante de un caso corrupción urbanística, son los
argumentos de tres de las diez novelas finalistas que aspiran al Premio
Azorín 2013, dotado con 68.000 euros, y que este próximo jueves se
entregará en la capital alicantina.
Las obras que se disputarán el galardón, que celebra su edición
número 37, han sido presentadas este martes en rueda de prensa por el
diputado de Cultura, Juan Bautista Roselló, y por el director de
Comunicación del Área de Relaciones Externas de Grupo Planeta, Carlos
Creuheras, quienes han indicado que este año se han presentado al
certamen un total de 97 escritos, dos menos que en 2012.
Así, las finalistas son 'Hormigas en Sincairén', de Andrés Botella
Soria, procedente de Alicante; 'Alla prima', de Queta García
(Barcelona); 'La salvaje inocencia', firmada bajo el seudónimo Gloria
Julián Cécil, cuya procedencia no ha sido especificada; 'La orilla
perdida', de Julián Saudí Viejo (Toledo); y 'La luz pasajera',
presentada bajo el seudónimo Desmond Angell (Villena, Alicante).
Además, competirán por el premio 'El otro lado del lienzo',
remitida con el seudónimo At last! (Guadalajara); 'El laberinto de la
mente', también presentada con el seudónimo Ángel Robles (Sevilla); 'El
tiempo del magnesio', firmada con el seudónimo Jane Wellesley (Jaén);
'Consejos y dudas (sobre antropología) para el uso de viajeros y
residentes en tierras salvajes', elaborada, igualmente, bajo el
seudónimo Claude Lévi-Strauss (Las Palmas), y 'Cuando la batalla esté
perdida y ganada', del autor José María Velasco Lázaro, llegada desde
Madrid.
En cuanto a sus argumentos, 'Hormigas en Sincairén' se ambienta en
un pueblo abandonado tras la Segunda Guerra Mundial, que cobra vida a
través de las páginas de una novela cuya autora es descendiente de uno
de sus últimos habitantes. Por su parte, en 'Alla prima', de género
policíaco, entran en juego una mujer desaparecida, una sagaz inspectora,
un pintor trasnochado, su maestro y unos pinceles mágicos.
'La salvaje inocencia' recrea, mediante una joven escritora, la
vida y los sentimientos de una examante de Picasso tras su ruptura
sentimental en el París de 1930; mientras que 'La orilla perdida'
traslada al lector hasta el Tánger de 1955, donde un abanico de
entrañables personajes se dan cita en una ciudad tan ansiosa como ellos
de libertad y de una vida nueva.
Junto a ellas, la obra 'La luz pasajera' presenta a un
protagonista acechado por un pasado asfixiante que decide escribir sobre
los hechos acaecidos en su pueblo veinte años atrás, al tiempo que en
'El otro lado del lienzo' una joven pintora se somete a una sesión de
hipnosis en la que consigue revivir su pasado en la Florencia del siglo
XIX como el gran amor de Alessandro Boticelli.
La también finalista 'El laberinto de la mente' gira sobre el
poder de la mente y las enfermedades psiquiátricas más habituales,
vistas a través de los ojos de los profesionales que las tratan; y 'El
tiempo del magnesio' presenta a una joven fotógrafa que, junto a
Lincoln, convierte sus fotos en instrumento de denuncia a favor de las
libertades sociales y la dignidad humana, sin atender a razones de raza o
sexo.
Por último, 'Consejos y dudas (sobre antropología) para el uso de
viajeros y residentes en tierras salvajes' plantea las verdades y
mentiras de un aristócrata con pretensiones antropológicas envuelto en
la magia y el simbolismo de Sierra Leona, durante la dominación
británica del siglo XIX, y 'Cuando la batalla esté perdida y ganada'
relata cómo en un municipio de Alicante aflora un caso de prevaricación y
cohecho que lleva a la detención de un concejal de Urbanismo, chivo
expiatorio de una trama de corrupción mucho mayor.
Roselló ha explicado que para la selección de esta decena de
novelas se ha tenido en cuenta la decisión conjunta de dos comisiones
lectoras constituidas a tal efecto, y que representan a la Diputación de
Alicante y a Editorial Planeta, en calidad de organizadores del premio.
En total se han presentado 97 obras, de las que 71 proceden de
España, una de un país de Europa que no se ha especificado, 10 de
América del Norte, seis de América del Sur, y otra más de América
Central, al tiempo que otras ocho no han indicado su origen.
Sobre las remitidas desde territorio español, 17 lo han hecho
desde Madrid, 14 desde Alicante, y ocho desde Barcelona, si bien también
hay representantes de Sevilla --cinco--, Valencia --cautro--, Cádiz y
Granada --tres--, o Huesca, Jaén, Las Palmas y León, con dos cada una de
ellas.
El diputado, que actuará como presidente del jurado que elija al
escrito ganador, ha resaltado el "buen" nivel de los aspirantes, su
"calidad", que ha calificado de "muy alta", y la "gran variedad" de las
temáticas elegidas por los autores.
Además de Roselló, el jurado lo forman los escritores Juan Eslava
Galán, Nativel Preciado, Lola Beccaria y José Ferrándiz Lozano, que
estarán acompañados por el catedrático de Lengua Literaria y crítico
Manuel Cifo González; la directora adjunta de Editorial Planeta, Marcela
Serras Güell, y la jefa de Servicio del Departamento de Cultura de la
Diputación alicantina, María José Argudo Poyatos, que actuará como
secretaria sin voto.
Por su parte, Creuheras ha resaltado que a lo largo de su
historia, las obras ganadoras del Premio Azorín han conseguido
"encontrar el apoyo unánime de la crítica, con auténticas perlas
entusiastas, y del público", al tiempo que ha incidido en que es un
galardón con un "nivel de exigencia muy alto", y un "nivel literario
elevadísimo".
En este sentido, y al ser preguntado por los periodistas sobre las
novelas que habían logrado un mayor respaldo por parte de los lectores,
ha indicado que la que más difusión ha obtenido es 'El penúltimo
sueño', de Ángeles Becerra, que se impuso en 2005; seguida de 'Cielos de
barro', escrita por Dulce Chacón, y que resultó vencedora en 2000.
Por lo que respecta a la gala, Roselló ha expuesto que se
celebrará este próximo jueves en el Auditorio de la Diputación de
Alicante (ADDA). Así, ha señalado que, al igual que en 2012, se
desarrollará una ceremonia "digna y sencilla", en la que la "austeridad
estará presente, pero sin afectar al objetivo del acto, que es premiar y
dar visibilidad al ganador".
Igualmente, tanto el diputado como Creuheras han asegurado que la
organización del certamen intentará contactar con los autores que han
empleado seudónimos para presentar sus obras para que estén presentes en
la entrega del premio. "Esperemos que se identifiquen y podamos
invitarlos, haremos un esfuerzo por procurar que vengan", ha añadido el
director de Comunicación del Área de Relaciones Externas de Grupo
Planeta.
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