ALICANTE.- Sonia Castedo, lucense de nacimiento pero alicantina por
los cuatro costados, analiza para ABC sus retos de futuro al frente de
la Alcaldía y deja claro que no se siente condicionada por su imputación
en el «caso Brugal».
-La próxima semana, el PPCV
celebrará su anunciada convención política, en la que está prevista la
asistencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Hay quien
considera que, por su situación procesal, en Génova no entusiasma su
presencia. ¿Tiene previsto ir?
-Sí. No solamente voy a ir, sino que me han llamado del partido para que por favor no falte.
-¿De qué «partido»?
-Del PP provincial, que es el que se encarga de coordinar
la presencia de dirigentes de Alicante. Ah, y la semana pasada durante
el acto de aniversario de Fabra, el secretario general regional, Serafín
Castellano, me dijo que el 7 y 8 de junio nos veíamos en la convención.
-¿Piensa por tanto salir en la foto con Rajoy?
-Sí, claro, pero es que nunca se planteó nada en sentido contrario.
-¿Y
para la llegada del AVE a finales de junio, le ha dicho alguien que no
acuda, o que prefiere que no sea alcaldesa a esas alturas?
-No, al contrario. Lo que me han dicho es que intentarán
concretar la fecha a la mayor brevedad posible para que lo pueda meter
en agenda, porque saben que son unos días muy complicados, al estar en
Hogueras. De hecho, desde el Ministerio me concedieron una entrevista
con el presidente de Renfe, que vino a Alicante la semana pasada. Para
preparar el acto, tener un primer contacto…
-¿Al
margen de la convención o de la llegada del AVE, alguien de Génova la
ha llamado para decirle que piense en dimitir por su imputación en el
«caso Brugal»?
-Vamos, no. Jamás. No solamente no han llamado, sino que tengo que decir que la última vez que estuve con un ministro,
con García-Margallo, me dio mucho ánimo. Jamás he recibido ninguna
llamada, y cuando he coincidido con algún dirigente nacional del
partido, han sido respetuosos, como lo han sido siempre.
-En
su última entrevista con ABC, en septiembre de 2012, dijo que se sentía
algo abandonada por parte de determinados dirigentes del partido.
¿Sigue sintiendo lo mismo?
-Concretamente, dije que me sentía sola. Y tengo que
admitir que desde que lo dije, me siento mucho menos sola. Esas personas
me trasladaron que, a lo mejor, no se daban cuenta de que no sentía su
apoyo, y que tampoco pueden estar pendientes las 24 horas del día de
todos y cada uno de los que formamos parte del partido, aunque lo
intenten. Ahora me siento muy acompañada y muy apoyada, sobre todo por
quienes más directamente me tocan, que son mi presidente provincial,
José Císcar, y mi secretario general, José Juan Zaplana. También,
lógicamente, por la dirección regional, aunque el contacto es menos
directo.
-¿Y por Fabra?
-Sí, sí, también. La última vez que estuve con él fue aquí
el sábado de la semana pasada, en la proclamación de la Bellea del Foc, y
aparte de hablar de todo, porque siempre hablamos de todo, me dijo:
«Dime cuándo quieres que venga en Hogueras para estar contigo, que me
tengo que organizar la agenda».
-¿Y cuándo será eso?
-No se lo puedo decir todavía.
-A
cuenta del debate sobre su situación procesal y su futuro, se ha
comenzado a especular con que un grupo de concejales está preparando su
relevo. ¿Sospecha de algún edil que quiera moverle la silla?
-No, en absoluto. Además, mis concejales están muy molestos
con este tipo de comentarios, porque consideran que van encaminados a
envenenar el funcionamiento del grupo. Le pese a quien le pese, este es
un grupo muy unido, que trabaja mucho por esta ciudad, y va a seguir
trabajando por esta ciudad. No hay nada ni nadie que pueda enturbiar el
funcionamiento del grupo municipal popular en el Ayuntamiento.
-¿Cree que la oposición vive del «caso Brugal» y está olvidando su función?
-Obviamente. La oposición no hace nada, y quiero decir
nada. No han hecho ni una sola propuesta para esta ciudad. Es más, se
encargan de intentar dinamitar propuestas que puedan surgir en beneficio
de Alicante. Pero no entro en ese juego, no me interesa. Yo prefiero
tener una oposición como la que tengo.
-IU
ha intentado en dos ocasiones recusarla para que no participe en
adjudicaciones a Enrique Ortiz por su relación personal, que usted ha
admitido. ¿No cree que algo de razón tienen?
-No, no puedo admitir que tengan razón, en absoluto. Porque
entonces nadie podría ser alcalde de esta ciudad. Alicante es muy
pequeña. Claro que conozco a Ortiz, como conozco a Joaquín Rocamora, de
Alicante Urbana, o a Rafael Martínez, de CHM. Claro que conozco a
muchísimos empresarios. Eso no sirve para recusarme, porque no tengo una
amistad íntima. Que, por cierto, me gustaría saber qué intencionalidad
le da IU al término «íntima», porque solo me faltaba que estuvieran
sugiriendo una doble lectura. Solo pido que miren si se le beneficia o
no.
-Le acaban de adjudicar la recogida de residuos por 260 millones.
-Pero no a Ortiz, sino a una empresa que está participada
por Ortiz en un 30%. Pero es más, es que no se ha presentado ninguna
otra. Mire, los informes los hacen los técnicos, y valoran las ofertas
en base a unos pliegos que también hacen los técnicos. Yo no llego luego
y digo: «al margen de lo que digan los informes, quiero que le
adjudiques esto a Ortiz». ¿Qué creen, que vivimos en «Los mundos de
Yupi»?
-¿Por qué, después de que la hayan imputado en el «caso Brugal», sigue adjudicándole contratos a Ortiz?
-Porque hay informes técnicos y valoraciones que marcan
cuál es la empresa a la que hay que adjudicarle un contrato. La
valoración no la realizamos ni yo ni los concejales, sino los técnicos.
¿O qué creen, que con amenazas van a conseguir que se adjudique a quien a
ellos les interesa?
-¿Quiere
decir que hay un interés oculto por parte de la oposición en que
determinados contratos no solo no vayan a Ortiz, sino que sean para
empresas concretas?
-No puedo decir eso. Por si acaso me imputan otra vez.
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