ALICANTE.- El Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio (Aiju) ha
desarrollado unos nuevos filamentos para impresión en 3D con propiedades
antisépticas que incrementan la higiene de los juguetes que comparten
los niños en ludotecas, guarderías o salas infantiles de hospitales.
Según un comunicado de Aiju, estos filamentos tienen otra notable
característica y es que pueden simular juguetes fabricados en madera y
dar a cada objeto un aspecto más similar al que imitan.
"Esta acción se ajusta a la demanda del sector del juguete, que
cada vez con mayor frecuencia requiere productos que simulen sus
homólogos reales a los que representa y, en casos delimitados, con
funcionalidades especiales para ser utilizados en ámbitos especialmente
sensibles", indica la nota de prensa.
Además, la elevada capacidad de innovación en diseño y los
requerimientos de personalización del sector pueden ampliarse
notablemente con la introducción de tecnologías de impresión 3D.
En concreto, esta investigación surge de un proyecto, denominado
Amfab, cuyo objetivo es la obtención de un sistema integrado de
fabricación avanzada de piezas funcionales y/o personalizadas para cada
sector industrial mediante la utilización de un modelo por deposición en
fundido, una de las tecnologías de impresión 3D.
De esa manera se desarrollan nuevas formulaciones con materiales
poliméricos funcionalizados, filamento apropiado para su procesado y
herramientas de diseño para esta tecnología.
El técnico responsable del proyecto en Aiju, Francisco Valera, ha
explicado que, en la actualidad, "la fabricación de productos mediante
técnicas tradicionales conlleva un alto coste".
"Sin embargo, la introducción de técnicas de impresión 3D
permitirá la personalización de un juguete determinado por parte del
usuario e, incluso, dotarle, por ejemplo, de un aspecto madera o de
propiedades antisépticas para su uso en entornos específicos", ha
señalado Valera.
Durante este año se espera desarrollar nuevos filamentos técnicos
con propiedades fotocrómicas o termocrómicas (que cambien de color por
la acción de la luz y el calor, respectivamente) para el desarrollo de
nuevos prototipos del sector del juguete.
El proyecto Amfab está financiado por el Instituto Valenciano de
Competitividad Empresarial (Ivace) y cofinanciado con fondos Feder.
Aiju se fundó en 1985 en la localidad alicantina de Ibi y ahora
cuenta con 586 empresas asociadas de distintas actividades, de las que
la mitad pertenece a la industria juguetera.
Ese porcentaje convierte al citado instituto en la organización
de ámbito nacional con mayor número de empresas asociadas del sector y
un auténtico referente.
El resto de las mercantiles opera en sectores como el de la
puericultura, pequeño electrodoméstico, automoción, transformación del
plástico, eléctrico, moldes y matrices, y productos infantiles, entre
otros.
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