Wittkowski, exjefe de Bioestadística, Epidemiología y Diseño de Investigación de la Universidad Rockefeller, advirtió que “la influenza ha sido rebautizada como COVID-19 en gran parte”.
Según las cifras de los CDC, la tasa acumulada de pruebas positivas de influenza desde finales de septiembre hasta la semana del 19 de diciembre fue solo del 0,2 %, en comparación con el 8,7 % del año anterior.
Según Wittkowski, esto se debe a que muchas infecciones de gripe se etiquetan incorrectamente como casos de coronavirus.
“Puede haber una gran cantidad de casos de influenza incluidos en la
categoría de ‘presunto COVID-19’ de personas que tienen síntomas de
COVID-19 (con los que se pueden confundir los síntomas de la influenza),
pero no se les hace la prueba del ARN del SARS”, dijo Wittkowski al Just.
Esos pacientes pueden “también tener algo de ARN del SARS en la nariz mientras están infectados con influenza, en cuyo caso se ‘confirmaría’ que la influenza es COVID-19”, agregó.
Wittkowski desafía la noción de que las máscaras y el distanciamiento social han resultado en una caída en los casos de gripe, afirmando que los virus de la gripe y el COVID-19 son “más similares de lo que la gente quiere reconocer”.
“La gente sabe que todos usan máscaras y se distancian, por lo que la gente quiere pensar en cosas buenas al respecto”, dijo.
En lugares como California y Pensilvania, donde el uso de máscaras es más común, los casos de COVID-19 han seguido disparándose.
Como señala Just the News, “Los datos indican que más de nueve de cada 10 estadounidenses en la mayoría de los estados usan máscaras en público con regularidad; esos números han estado por encima del 80% desde principios del otoño. Sin embargo, las pruebas positivas promedio de COVID-19 se han multiplicado casi siete veces desde el pico de primavera”.
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