"No cabe la menor duda de que así será", declaró Putin, que calificó sus planes como "absolutamente claros" y "nobles". El mandatario ruso ha acusado a Occidente de haber estado alimentando el ultranacionalismo en Ucrania, donde según reconoció está ocurriendo "una tragedia" en un mundo que es "más complejo que durante la Guerra Fría".
Putin cree que Ucrania se ha desviado de los acuerdos alcanzados en las conversaciones de paz en Estambul y que las negociaciones están en un "callejón sin salida". Según su punto de vista, el final de su "operación militar" depende ahora de la intensidad de los combates.
Sobre las sanciones, Occidente no entiende que las condiciones difíciles "unen al pueblo ruso", reflexionó el jefe del Kremlin, que reconoció que el daño a la economía rusa podría aumentar "a medio y largo plazo".
En todo caso, "es imposible aislar severamente a alguien en el mundo
moderno, especialmente en un país tan vasto como Rusia". Al contrario,
su previsión es que la inflación y el alza de los precios de los
alimentos y la gasolina pronto comenzarán a presionar a los políticos en
Occidente.
En cuanto a las imágenes de los cadáveres esparcidos
por la ciudad ucraniana de Bucha, confirmadas por capturas de satélite
cuando las tropas rusas todavía estaban allí, Putin aseguró que eran
falsas.
Putin, que había sido omnipresente en la televisión rusa
en los primeros días de la intervención para luego casi desaparecer tras
la retirada de Rusia del norte de Ucrania este mes, ha presentado los combates como una confrontación inevitable con Estados Unidos, que según él amenazaba a Rusia al entrometerse en su patio trasero.
Putin alertó de nuevas oleadas de inmigrantes que también llegarán a Occidente. Aseguró que el objetivo principal del ataque a Ucrania es ayudar a las Repúblicas Populares de Donbás, que Moscú ya ha reconocido. El líder ruso aseguró que se vio obligado a hacerlo porque las autoridades de Kiev, empujadas por Occidente, se negaron a cumplir con los acuerdos de Minsk para una solución pacífica.
Putin ha vuelto a denunciar el genocidio en Ucrania. Y asegura que sólo era cuestión de tiempo que fuese Kiev la que atacase: "A Ucrania habían empezado a convertirla en un puesto de avanzada contra Rusia, habían empezado a cultivar las semillas del nacionalismo y el neonazismo, que estaban allí desde hace tiempo. La colisión con estas fuerzas era inevitable. Solo estaban eligiendo el momento de atacar. Y los acontecimientos posteriores muestran el profundo nazismo que ha brotado allí".
Putin recordó que las negociaciones con Ucrania comenzaron en gran parte gracias a Alexander Lukashenko, presidente de Bielorrusia. Según Putin, Minsk es ahora perfecta como plataforma de negociación. Al lado del líder ruso, Lukashenko se preguntó "por qué demonios se preocupa la gente tanto por las sanciones".
Ambos líderes están más unidos que nunca. La anterior visita del presidente bielorruso a Rusia tuvo lugar el pasado 11 de marzo, con los soldados rusos ya avanzando en Ucrania y utilizando territorio bielorruso como retaguardia. Ambos conmemoraron el Día de la Cosmonáutica, visitando los líderes de ambos países el cosmódromo Vostochni en la provincia del Amur (extremo oriente ruso),
Mientras Occidente prepara nuevas sanciones, Putin advirtió de que los intentos de aislar a Moscú fracasarán, recordando el éxito del programa espacial soviético como evidencia de que los rusos pueden lograr avances espectaculares en condiciones difíciles. "Si nuestros socios [occidentales] empeoran la situación, ellos mismos sentirán las consecuencias", advirtió a los países 'sancionadores'.
Putin concluyó que "el blitzkrieg económico" de Occidente ha fracasado. Moscú seguirá buscando cooperación con los aliados que le quedan. A partir de ahora, Rusia y Bielorrusia crearán conjuntamente la infraestructura espacial que necesite el país en sus futuros proyectos.
Obreros e ingenieros, y también empresas y compañías de Bielorrusia tendrán la posibilidad de participar en el desarrollo de la ciudad de Tsiolkovski y del cosmódromo Vostochni. Putin quiere asegurar la "infraestructura que garantiza al Estado de la Unión [Rusia y Bielorrusia] el acceso al espacio", dijo.
Rusia tiene la intención de retomar su programa lunar y lanzar la misión Luna-25, demostrando al mundo que Rusia es una superpotencia que no necesita a nadie. Los principales objetivos son perfeccionar las tecnologías de aterrizaje suave en zonas polares y realizar una exploración del área designada cerca del polo sur de la Luna.
Ambos jefes de Estado vieron cómo marchan las obras de construcción de una rampa de lanzamiento y hablaron con pilotos-cosmonautas y trabajadores del cosmódromo. Lukashenko y Putin analizaron todo el conjunto de las relaciones de Rusia y Bielorrusia, dos países hermanados por las sanciones y su pulso con Occidente.
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