VALENCIA.- El portavoz de Economía del PSOE en el Congreso de los Diputados, el valenciano Ricard Torres, está impulsando un manifiesto "por el cambio en el socialismo valenciano", que reclama la convocatoria urgente de un Congreso extraordinario del PSPV-PSOE que dé paso a "nuevas caras".
El manifiesto, que se está repartiendo para su firma por todas las comarcas de Valencia, Alicante y Castellón con el objetivo de recabar "el mayor número posible de apoyos", propone que se haga un "ejercicio de autocrítica en el seno del socialismo valenciano" que sirva para reconocer los errores cometidos y no volver a repetirlos.
"Si no somos capaces de realizar ese ejercicio, perderemos toda credibilidad ante los ciudadanos de la Comunitat Valenciana", afirma el texto, en el que se aboga por la necesidad de un cambio en el socialismo valenciano tanto "de personas" como de "proyecto", ya que ambas cosas "van indisolublemente unidas".
Según el manifiesto, "el cambio debe empezar por nuestro modelo de partido, por nuestra organización", y añade que "hacer lo que se dice y decir lo que se hace, es clave en nuestro modelo de partido", para lo cual el PSPV "debe defender, en primer lugar, los intereses de la Comunitat Valenciana", por encima de los intereses de partido.
El texto apunta la necesidad de "tener voz propia", de contar con "nuevas caras" y de "abrir las puertas de este gran proyecto a nuevas personas, a nuevos equipos y a nuevos líderes", y asegura que "los socialistas valencianos no podemos perder ni un minuto más" y solicita "\u00A1Congreso extraordinario ya!".
Asimismo, afirma que "tenemos que ser capaces de construir una alternativa de futuro para todos que dé respuestas a cuestiones tan importantes como la vivienda, la inmigración y la cohesión social", y que permita la prestación "eficaz" de servicios públicos, como la sanidad o la educación, "superando así las desigualdades actuales que se dan en nuestra Comunidad".
Además, reclaman "una alternativa que ofrezca una política de seguridad integral; una gran inversión en recursos humanos y muy especialmente en el ámbito de la innovación y el conocimiento. Una alternativa que favorezca una política ejemplar en materia de urbanismo y medio ambiente".
El anuncio de esta iniciativa se produce un día después de que el secretario general del PSPV-PSOE, Joan Ignasi Pla, afirmara que no repetirá como candidato a la dirección del partido y que se mantendrá en el cargo hasta el próximo congreso ordinario, y que el alcalde de Alaquàs (Valencia), Jorge Alarte, se postulara para sustituirle.
Ricard Torres, que es coordinador de los diputados socialistas valencianos en Madrid, está considerado próximo al ex ministro de Administraciones Públicas y diputado nacional por Castellón Jordi Sevilla.
Las circunstancias en las que se encuentra la ejecutiva del PSPV en este momento hacen muy complicado que se pueda aguantar un año en la actual situación.
Tras el anuncio realizado por Ignasi Pla de que no optará a la reelección como secretario general, la situación en que se queda la dirección del partido es de interinidad evidente. La ejecutiva tiene fecha de caducidad, ha sido desautorizada por los electorales tras el batacazo del 27-M y hasta uno de sus miembros, Jorge Alarte, ya ha mostrado su disposición a optar a la secretaría general.
En la práctica, el anuncio de Alarte de sitúa al PSPV en periodo precongresual. Alargar ese proceso durante un año, con unas elecciones generales de por medio, constituye una estrategia suicida que entrega la victoria electoral en esos comicios al PP. Un secretario general que no lo va a seguir siendo, un aspirante a candidato haciendo campaña orgánica y un ex ministro ‘avalado’ por Madrid pero que razonablemente no será candidato en las generales –si es que quiere dedicarse a la política valenciana– no parecen los mejores mimbres para una campaña electoral reñida, en la que Zapatero se juega su futuro político.
La convocatoria de un congreso extraordinario, además, no vendría mal a nadie. Alargar el ‘papelón’ de Pla como líder del partido sólo deteriora su imagen y la del propio PSPV. Sevilla no puede esperar meses y meses a que se convoque el congreso. Y Alarte difícilmente se pasará un año recorriendo comarcas con unas generales por medio.
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Aunque muchos socialistas quitaban importancia al gesto de Rodríguez Zapatero en favor del ex ministro Jordi Sevilla para que dirigiera el PSPV, éste ha sido, sin duda, el elemento detonante de una nueva crisis en el seno del socialismo valenciano, que deberá concluir, en un principio, en verano del 2008 con la elección de una nueva dirección.
Así lo anunció el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, que no dudó en enviar más de un mensaje en esta materia durante la rueda de prensa en la que se justificó ante «las especulaciones y dudas generadas el pasado viernes con el comentario del presidente». Anunció que no volverá a optar a la secretaría general «porque es bueno y necesario que haya cambios de caras y de personas al frente del nuevo proyecto con el que la federación valenciana encarará la cita electoral del 2011».
Hoja de ruta
No obstante, reiteró que «se va mantener la hoja de ruta del PSPV», aprobada por el último comité nacional. «Nadie romperá su compromiso con los militantes del PSPV hasta el próximo congreso ordinario, de julio del 2008, para hacer todo lo posible para ganar las elecciones generales del próximo año», destacó el todavía secretario general, en alusión a quienes plantean la necesidad de abordar ya la sucesión de Pla.
El dirigente del PSPV tomó la decisión de anunciar su marcha tras mantener un contacto telefónico con José Blanco y no poder contactar directamente con Rodríguez Zapatero, a pesar de su presencia en el complejo de La Moncloa el pasado lunes. En su conversación, según fuentes socialistas, el aún líder del PSPV mostró sus «desconcierto» por lo ocurrido en los últimos días, que entraba en contradicción con lo solicitando anteriormente a Blanquerías, lo que «ha provocado un profundo terremoto político en el seno de la federación socialista valenciana».
Además, según las mismas fuentes, influyó en la decisión la idea del alcalde de Alacuás, Jorge Alarte, de convocar una rueda de prensa para dar un paso hacia adelante y anunciar su candidatura a la secretaría general, como hizo una hora después de la comparecencia de Pla, que contó en su rueda de prensa con la presencia casi al completo de la dirección, salvo el presidente, Diego Maciá, que no tuvo tiempo para desplazarse desde Elche.
Pla también garantizó que «la actual dirección socialista velará por el respeto a las reglas del juego y la neutralidad que le corresponde a un partido democrático para que el proceso que culminará en el congreso ordinario, en el que habrá que cambiar a personas caras y definir un proyecto para ser claramente alternativo al del PP en el 2011, que se desarrolle con total tranquilidad y la máxima participación y capacidad de la militancia para decidir».
Descartó cualquier posibilidad de dimisión, «que no entra en mis planes por respeto a los ciudadanos y militantes», y reiteró que «nadie impondrá al PSPV cuándo hacer las cosas: se convocará el congreso ordinario cuando toque, pues una dirección se elige para cuatro años, y ahora toca trabajar para dar una respuesta leal y clara a los 850.000 ciudadanos que votaron a los socialistas, y volcarse y activar la maquinaria electoral del partido para garantizar una buena campaña de cara a las generales».
Sobre la posibilidad de que el ex ministro de Administraciones Públicas Jordi Sevilla opte a secretario general de los socialistas valencianos, dijo estar convencido de que, «si quiere, va a ser una persona representativa en el futuro del proyecto socialista». En su opinión, «hasta el momento sólo existe una decisión de Zapatero, que conlleva que deje de ser ministro, y un deseo». Y ello «no refleja más que una querencia por una persona que tiene capacidad intelectual, gran valía desde el punto de vista político y que es miembro de esta dirección, por lo que hay que considerarla en su justa medida y eso es lo que hemos hecho».
Respecto a las aspiraciones del alcalde de Alacuás, Jorge Alarte, para sucederle en la secretaría general del PSPV, señaló que «se va a respetar a todos», pero advirtió de que, «hasta que no se convoque el congreso, no hay candidatos». Mostró su «respeto total y absoluto» hacia su decisión y expresó su convencimiento de que «va a trabajar en la línea que marca la hoja de ruta de la dirección socialista, porque, precisamente, Jorge Alarte es miembro de la dirección del partido que aprobó unánimemente eso».
El primer edil de Alacuás, tal y como tenía previsto el pasado martes, compareció ante los medios para anunciar su candidatura a dirigir el PSPV, pero cambió algunos de los argumentos programados, recogiendo el guante lanzado por Joan Ignasi Pla al optar por mantener el calendario aprobado por la ejecutiva. No obstante, no cerró totalmente la puerta a un congreso extraordinario, aunque incidió en que «la prioridad son las elecciones generales». Señaló que «el inicio del proceso congresual no será negativo para el resultado electoral, sino que permitirá ilusionar a ciudadanos en la órbita socialista, desanimados tras los últimos resultados, por lo que cuantos más más candidatos haya, mejor que mejor».
Alarte realizó estas declaraciones en un céntrico hotel de Valencia, con escasa presencia de militantes, salvo la alcaldesa de Quart de Poblet, Carmen Martínez. Defendió un discurso propio centrado «en la autonomía política» de la federación valenciana, tanto hacia la dirección federal como respecto a otras formaciones políticas: «Cada vez que hemos ido con otros nos ha ido muy mal, nuestro proyecto debe ser más amplio que la izquierda plural y debe llegar al centro izquierda político».
Alarte cree que el problema del PSPV en los pasados comicios fue la falta credibilidad sobre sus propuestas: «Los valencianos no nos creen», dijo el edil, quien llegó a sentenciar ante numerosos micrófonos «que falta valentía para vender lo que hacemos», en referencia a proyectos como la Copa del América, cuya responsabilidad era del propio Jordi Sevilla, «donde el Ejecutivo central ha apoyado con abundantes inversiones sin que la sociedad valenciana se haya enterado, incluso piense que no lo ha apoyado cuando ha sido un proyecto socialista». Se interpretó como una crítica al ex ministro. El edil socialista no dudó en hacer un guiño al actual líder del PSPV: «Ha hecho un buen trabajo de pacificación del partido, al que le falta el remate de prepararlo para ganar las elecciones y de creer en la victoria».
En los congresos socialistas, una de las claves para obtener la victoria es contar con el apoyo de las comarcas y de las respectivas familias y clanes que pueblan el PSPV. Jorge Alarte también propone un cambio del mapa interno socialista «más allá de las tradicionales familias», y anunció: «Quiero un proyecto para todos los militantes».
Anunció su «intención» de visitar a todas las comarcas y reunirse «con la mayor parte de militantes» para presentar su propuesta. Según señaló a este diario, ya ha mantenido contactos con el alcalde de Elche, Alejandro Soler, así como con los secretarios generales de Alicante, Roque Moreno, y de Valencia, Rafael Rubio, que, en opinión del aspirante, «se han mostrado muy interesados en el proyecto».
Mientras esto ocurría, el ex ministro de Administraciones Públicas y candidato de la dirección federal, Jordi Sevilla, rehusó ayer valorar los últimos acontecimientos ocurridos en el PSPV-PSOE.
De "La Verdad"
L a guerra interna del PSPV acabó ayer por bloquear la elección del portavoz socialista en la Diputación. Ni Roque Moreno ni Antonio Amorós, a 24 horas de constituirse la institución provincial, tienen asegurado ocupar el primer escaño de la bancada socialista. La cúpula de Ignasi Pla, pese a su evidente debilidad y en un intento de frenar la rebelión, amenazó ayer con expedientes de expulsión a los diputados provinciales que rechazan a Roque Moreno, secretario general de la ciudad de Alicante y bendecido por Blanqueries para el puesto, como portavoz en la corporación; y que, por contra, respaldan la continuidad de Antonio Amorós, concejal en Elche y responsable comarcal del Baix Vinalopó. La reacción de Blanqueries, con Antoni Such tratando de desactivar al sector que apoya a Amorós desde la sede del PSPV en la calle Alona, surgió a raíz de que diez de los trece diputados electos socialistas, como avanzó este periódico, cuestionarán las directrices de Valencia y avalaran un escrito a favor de Amorós. El documento está rubricado, al margen del citado Amorós, por María Teresa Carbonell, Pau Bernabeu, María José González, Jaume Pasqual, Paco Carrió, Agustín Navarro, Antonia Moreno, José Antonio Martínez Mirete y Antonio Pérez. Sólo el propio Roque Moreno junto a María Teresa Sempere y el aspense Juan Manuel Padilla no estamparon su firma en el escrito. La comunicación, que estuvo a punto de sellarse en el registro de la Diputación, avalaba a Amorós como portavoz y candidato a presidir la corporación en la sesión de constitución de mañana. Para Moreno quedaba la plaza de adjunto. Las presiones tanto de la cúpula del PSPV, con Antoni Such - responsable de Política Local de Blanqueries - como principal interlocutor, como del propio Roque Moreno para tratar de frenar al sector mayoritario se iniciaron desde primera hora de la mañana. Such trató, en vano en algunos casos, de implicar, incluso, a dirigentes de todas las comarcas para controlar a los diputados electos.
Al fracasar el intento de atajar la revuelta desde Valencia, a las cinco de la tarde, el responsable socialista se instaló en la sede de la calle Alona y empezó a descolgar el teléfono. El poder de convocatoria de la actual cúpula del PSPV, muy golpeada tras la debacle electoral del pasado 27-M, fue tan escaso que a la cita ni siquiera acudieron todos los diputados provinciales elegidos. Con Such, acompañado por Diego Maciá, al margen de los dos dirigentes que pugnan por la portavocía, estuvieron, aunque fueron llegando a lo largo del encuentro, Antonia Moreno, Pau Bernabeu, Padilla, María Teresa Sempere, Carrió y, a última hora, José Antonio Martínez Mirete.
Hubo momentos de extrema tensión, especialmente, entre Moreno y Amorós durante las cuatro horas de reunión. El secretario general de Alicante, visiblemente molesto y disgustado, reprochó al todavía portavoz en la Diputación que hubiera impulsado la recogida de firmas a sus espaldas y le acusó de «falta de confianza». Such, incluso, con ausencia de casi la mitad del grupo, intentó en varias ocasiones que se votará un nuevo portavoz a lo que se opuso de plano Antonio Amorós que defendió la necesidad de escuchar la opinión de todos los diputados.
A los que no acudieron a la cita, por motivos diversos, el tercer grado les llegó por vía telefónica. El representante de Blanqueries, quizá en un intento de aparentar una autoridad que la cúpula del PSPV ya no tiene, amenazó con expedientes disciplinarios y expulsiones a los diputados que no respalden la propuesta del partido que incluía a Roque Moreno como portavoz y situar a Amorós en una presidencia del grupo que, actualmente, no existe y que no tiene competencias. «La decisión de la dirección del partido está tomada y es que Roque Moreno sea el portavoz», ratificó Such a este periódico pasadas las diez de la noche en una situación de confusión total sobre el futuro del grupo provincial del PSPV. La dirección socialista, incluso, cerca de las once de la noche, dio por hecho que se había hecho con la situación y que contaba con once votos de los trece para aupar a Moreno - que en un tiempo récord de apenas un año ha pasado de ser militante de base sin apenas vida interna a secretario local, concejal y diputado - a la portavocía en el Palacio Provincial.
Sin embargo, desde el sector que ha respaldado con su firma a Antonio Amorós, nadie quiso dar por hecho nada. «No tenemos nada decidido», apunto un destacado miembro del grupo provincial socialista. Amorós, que abandonó el encuentro en la calle Alona antes incluso de que finalizara, rechazó realizar algún tipo de declaración aunque fuentes de su entorno denunciaron las «coacciones, las amenazas de expedientes y los formas» de Such, que volverá el sábado para tratar de tutelar al grupo antes del pleno de constitución, al tiempo que apuntaron que el edil ilicitano, al cual la dirección comarcal del Baix Vinalopó respalda para continuar, tomará la decisión una vez pulse si sigue teniendo el respaldo de una mayoría.
En este sentido, al cierre de la edición, Amorós tenía previsto convocar a lo largo del día de hoy una nueva reunión, en esta ocasión sólo con los diputados, para revisar el nuevo escenario abierto tras la intervención de la cúpula de los socialistas valencianos y valorar si plantan cara a la imposición de Valencia o si, por contra, optan, finalmente, por dar marcha atrás.
De "Información"
El actual portavoz del grupo socialista en la Diputación Provincial, Antonio Amorós, tendrá que trasvasar el micrófono a Roque Moreno, secretario general del PSPV-PSOE en la agrupación de Alicante. Tras unos días de mareada política, la estrategia de Amorós se atrancó en el barro, rodeada de falsas promesas y de un rival, de su propio partido, que tenía más avales para opositar al Partido Popular en la institución provincial. Días de tensión y filtraciones y cuatro años de nula oposición a José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación desde 2003, según aseguraron a este diario diputados salientes del grupo socialista. Amorós alcanzó generosos pactos con Ripoll: gastos, sueldos y otras prebendas a cambios de un labor opositora demasiado tenue, según las mismas fuentes.
La táctica de Amorós ha fracasado: en política no se puede contentar a todos y menos con engaños. La ejecutiva socialista se reunió ayer durante varias horas con los diputados provinciales y con el secretario de Política Institucional, Antoni Such, como testigo. Todo transcurrió como estaba previsto, para todos menos para Antonio Amorós, que ayer perdió lo que puede ser su última batalla política tras una dilata vida política: ante la evidencia, no tuvo más remedio que abandonar la reunión y, más tarde, adherirse a la mayoría que avaló la candidatura de Roque Moreno. Será portavoz adjunto y concejal.
La Diputación Provincial de Alicante se constituye mañana. El plenario sólo estará ocupado por dos partidos, PP (18 escaños) y PSOE (13). Populares y socialistas han soportado grandes tensiones para nombrar a los 31 diputados en representación de las ocho partidos judiciales que configuran el territorio alicantino. El zaplanismo ha encontrado en el Palacio Provincial un refugio para recomponerse de sus males; los socialistas, más rotos que sus adversarios, intentar borrar el pasado y comenzar un ciclo más político y de mayor contundencia hacia Ripoll, el zaplanismo y el Partido Popular.
De "Las Provincias"
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