VALENCIA.- Dicen los que saben de esto que la política consiste también en adaptarse a las circunstancias de cada momento. Mantener siempre la misma posición, cuando además se está en minoría, resulta muy coherente. Pero poco rentable.El mejor ejemplo de haber comprendido esta teoría es Ángel Franco. El histórico dirigente del PSPV alicantino –ya formó parte de la dirección del partido con Joan Lerma– demuestra que el ejemplo del camaleón (distinguido por su capacidad innata para cambiar el color de su piel en función del lugar donde se encuentre) garantiza una larga trayectoria en primera línea de la actividad política.
Hace pocos meses, Franco y el portavoz de los socialistas en elk Ayuntamiento de Alicante, Blas Bernal, mostraron su apoyo al plan Rabassa, un polémico plan urbanístico del alcalde Díaz Alperi. La primera respuesta de Blanquerías también fue de apoyo.
Pero la polémica que creó esa posición obligó la dirección socialista a cambiar de postura. Franco y Bernal intentaron hacerse fuertes en su respaldo al plan, pero la maniobra les costó el puesto. Las diferencias entre Franco e Ignasi Pla eran entonces evidentes.
Pero la cosa se arregló. La coyuntura política en el PSPV situó a Ignasi Pla en una posición de debilidad en el partido en la provincia de Alicante. Y Franco vio el momento de convertirse de nuevo en referencia –aunque no fuera mayoritaria– del secretario general. Tras el varapalo del 27-M, Franco fue de los pocos que defendió la continuidad de Pla como líder del partido. El martes, la ejecutiva del PSPV premió a Franco: su mujer será miembro del consejo de administración de RTVV.
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