ALICANTE.- La entrada de mercancía china acabada o semielaborada en Alicante sigue una tendencia vertiginosamente al alza. Los últimos datos de esta misma semana del Ministerio de Industria así lo atestiguan.
El informe de comercio exterior de abril coincide, además, con la difusión de un documento interno de la patronal española CEOE en virtud del cual se anima a las compañías, especialmente las manufactureras del sector calzado y textil, a concentrar en España las actividades de mayor valor añadido y tecnológico y a trasladar al exterior las labores que requieran uso intensivo de mano de obra. COEPA, que desde el año 2004 apoya sin ambigüedad este discurso, opta ahora por el silencio total.
Hace ahora justo un año que China se consolidaba como el principal proveedor de Alicante. El gigante asiático introducía en esta provincia entre enero y abril del año 2006 casi el doble de mercancía que Italia y Alemania, que eran los principales suministradores desde tiempo inmemorial.
La explicación reside en dos elementos: la comunidad china sigue asentándose en Alicante y abriendo negocios de distribución al por mayor y al por menor; en segundo lugar, el imparable proceso de mundialización económica lleva cada vez con más intensidad a empresas alicantinas a deslocalizar en parte o del todo los procesos de producción a ciudades chinas para reducir costes laborales y de explotación general del negocio y poder así competir.
El escenario, lejos de modificarse, se consolida aún más doce meses después. En el acumulado de los primeros cuatro meses del año, China ha pasado de introducir en Alicante por valor de 177 millones de euros a hacerlo por valor de 214 millones de euros, en especial productos manufacturados como calzado, bolsos, ropa deportiva, juegos y juguetes, y textil-confección. Según explican fuentes del Instituto de Comercio Exterior (Icex), esta producción es acabada o semielaborada.
Es decir, que muchos industriales del Vinalopó o de l'Alcoià i el Comtat donde están asentados los sectores más vulnerables con la mundialización económica, han optado por trasladar parte de la producción que requiere mucha mano de obra y se dejan en Alicante el valor añadido que aportan los procesos de diseño, de marca o de márketing. Incluso el del acabado del producto en sí.
De la importancia que registra China como proveedor de Alicante sólo un dato: en los cuatro primeros meses del año, el gigante asiático ha introducido en Alicante casi tanto como Alemania e Italia juntas, teniendo en cuenta que estos dos países europeos son los tradicionales proveedores de la provincia en materia prima de todo tipo, e incluso productos acabados.
Hace unos días, el diario económico Expansión difundió un documento interno de la patronal española CEOE titulado "Los procesos de deslocalización y la competitividad de la economía". La confederación que preside Gerardo Díaz Ferrán cree que las empresas españolas también pueden aprovechar el actual proceso mundial de traslado de la producción hacia países con menores costes laborales y de producción general.
CEOE analiza los pros y los contras de este fenómeno deslocalizador y concluye que es bueno que las empresas aprovechan la ola deslocalizadora, si bien el fenómeno tiene a corto plazo problemas, sobre todo en los sectores con menos nivel tecnológico y especialización de mano de obra. La patronal española estima: «El traslado de la producción de las compañías no debe considerarse como un hecho negativo en sí mismo, sino como una oportunidad, máxime si se es capaz de transformar el modelo económico actual en otro más dinámico y competitivo».
La patronal alicantina COEPA, cuyo ex presidente Joaquín Rocamora formó una monumental polémica, precisamente en la cuna del calzado a mediados del año 2004, opta ahora por el silencio. Este diario ha tratado durante los últimos días de conocer su opinión sobre la recomendación que hace CEOE, pero fuentes oficiales de la patronal provincial que ahora preside Modesto Crespo optan por no valorar el hecho, tal vez para salvaguardar la mermada imagen del presidente patronal por su participación en actos y mítines electorales -sólo del PP- en la última campaña.
Antes de que se generara en Elche la polémica por las declaraciones de Rocamora («Ni un empleo ni una empresa es para toda la vida y los empresarios deben acostumbrarse a cambiar de actividad», dijo), el propio presidente de la CEOE, José María Cuevas, dijo en Alicante, con ocasión del 25º aniversario de la patronal alicantina, que en el caso de la industria típicamente manufacturera el peso de la mano de obra sobre el coste total de producción influye mucho más que en otras actividades con otro tipo de capital humano y tecnológico. «Esto también ocurre en otros países de Europa», aseguró.
La declaración de la patronal CEOE se produce ahora en medio de un contexto de máxima preocupación por la salida de multinacionales como Delphi.
Mientras COEPA opta por el silencio, pese a la penetración exterior en la industria manufacturera alicantina, CEOE dictamina: «Si las empresas españolas trasladan fuera la parte de su producción que necesita mano de obra intensiva y poco cualificada, pueden concentrar en territorio nacional actividades de mayor valor añadido». Ceoe observa en la deslocalización «una oportunidad para tomar posiciones y acercarse a nuevos clientes».
www.laverdad.es
El informe de comercio exterior de abril coincide, además, con la difusión de un documento interno de la patronal española CEOE en virtud del cual se anima a las compañías, especialmente las manufactureras del sector calzado y textil, a concentrar en España las actividades de mayor valor añadido y tecnológico y a trasladar al exterior las labores que requieran uso intensivo de mano de obra. COEPA, que desde el año 2004 apoya sin ambigüedad este discurso, opta ahora por el silencio total.
Hace ahora justo un año que China se consolidaba como el principal proveedor de Alicante. El gigante asiático introducía en esta provincia entre enero y abril del año 2006 casi el doble de mercancía que Italia y Alemania, que eran los principales suministradores desde tiempo inmemorial.
La explicación reside en dos elementos: la comunidad china sigue asentándose en Alicante y abriendo negocios de distribución al por mayor y al por menor; en segundo lugar, el imparable proceso de mundialización económica lleva cada vez con más intensidad a empresas alicantinas a deslocalizar en parte o del todo los procesos de producción a ciudades chinas para reducir costes laborales y de explotación general del negocio y poder así competir.
El escenario, lejos de modificarse, se consolida aún más doce meses después. En el acumulado de los primeros cuatro meses del año, China ha pasado de introducir en Alicante por valor de 177 millones de euros a hacerlo por valor de 214 millones de euros, en especial productos manufacturados como calzado, bolsos, ropa deportiva, juegos y juguetes, y textil-confección. Según explican fuentes del Instituto de Comercio Exterior (Icex), esta producción es acabada o semielaborada.
Es decir, que muchos industriales del Vinalopó o de l'Alcoià i el Comtat donde están asentados los sectores más vulnerables con la mundialización económica, han optado por trasladar parte de la producción que requiere mucha mano de obra y se dejan en Alicante el valor añadido que aportan los procesos de diseño, de marca o de márketing. Incluso el del acabado del producto en sí.
De la importancia que registra China como proveedor de Alicante sólo un dato: en los cuatro primeros meses del año, el gigante asiático ha introducido en Alicante casi tanto como Alemania e Italia juntas, teniendo en cuenta que estos dos países europeos son los tradicionales proveedores de la provincia en materia prima de todo tipo, e incluso productos acabados.
Hace unos días, el diario económico Expansión difundió un documento interno de la patronal española CEOE titulado "Los procesos de deslocalización y la competitividad de la economía". La confederación que preside Gerardo Díaz Ferrán cree que las empresas españolas también pueden aprovechar el actual proceso mundial de traslado de la producción hacia países con menores costes laborales y de producción general.
CEOE analiza los pros y los contras de este fenómeno deslocalizador y concluye que es bueno que las empresas aprovechan la ola deslocalizadora, si bien el fenómeno tiene a corto plazo problemas, sobre todo en los sectores con menos nivel tecnológico y especialización de mano de obra. La patronal española estima: «El traslado de la producción de las compañías no debe considerarse como un hecho negativo en sí mismo, sino como una oportunidad, máxime si se es capaz de transformar el modelo económico actual en otro más dinámico y competitivo».
La patronal alicantina COEPA, cuyo ex presidente Joaquín Rocamora formó una monumental polémica, precisamente en la cuna del calzado a mediados del año 2004, opta ahora por el silencio. Este diario ha tratado durante los últimos días de conocer su opinión sobre la recomendación que hace CEOE, pero fuentes oficiales de la patronal provincial que ahora preside Modesto Crespo optan por no valorar el hecho, tal vez para salvaguardar la mermada imagen del presidente patronal por su participación en actos y mítines electorales -sólo del PP- en la última campaña.
Antes de que se generara en Elche la polémica por las declaraciones de Rocamora («Ni un empleo ni una empresa es para toda la vida y los empresarios deben acostumbrarse a cambiar de actividad», dijo), el propio presidente de la CEOE, José María Cuevas, dijo en Alicante, con ocasión del 25º aniversario de la patronal alicantina, que en el caso de la industria típicamente manufacturera el peso de la mano de obra sobre el coste total de producción influye mucho más que en otras actividades con otro tipo de capital humano y tecnológico. «Esto también ocurre en otros países de Europa», aseguró.
La declaración de la patronal CEOE se produce ahora en medio de un contexto de máxima preocupación por la salida de multinacionales como Delphi.
Mientras COEPA opta por el silencio, pese a la penetración exterior en la industria manufacturera alicantina, CEOE dictamina: «Si las empresas españolas trasladan fuera la parte de su producción que necesita mano de obra intensiva y poco cualificada, pueden concentrar en territorio nacional actividades de mayor valor añadido». Ceoe observa en la deslocalización «una oportunidad para tomar posiciones y acercarse a nuevos clientes».
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