VALENCIA.- Investigadores del instituto tecnológico de óptica,
color e imagen, Aido, han desarrollado para la empresa Barnigrado un
prototipo industrial que, mediante tecnología de visión artificial,
clasifica la uva por su calidad en el mismo instante en el que llega a
las bodegas.
De esta forma, el enólogo que recibe las partidas de uva dejará de
depender del ojo humano para descartar aquellas de mala calidad y
seleccionar el mejor producto de forma más "precisa", lo que redundará
en "la mejora de la calidad de los vinos de España", como ha apuntado una de las socias de la empresa, Eva Pérez.
Para la empresaria, el sector vitivinícola está en un proceso
"continuo de mejora de la calidad" y ello requiere una "mejor selección"
en la recepción de la bodegas y gracias a este prototipo, lo que
"tradicionalmente se hace de forma manual se hará de forma más objetiva y
con una mayor precisión".
Barnigrado, que ofrece servicios técnicos para instalaciones de
selección y análisis de calidades de uva, mosto y vino, ha empezado a
probar el prototipo en bodegas de ámbito nacional y según su gerente,
Albert Barneda, "será una máquina imprescindible en todas las bodegas en
el futuro" porque es "una herramienta que garantizará el éxito".
Para Barneda, la selección de la uva es el "punto clave donde se
inicia el proceso" y se percataron de que "había dificultad a la hora de
hacer la primera criba para decidir qué era bueno y qué malo durante la
vendimia porque dependes de una persona y el ojo humano es muy traidor y
puede ser influenciado".
El sistema identifica la cantidad de raspones y objetos extraños que
hay en las partidas de uva recogidas en el campo que llegan a las
bodegas, gracias al procesamiento de imágenes infrarrojas con las que
son captadas.
Si abundan estos cuerpos extraños y raspones, se puede determinar la
peor calidad de la partida y, viceversa, si tiene menos, la uva es de
mayor calidad, lo que ayuda a "optimizar el proceso de producción del
vino", según ha explicado el investigador de Aido Emilio Ribes.
En el proceso se toman imágenes infrarrojas y "mediante un procesado
más o menos avanzado podemos separar lo que es el grano de la uva y lo
que no lo es", con lo que se puede hacer una estimación de la calidad.
"Trabajamos en una zona del espectro que no es apreciada por el ojo
humano donde cierta sustancias se comportan de forma diferente a como lo
harían en el rango visible", ha explicado, a la vez que ha apuntado que
los cuerpos extraños y raspones se detectan fácilmente porque muestran
"colores diferentes" en el rango espectral.
El proyecto está en una primera fase y el objetivo es que en un
futuro se puedan identificar también ataques bacteriológicos y de
hongos, grado de maduración de la uva y la prestancia del racimo, es
decir, si la uva "ha sido muy maltratada o se presenta fresca y adecuada
para producir vino", según ha explicado Ribes.
El prototipo se coloca a la entrada de las bodegas para grabar la
parte superior de los remolques con la uva y un software procesa la
información y te dice al instante si la uva tiene o no muchos cuerpos
extraños.
Con esta información, según Pérez, el bodeguero puede decidir pagar
menos por una partida que esté afectada y hacer un mejor vino con una
uva de muy alta calidad por el que le paguen un mejor precio, por lo que
"aumenta el beneficio, a la vez que reduce los costes".
No hay comentarios:
Publicar un comentario