Trudeau defendió su invocación de la Ley de Emergencias después de una sesión parlamentaria el martes cuando se le preguntó si “había ido demasiado lejos” al otorgar al gobierno poderes sin precedentes para confiscar las cuentas bancarias de los ciudadanos.
Esto es algo que es importante que los canadienses sepan que habrá consecuencias para las personas que infringen la ley y que apoyan a quienes la infringen”, dijo Trudeau sin aliento.
“La Ley de Emergencias es algo que es proporcional y responsable de sacar adelante para indicar que se hagan estos bloqueos y que la gente se vaya a sus casas”, agregó antes de retirarse.
El fundador de Rebel News, Ezra Levant, señaló que Trudeau admitió efectivamente que no invocó la Ley de Emergencias en función de los estrictos criterios de seguridad nacional requeridos, sino porque estaba en una venganza.
“Así que confiesa lo que todos sabíamos: no hubo una verdadera emergencia nacional. Estaba avergonzado por los camioneros. Amenazar a los canadienses es su estilo de venganza personal, no es una justificación legal para suspender las libertades civiles y el estado de derecho”, tuiteó Levant.
El criterio para una emergencia definido en la Ley de Poderes de Emergencia es un umbral extremadamente alto reservado para amenazas graves a la patria, señaló Joanna Baron de The Toronto Sun.
“La Ley define una emergencia como una situación que ‘pone en grave peligro la vida, la salud o la seguridad de los canadienses’ o ‘seriamente amenaza al Gobierno de Canadá para preservar la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de Canadá’”, escribió Baron el lunes.
Notablemente ausentes de los criterios de emergencia de la Ley están la “abogacía legal, la protesta o la disidencia”.
“Las protestas de Ottawa ciertamente representan una molestia, pero en gran medida han sido pacíficas y no han puesto en peligro la vida”, observó Baron. “Las protestas perturbadoras y ruidosas son el alma de las democracias vibrantes, en ausencia de violencia o daños a la propiedad, las manifestaciones no pueden constituir una emergencia nacional”.
La mitad de las provincias de Canadá también están de acuerdo en que la proclamación de poderes de emergencia por parte de Trudeau fue “inútil” e “innecesaria”.
Asimismo, la Asociación Canadiense de Libertades Civiles condenó el movimiento autoritario de Trudeau como “injustificado” por los “hechos y la realidad”.
La declaración de poderes de emergencia de Trudeau es tan impopular que fue ahogado por los alborotadores en el Parlamento cuando intentaba justificarlos, sin el apoyo de su propio lado político.
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