sábado, 26 de marzo de 2022

Las cinco claves de la 'desescalada' militar rusa en Ucrania


MADRID.- Cuando se acaba de cumplir un mes del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el Kremlin acaba de dar un volantazo militar que, de confirmarse, cambia por completo las perspectivas de la guerra y comenzaría, 'de facto', una desescalada de la ofensiva en gran parte del país. 

El viernes, el jefe de la Dirección Principal de Operaciones del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia, el general Sergei Rudskoy, dio un inesperado discurso en el que aseguró que, cumplidos los objetivos de la "operación militar especial", las tropas dispersas por varios frentes en el país se concentrarán ahora en una única meta: el Donbás, se escribe en El Confidencial.

Su intervención, publicada posteriormente en la página del Ministerio de Defensa de Rusia, está cuajada de propaganda orientada el público doméstico —al que la censura apenas ha dejado ver la realidad de la guerra— y apunta directamente a los elementos que utilizará Moscú para vender una victoria.

 "El curso de la operación confirmó la validez de esta decisión" —asegura el alto militar al comienzo de su alocución— "y está siendo conducida por el Estado Mayor en estricto cumplimiento del plan aprobado, llevando las acciones a cabo para minimizar las pérdidas de personal y el daño a civiles". Pero también da indicios de lo que puede suceder en las próximas semanas. Estos son las cinco claves del discurso de Rudskoy para comprender cómo impacta esta nueva estrategia en el escenario bélico. 

1. Un cambio gradual de narrativa

General Rudskoy: "La opinión pública y los expertos se preguntan qué estamos haciendo en las áreas de las ciudades ucranianas bloqueadas. Estas acciones se llevan a cabo con el objetivo de causar tal daño a la infraestructura militar, el equipo y el personal de las Fuerzas Armadas Ucranianas. Como resultado, no solo golpeamos sus fuerzas y no les damos la oportunidad de fortalecer su reagrupamiento en el Donbás, sino que no les permitimos hacerlo hasta que el Ejército ruso haya liberado completamente los territorios de Donetsk y Lugansk". 

Moscú ha ido modificando, gradualmente, la narrativa de la invasión. La guerra, cuyo principal objetivo era derribar al Gobierno de Volodímir Zelenski para instalar un presidente títere que mantuviera a Ucrania en la órbita rusa, ha sido limitada a una intervención para ayudar a las facciones prorrusas de Donetsk y Lugansk a controlar el territorio —en disputa desde 2014—. En este relato, los sitios de Kiev, Járkov, Chernígov, Sumi y Nicolayev —así como la toma de Jersón— tan solo habrían sido una táctica para evitar el ataque ucraniano al Donbás, y no fallidos asaltos a las principales ciudades del país.

"Tenía la hipótesis de que el objetivo mínimo de Moscú podría ser en este punto tratar de tomar control de todo el Donbás, buscar un acuerdo político y después girar su discurso y asegurar que eso era de lo que iba realmente esta operación en un esfuerzo para salvar los muebles y declarar victoria", valoró Michael Kofman, director del programa de estudios rusos en el grupo de análisis CNA, en su cuenta de Twitter

2. Nuevos objetivos militares

General Rudskoy: "Inicialmente, no planeamos asaltar las ciudades para evitar destrucción y minimizar pérdidas de personal militar y civiles. Y, aunque no descartamos esa posibilidad; sin embargo, según los grupos completen sus tareas —y lo están haciendo exitosamente— nuestras fuerzas y medios se concentrarán en el asunto principal: la completa liberación del Donbás".

Uno de los escenarios contemplados desde el principio de la invasión apuntaba a que Rusia podría tratar de replegarse y buscar hacerse fuerte en el sur, un movimiento con dos posibles pasos. Primero, con la toma del enclave portuario de Mariúpol —que lleva desde el principio de la invasión bajo fuerte asedio enemigo—, un punto que les permite establecer un corredor terrestre entre la península de Crimea (anexionada ilegalmente por Rusia en 2014) con los territorios bajo control prorruso en Donetsk y Lugansk, en el Donbás. El discurso de Rudskoy incluye la mención específica a que la liberación de Mariúpol continúa. El segundo incluiría la toma de la ciudad costera Odesa, la capital del sur, ampliando ese pasillo terrestre hasta Transnistria, una región prorrusa en Moldavia.

"El texto no descarta retornar a la tarea del 'asalto' de las principales ciudades ucranianas una vez que haya completado su objetivo principal. Esto hace que nos preguntemos, qué había estado tratando de hacer en las últimas semanas (sugiere que derrotar a la fuerza aérea y naval ucraniana)", tuiteó Lawrence Freedman, profesor emérito de Estudios de la Guerra en el 'King's College' de Londres. "También hace que no preguntemos qué planea hacer con las sustanciales fuerzas que tiene lejos del Donbás. ¿Las va a dejar en sus posiciones para ofensivas posteriores, en cuyo caso necesita abastecerlas y serían vulnerables a contraofensivas ucranianas? ¿O las retirará para apoyar la tarea principal? Eso parecería una derrota y crearía vulnerabilidades en la retirada y permitiría a Ucrania mover sus fuerzas al sur", agregó. 

3. Desmilitarización ¿completada?

General Rudskoy: "La desmilitarización de Ucrania es conseguida tanto con bombardeos de alta precisión en infraestructuras militares, localización de formación y unidades militares, aeródromos, puntos de control, arsenales y depósitos de armamento y equipo militar, y por la acción de las tropas derrotando a grupos enemigos". El general ruso hace un balance —no verificado— de las bajas infligidas a sus adversarios, incluyendo la destrucción casi completa de las fuerzas navales y aéreas, la voladura de 16 aeródromos principales y 38 depósitos y arsenales con el 70% de su equipo militar, y más de 14.000 soldados enemigos muertos y otros tantos heridos. Al mismo tiempo, reconoce la pérdida de 1.351 soldados rusos, y otros 3.825 heridos, unas cifras considerablemente más bajas a las estimadas por los servicios de inteligencia occidental.

Pese a que las bajas y pérdidas de equipo militar de cada bando no pueden ser comprobadas, desde el comienzo de la guerra Ucrania ha estado recibiendo cada vez más ayuda militar, tanto equipos ofensivos como defensivos. La UE ha aprobado al menos 1.000 millones de euros para apoyar la compra de armas, equipos de protección y otros suministros bélicos. Además, los países individualmente han proporcionado armas al frente ucraniano. EEUU ha proporcionado más 2.000 millones de dólares en armamento, incluyendo misiles antiaéreos y antitanque, munición y otros artículos al frente. Washington está preparando un nuevo paquete de armas por valor de 800 millones de dólares, que espera enviar "en los próximos días". Una situación que reconoce y lamenta el general ruso, que asegura solo servirá para "retrasar el conflicto, e incrementar las víctimas sin poder influenciar el resultado de la operación".

Pero, en realidad, la 'desmilitarización' de Ucrania que perseguía Putin consiste en asegurarse de que Ucrania no albergará tropas o sistemas armamentísticos extranjeros y, especialmente, que Kiev no será aceptada como miembro de la OTAN. Este punto sería el que más avanzado estaría en las negociaciones que se han llevado a cabo hasta la fecha, donde se han barajado varias posibles soluciones potencialmente aceptables para ambas partes. 

4. ¿Y la 'desnazificación'?

General Rudskoy: "El curso de las hostilidades, los testimonios de civiles que huyeron de las ciudades bloqueadas y de los soldados ucranianos capturados muestran que, a día de hoy, la habilidad de resistir de las Fuerzas Armadas de Ucrania está basada en el miedo a represalias de los neonazis. Sus representantes están en todas las unidades militares. El grueso del regimiento de Kiev son formaciones nacionalistas como Azov, Aidar, Right Sector y otras identificadas por Rusia como organizaciones terroristas".

La 'desnazificación' de un país liderado por un descendiente de judíos era otra de las grandes metas propagandísticas del Kremlin, un punto en el que ha insistido permanentemente y que no abandona en este mensaje. Sin embargo, Rusia ya renunció hace dos semanas a derrocar a Zelenski, cuyo Gobierno ahora reconoce. Así que este objetivo podría ser ahora centrado en la toma de Mariúpol, donde está basado el polémico batallón Azov, una unidad militar frecuentemente vinculada a movimientos neonazis, y la ocupación del Donbás, donde los rusos denuncian que los ucranianos "estaban cometiendo un genocidio durante los últimos ocho años" (una afirmación sin ningún respaldo o evidencia). 

5. Un paseo militar

General Rudskoy: "En general, los principales objetivos de la primera fase de la operación han sido logrados. Las capacidades de combate de las Fuerzas Armadas de Ucrania ha sido reducida significativamente, lo que nos permite, de nuevo, concentrar nuestros esfuerzos en conseguir la liberación del Donbás".

La propaganda rusa no ha cedido ni un milímetro y ha pintado la operación como un éxito sin paliativos, pese al fiasco de la guerra relámpago y el uso indiscriminado de los bombardeos contra objetivos civiles —algo que Rudskoy niega varias veces en su discurso, pese a las numerosas evidencias— para lograr avances militares que no se produjeron. La cuestión es si el Kremlin asumirá el trasfondo real de la situación, en la que llevan estancados semanas sobre el terreno soportando ingentes bajas humanas y materiales, o si entramos en otra fase de la guerra que libra Vladímir Putin en su propia cabeza.

"Sería cauto con proyectar (estas conclusiones). Hasta cierto punto, uno asumiría que Putin comprende la situación militar, la ve de forma pesimista y asume los límites de lo que el uso de la fuerza podría conseguir dado su pobre desempeño militar. Pero eso no está claro en este caso", concluye Kofman.

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