VALENCIA.- El comité nacional del PSPV respaldó con un 80% de adhesiones la permanencia de la hoja de ruta marcada por el secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, y acalló de manera súbita, las voces críticas del partido en sintonía con ejecutar de manera inmediata la renovación, que recabaron tan solo el 20% de los votos.
En una jornada densa y no exenta de tensión, Joan Ignasi Pla demandó a los representantes socialistas huir del debate «sobre fulanismos, superar los vicios del pasado» y centrar los esfuerzos en las próximas elecciones generales, «cuyo resultado condicionará de manera significativa el diseño estratégico de la cita electoral autonómica de 2011».
El líder de los socialistas valencianos hizo hincapié en el «error de pretender despachar en dos meses y cinco hojas un problema que se comenzó a gestar hace doce años» y apelando a su intención de abandonar la representación del partido pidió «espacio para acometer una profunda y rigurosa reflexión» que redefina las posturas políticas.
Las palabras de Pla no cayeron en saco roto y la réplica más rotunda la elaboró el diputado e impulsor del manifiesto a favor de acelerar el cambio, Ricard Torres. En su intervención, el representantes socialista y una de las personas cercanas al ex ministro, Jordi Sevilla, quien finalmente no acudió a la cita, calificó de «inaplazable» el cambio en la dirección y acusó a la Ejecutiva de «no respetar las reglas del juego», viéndose obligada «a convocar un comité nacional para hacer recuento de la disidencia e intentar acallar las voces críticas».
Con este escenario y lejos de calmar las aguas, el resultado de la votación fue interpretado por algunos cargos del partido como el primer envite a la posible candidatura de Sevilla a la secretaría del partido.
La intervención de Torres respondió de manera contundente a una de las intervenciones más duras, la del ex diputado, Ángel Franco, quien calificó de «trepafilia» el movimiento de recogida de firmas impulsado por Torres y acusó a sus partidarios «de mirar por sus propios intereses y no por los del partido».
El tira y afloja en las argumentaciones se mantuvo durante las más de cuatro horas que duró el debate. Así, el resultado de las votaciones, que se efectuó de manera secreta, concede un balón de oxígeno al secretario general del PSPV, ya que el sector crítico incidió tras conocer el desenlace en su intención de acatar la decisión y posponer la apertura del debate.
Pese a aceptar el resultado, fuentes socialistas afines a la convocatoria del congreso extraordinario calificaron de «significativo» el respaldo alcanzado en la votación, ya que según destacaron, el anuncio de convocatoria del comité «de manera súbita» dejó poco tiempo para continuar recabando apoyos «a favor de un debate abierto con la militancia y no en un marco» como el de la sesión de ayer.
Junto a las críticas por la forma en la que se ha gestado la convocatoria, las mismas fuentes cuestionaron la participación en las votaciones de los miembros de la Ejecutiva, ya que «han actuado como juez y parte en esta cita». Una situación que, según explicaron, no se ha producido en situaciones anteriores y ha dejado su «impronta» en los porcentajes con los «que el debate, que suponía profundizar en la celebración de un congreso extraordinario ha quedado eliminada».-(EPI)
2 comentarios:
Era de esperar, que durante las intervenciones hubiera algún rifirrafe entre Ignasi Pla y Ricard Torres. Y así fue. En su primera intervención, el secretario general del PSPV reprochó al diputado en el Congreso y representante de Jordi Sevilla, aunque sin mencionarle, que hubiera dado a conocer su iniciativa en pos de un congreso extraordinario a través de los medios de comunicación, y no por medio de los mecanismos que establece el partido. Veladamente le acusaba de anteponer sus aspiraciones personales al bien del socialismo.
Torres, que pidió la palabra para defender su postura, acusó a Pla de no ser coherente y le recordó que él mismo solicitó un congreso extraordinario tras la derrota electoral de 1999. Sin embargo, cabe recordar que, por aquel entonces, era una gestora la que se hacía cargo del partido, y los resultados de los comicios fueron peores que los del pasado 27-M.
En su segunda intervención, Pla lamentó la intervención de Torres, que consideró “especialmente desconsiderada e hiriente”, ya que los dos se conocen desde hace mucho tiempo.
Sólo tres personas, de las 23 que intervinieron ante el Comité Nacional del PSPV, lo hicieron para defender las tesis del diputado en el Congreso. Según explicaron fuentes presentes en la reunión, se trataba de José Luis de la Piedad (diputado provincial y secretario comarcal de la Costera), Josep Martí (de Millars) y José Marset (de Cocentaina). Aunque los tres firmaron el documento de Torres, sus intervenciones fueron menos reivindicativas, y valoraron más el debate que se produjo.
El resto de opiniones que se lanzaron avalaron la continuidad del calendario previsto para celebrar el congreso ordinario. Entre ellos, el propio alcalde de Alaquàs, Jorge Alarte, que fue además el primero en intervenir. Alarte reiteró su voluntad de liderar el PSPV, pero matizó que lo hará cuando llegue el momento. El alcalde de Alaquàs abogó por ponerse “manos a la obra” con las elecciones generales.
El alcalde de Morella, Ximo Puig, que ha sido el segundo en hacer pública su intención de optar a la secretaría general, no intervino pero recibió los halagos de Alarte.
En la línea de Ignasi Pla se sucedieron las intervenciones de destacados miembros del PSPV. El dirigente de Izquierda Socialista, Vicent Garcés; el alcalde de l’Eliana, José María Ángel; el portavoz socialista en la Diputación, Rafael Rubio, e incluso el presidente del PSPV de Valencia, José Luis Ábalos; el diputado nacional y ex conseller Ciprià Ciscar, y el dirigente alicantino Ángel Franco.
No se oyeron, según las fuentes consultadas, críticas directas a la actitud de Ricard Torres o Jordi Sevilla culpándoles de la situación entre las opiniones que se expresaron, pero sí por lo bajini , durante la primera intervención de Pla.
De "Las Provincias"
No habrá congreso extraordinario del PSPV. El Comité Nacional del partido rechazó ayer adelantar el proceso para cambiar al secretario general y la dirección socialista, que se mantiene, al menos, hasta después de las elecciones generales. Casi el 80% de los miembros presentes respaldaron la postura de Ignasi Pla y su “hoja de ruta”.
De los 202 miembros del Comité Nacional, se contabilizaron 163 votos, de los cuales 129 fueron a favor de la resolución de la dirección socialista (un 63,8% del total), 33 en contra y una abstención.
La votación fue secreta por petición del secretario general del PSPV, y ello hacía pensar que el resultado podría haber sido más ajustado. A pesar de ello, y a pesar también de la intervención del Gobierno central por boca de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega un día antes de la reunión, con un mensaje de apoyo al ex ministro Jordi Sevilla (o incluso, precisamente por eso), el actual secretario general salvó los muebles con un resultado alentador.
Así, aunque Pla ya ha avanzado que no optará a la reelección, ni como candidato a la Generalitat ni como secretario general, el PSPV rechazó mayoritariamente la propuesta de Ricard Torres, diputado en el Congreso y principal representante de Sevilla en la Comunitat. El propio Torres hizo saber ayer a los periodistas, vía SMS, su propia interpretación de las cifras: si la ejecutiva no hubiera votado, el resultado habría sido de 98 a 33, lo que daba a la opción del ex ministro más de un 30% de apoyos.
Debate en profundidad
Sin embargo, de poco sirve esta reflexión puesto que la ejecutiva no tenía por qué no votar, ya que el informe que se sometía a consulta no le afectaba directamente, a pesar de que fuera este órgano el que la redactó. La resolución, que leyó prácticamente íntegra Pla en su primera intervención, considera que “no procede” convocar un congreso extraordinario (que también solicitó el comité comarcal de Requena-Utiel) por varios motivos.
El primero, porque no evitaría que se celebrara el correspondiente congreso ordinario pocos meses después, previsto para la época estival (incluso otoñal) de 2008. La nueva dirección que saliera de esa cita sería “verdaderamente interina” según Pla, ya que en el mejor de los casos duraría nueve meses. Sería “poco inteligente”, en su opinión.
El segundo motivo es que el reto más inmediato y “único objetivo verdaderamente urgente” para los socialistas en estos momentos, es la cita electoral del próximo mes de marzo con José Luis Rodríguez Zapatero. Por lo tanto, la celebración de un congreso extraordinario no aportaría nada positivo a la campaña, ni resultaría relevante dado su carácter territorial. Sólo serviría para debilitar las fuerzas que los socialistas valencianos deben aplicar en las próximas elecciones.
Y el tercero es que, como dice el sabio refranero español, las prisas no son buenas consejeras. Es decir, que el debate que necesita realizar el PSPV debe ser profundo, y no sólo de caras, sino de ideas. Es decir, que debe realizarse en el seno del partido un análisis riguroso no sólo sobre las causas de la derrota electoral del 27-M y sus posibles soluciones, sino sobre la caída en picado de los resultados desde los comicios de 1995. Para el líder de los socialistas valencianos, sería “un error pretender despachar en dos meses un problema que se comenzó a gestar hace más de doce años”.
Por todo eso, Pla mostró su rechazo a un congreso extraordinario “por responsabilidad” y “por sentido común”. Y aquí el secretario general se puso serio: una vez tomada la decisión por parte del Comité Nacional, “se acabaron las discusiones, los candidatos, los precandidatos y los candidatos a precandidatos”.
El líder de los socialistas valencianos recordó que es el secretario general porque así se decidió en el último congreso del PSPV, y advirtió de que lo continuará siendo, “con plenas competencias y responsabilidades”, hasta la próxima cita congresual. Pero por mucho que le pese, Pla tendrá que lidiar durante varios meses con los precandidatos; unos definidos, otros en la sombra.
En ese tira y afloja, aseguró que será “tan neutral como ejecutivo”, y “tan respetuoso con las opiniones públicas de los compañeros, como resolutivo con todos aquellos que no respeten las reglas y principios de este partido”. Como ya advirtió a sus diputados al inicio de la legislatura, no admitirá que se antepongan los intereses personales a los intereses del partido. La intervención de Pla provocó un aplauso prolongado, pero no de todos los asistentes.
De "Las Provincias"
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