lunes, 30 de diciembre de 2019

La mafia del tabaco de liar se extiende y arruina a Hacienda

MURCIA.- Cuatro minutos y veinte segundos es el tiempo que tarda María –nombre ficticio- en detallar por teléfono a El Español todas las ofertas que tiene de tabaco picado de contrabando y las condiciones para realizar la operación de compra-venta: “Si quieres cigarrillos me tienes que dar un día para que te los líe con la máquina que tengo, por 20 euros te vendo 200 pitillos liados, pero si quieres picadura de tabaco podemos quedar dentro de unas horas: 100 gramos te salen a 5 euros, medio kilo son 15 euros, 1 kilo cuesta 30 euros, pero si te llevas 2 kilos solo me pagas 50 euros”. 

El Español elige una cantidad y la mujer nos cita en un aparcamiento púbico a las afueras de Alcantarilla para cerrar con seguridad la transacción. “Tienes que llegar puntual: yo estaré esperando en un coche de color gris”.
- A las 8 de la tarde este diario llega al aparcamiento, entrega cinco euros a María y recibe 100 gramos de tabaco rubio, perfectamente picado, dentro de una bolsa transparente de envasar al vacío. ¿Me podría explicar cómo empezó en el negocio?
- Comencé porque estoy divorciada, sé que esto es ilegal, pero tengo cuatro hijos y con el sueldo de mi trabajo no tengo para llegar a final de mes.
- ¿De dónde saca la mercancía?
- Tengo un proveedor que me trae la cantidad que le pido de picadura de tabaco y luego yo lo vendo. Cuando se me acaba le compro más. Le llamo por teléfono y le digo si quiero un kilo o dos kilos, quedamos en un sitio, le pago y cada uno se va por su lado. No te voy a dar nombres ni direcciones porque no quiero problemas con esa persona.
- ¿Cuál es el perfil de sus clientes?
- De todo tipo porque este tabaco la gente lo compra porque es más barato que en el estanco. Entre mis clientes hay muchas madres del colegio de mis hijos porque me interesa vender cigarrillos liados: a un kilo le puedo sacar hasta 80 euros de beneficio.
Todos estos nuevos perfiles de vendedores han aportado su granito de arena al boom contrabandista que vive la Región y que ha catapultado a esta comunidad al tercer puesto del ranking nacional de autonomías con mayor tasa de comercio ilegal de tabaco de liar.
 “El fenómeno del contrabando se ha extendido en Murcia en los últimos tres años por varios factores: venimos de una crisis económica en la que se ha incentivado la búsqueda de ingresos en las familias, también se han sumado traficantes de cannabis por los bajos riesgos penales del contrabando y resulta un negocio rentable porque se compite en el mercado sin IVA”, reflexiona el jefe regional del Servicio de Vigilancia Aduanera, Luis Marín. 
“A todo esto hay que sumar que el control sobre la hoja de tabaco permite su desvío al mercado ilícito porque no es riguroso y la venta de tabaco picado no genera alarma social como el tráfico de drogas”.
Las cifras avalan la reflexión de Luis Marín porque las incautaciones de los agentes de Aduanas en la Región de Murcia se han disparado más de un 400%: en el periodo referido se ha pasado de 5.903 kilos aprehendidos en 2017 a 23.780 kilos en 2019. 
Y eso solo contando con las intervenciones del Servicio de Vigilancia Aduanera porque al sumar esos operativos a las actuaciones de la Guardia Civil y la Policía Nacional las aprehensiones en los últimos tres años suman en total 54 toneladas.
Este panorama está generando pingües pérdidas en la recaudación de impuestos, tal y como admite Alfonso del Moral, delegado Especial de la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) en Murcia: “Por cada kilo de picadura de tabaco vendido ilegalmente se dejan de recaudar 141 euros, si esa cifra la multiplicamos por las toneladas aprehendidas este año, nos podemos hacer una idea de la cantidad millonaria que se defrauda”. 
Haciendo esa cuenta en 2019, se habrían dejado de ingresar impuestos en la comunidad murciana por valor de 3.352.980 euros.
El top estatal del contrabando lo lidera Extremadura porque es la primera productora de hoja de tabaco de Europa. En segundo lugar figura Valencia por su tradición de producir cigarros artesanales, los conocidos caliqueños, y por la capacidad de su puerto marítimo. Murcia ha ascendido al tercer puesto por su ubicación estratégica para distribuir el material por todo el Levante español y porque cuenta con una de las mayores flotas de camiones del país lo que ha favorecido el efecto llamada de contrabandistas de Polonia, Ucrania, Rumanía y Bulgaria. 
 “El transporte de hoja de tabaco es lícito, pero la irregularidad se comete cuando se desvía a consumo”, aclaran Luis Marín y Alfonso del Moral. “Por eso, en ocasiones hemos hecho aprehensiones en empresas de camiones que habían sido contratadas legalmente por los contrabandistas para introducir la hoja en la Región”.

El último señor del tabaco picado

El último señor de la picadura de tabaco en la Región es un empresario polaco, afincado en Varsovia, que regentaba cuatro naves entre Alicante y Murcia que le habían permitido blanquear el dinero negro del contrabando a través de inversiones y negocios legales en su país. 
“En septiembre de este año viajó a la Región para supervisar una operación de venta de 10.800 kilos de picadura de tabaco a tres andaluces”, detalla a este diario el jefe del Servicio de Vigilancia Aduanera. La nave donde se iba a cerrar la transacción estaba en el polígono murciano Cabezo Cortado: “Llegamos de madrugada porque los camiones estaban preparados para salir a las seis de la mañana, pudimos intervenir la mercancía, junto a 86.000 euros en metálico, y arrestamos a diez personas, entre ellos, al empresario polaco y a los inversores andaluces”.
La Comunidad murciana es conocida como la Huerta de Europa y su ingente flota de camiones realiza miles de portes diarios por todo el territorio nacional y por países de la Unión Europa. Los contrabandistas se aprovechan de esto para introducir por carretera la hoja de tabaco: los mismos camiones que salen con productos agrícolas luego regresan cargados hasta las trancas de hojas destinadas a picadura. 
“Las rutas más utilizadas por los contrabandistas arrancan en almacenes de Italia y en explotaciones agrícolas de Extremadura y Granada”, enumera Luis Marín. Otra de las zonas calientes de contrabando es la conexión Murcia-Écija. 
 “El problema que tenemos es que dentro de la Unión Europea no hay aduanas interiores y no podemos controlar la mercancía: un camión sale cargado de hoja de tabaco y llega a su destino sin que nadie lo pare y así es muy fácil traficar”, alerta Alfonso del Moral.
- Alfonso, como delegado en Murcia de la Agencia Tributaria, ¿qué medidas considera usted que deben emprender las administraciones para atajar el incremento del contrabando?
- Hace falta implantar un sistema de trazabilidad para controlar la hoja de tabaco desde que se produce en el campo hasta que llega al consumidor final, así como intensificar los controles desde las consejerías de Agricultura de las distintas comunidades autónomas. También es necesario que a nivel comunitario las autoridades europeas definan legalmente cuándo se produce el paso del término conocido como ‘labores del tabaco’ a tráfico de esta mercancía.

Tabacaleras clandestinas en naves abandonadas

La ausencia de aduanas interiores convierte esas rutas por carretera en alfombras rojas para que los contrabandistas lleven el material a naves en estado de abandono de polígonos industriales de cualquier punto de la Región: Cieza, Cartagena, Alcantarilla... 
En el exterior colocan carteles de ‘se alquila’ y ‘se vende’ para despistar mientras que en el interior de esas naves despliegan la logística de una empresa tabacalera clandestina: habilitan trituradoras de hoja, básculas de pesado, zonas de envasado, maquinaria eléctrica para liar los pitillos, equipan a los operarios con mochilas para fumigar con glicerina la picadura de tabaco para que no pierda frescura, incluso a veces cuentan con camiones propios para la distribución del género empaquetado.
Algunos de los contrabandistas que operan en la capital murciana cuentan con planchas para falsificar marcas de tabaco. Las imitaciones de las cajetillas son tan buenas que ciertos establecimientos hosteleros, locales de apuestas y negocios regentados por asiáticos las compran para ahorrarse impuestos y costes de los proveedores legales. 
Valgan como ejemplo paquetes de Chesterfield, en cuyo interior hay cigarrillos liados con picadura de tabaco, que se comercializan a 2,50 euros frente al coste del estanco de 4,75 euros.
-¿Dónde lo compra? 
-Es picadura de tabaco que viene de Extremadura, yo se lo compro a un hombre que tiene proveedores en El Palmar. Me cuesta 35 euros el kilo y los lío en mi casa con una máquina del chino que me costó nueve euros.
Es mínima la inversión necesaria para sumarse a la burbuja del contrabando tabacalero murciano. También es ínfima la infraestructura necesaria para montar una organización, tal y como reconoce el jefe del Servicio de Vigilancia Aduanera: “Con seis personas, una cochera, una máquina para picar tabaco, una báscula y 3.000 euros te puedes iniciar en el negocio, te pones de acuerdo con una empresa de transportes y te anuncias por redes sociales”.

Milanuncios: tabaco de segunda mano

Es tan fácil iniciarse en el contrabando de picadura que el comercio ilícito de cajetillas de tabaco se ha convertido en una actividad residual en la Región. Lo que manda es la hoja picada cuyas ventas han sido espoleadas en los últimos tres años vía internet. Basta con ojear la página de Milanuncios donde hay vendedores que se comprometen a hacer entregas en cualquier punto de España, en un plazo máximo de 48 horas, y que ofertan hoja picada a entre 25 y 35 euros el kilo. Hay material en todas sus variantes: rubio, negro, suave, fuerte… A El Español le llamó la atención un número móvil que se repetía en anuncios de más de diez ciudades, entre ellas la capital murciana, pero el supuesto vendedor rechazó ofrecer detalles de su actividad: “No siempre estamos en Murcia. Lo siento pero no estoy interesado en hacer ninguna entrevista”.
Otro de los canales de venta es WhatsApp, lo que dificulta todavía más que estos vendedores ilegales sean interceptados por el Servicio de Vigilancia Aduanera y las Fuerzas de Seguridad. En cambio este sistema de comercialización por mensajería es ideal para fumadores porque incluye entrega a domicilio, tal y como confirma desde el anonimato una usuaria murciana que compra tabaco de liar a través de la citada red social: “Antes en una semana me gastaba 50 euros de media en el estanco, pero la picadura me cuesta 20 euros semanales y me ahorro el viaje, porque le mando un mensaje a mi vendedor y me trae a casa los cigarrillos liados”.
-¿Cuándo usted se fuma un cigarro nota alguna diferencia en la calidad del tabaco?
-El sabor es más fuerte y el pitillo dura más, pero en un mes me ahorro 120 euros.
A pie de estanco, el vicepresidente de la Asociación de Estanqueros de la Región de Murcia, Fernando Ros, lanza una advertencia a los consumidores: “Ese tipo de picadura de tabaco no pasa por ningún control sanitario, no sabemos si la hoja se pica mezclada con alfalfa, y cuando la humedad no es la adecuada puede generar amoniaco”. 
Ros no miente con su mensaje porque en el último gran golpe de la Policía Nacional al contrabando, se intervinieron 18.000 kilos de hoja y 2.000 kilos de picadura de tabaco mezclada con diferentes aditivos. 
En los registros practicados en dos naves industriales de Molina de Segura y la pedanía murciana de Cobatillas, los investigadores confirmaron que esos aditivos procedían de bidones que almacenaban unos líquidos que fueron analizados para esclarecer un delito contra la salud pública.

El contrabando reduce un 25% las ventas

La Brigada Provincial de Policía Judicial, junto con Aduanas, arrestaron a cuatro polacos y un español como presuntos autores de un delito de contrabando. Una exitosa operación que por desgracia no pone remedio a un problema creciente, según alerta Fernando Ros: “Las ventas de tabaco de liar en los estancos de la Región han caído un 25% mientras que ha subido un 6% la comercialización de librillos de papel entre la clientela porque obtienen el producto por otros canales”. 
Este estanquero con trece años de experiencia en el sector, gracias a su negocio que regenta en las inmediaciones del Ayuntamiento de Cartagena, asegura que en el gremio “existe preocupación porque nunca habíamos vivido algo así”.
La nueva Junta Directiva de la Asociación de Estanqueros de la Región tomó posesión el 8 de noviembre y lo primero que hizo fue solicitar una reunión con el Servicio de Vigilancia Aduanera. 
“La idea es buscar nuevas medidas porque con ellos ya estamos colaborando aportando toda la información que podemos, pero es muy difícil averiguar quién está detrás de las páginas de internet que venden tabaco de liar a granel y saber desde qué lugares operan”. 
De hecho, este diario llama a algunos números de teléfono que aparecen en Milanuncios y nadie descuelga el terminal, pero al enviar un WhatsApp para hacer un pedido responden en unos minutos. 
“El otro problema que tenemos es que cuando detienen a los contrabandistas las condenas son pequeñas y vuelven al negocio”, lamenta indignado Fernando Ros.
El letrado Pablo Martínez, del bufete de abogados Mariano Bó, confirma que es rentable a nivel judicial trapichear con picadura de tabaco en la Región: “La gran diferencia con el delito de tráfico de drogas es que estamos hablando de mercancías objeto de comercio, por las que hay que pagar impuestos, mientras que el hachís y la marihuana son sustancias ilegales. Para que el contrabando sea considerado un delito con pena de prisión, de uno a cinco años, y multa, hace falta que el valor de la picadura de tabaco intervenida sea igual o superior a 15.000 euros o se demuestre que pertenece a una organización criminal”. 
En caso contrario, el asunto se resuelve con una sanción económica cuyo importe oscila entre 2.000 euros y un máximo del 600% del valor de la mercancía incautada. Los contrabandistas que operan en territorio murciano se han enfrentado a una multa en 269 ocasiones.

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