martes, 7 de septiembre de 2021

El día que Alicante fue arrasada con más de 500 bombas para separarla de España en 1873


MADRID.- El periodo que siguió a la expulsión de la Reina Isabel II , en 1868, fue uno de los de mayor inestabilidad que ha padecido España en su historia contemporánea. Todo comenzó con el golpe de Estado conocido como ‘La Gloriosa’ , que dio paso a un gobierno provisional que se debatió, desde el principio, entre establecer un régimen republicano o el nombramiento de un nuevo monarca. Al final se optó por lo segundo y se eligió a Amadeo de Saboya, que dio paso a una convulsa y accidentada monarquía parlamentaria que duró tan solo tres años, desde 1870 a 1873, tal como recuerda Abc.

El Rey Amadeo I abdicó ante la ingobernabilidad manifiesta del país y, el 11 de febrero de 1873,

 los diputados del Congreso votaron, esta vez sí, a favor de proclamar la República. Se instauró de nuevo un gobierno provisional liderado por el Partido Republicano Federal que ni mucho menos trajo la estabilidad política a España. La prueba es que en los 11 meses que duró hubo nada menos que cuatro presidentes. Todos tuvieron que enfrentarse a una nación llena de conflictos, ya que en el norte se estaba produciendo la Tercera Guerra Carlista y en el resto del territorio violentas revueltas de carácter cantonal.

Los protagonistas de estas últimas combatían porque no existiera un único estado español. En un principio defendían una especie de federación de pequeñas naciones o cantones que podían tener el tamaño de una región o una comarca, en el mejor de lo casos, o de una ciudad o un pueblo, en el peor. Curiosamente, la que más éxito tuvo se encontraba en este último grupo y obligó, incluso, a intervenir con el Ejército al Gobierno central. Se trata de la rebelión que tuvo lugar en Cartagena el 12 de julio de 1873.

Un estado separado de la República

Sus líderes –el diputado murciano Antonio Gálvez Arce, conocido como ‘Antoñete’, y el general Juan Contreras– fueron un paso más allá y proclamaron el Cantón de Cartagena como un Estado separado de la Primera República. Las tropas rebeldes que comandaban se hicieron con el control de todas las fragatas navales que estaban atracadas en el puerto de la localidad, las más modernas del Ejército español. 

A continuación, cegados por su triunfo en este enclave intentaron conquistar todas las ciudades de los alrededores para ampliar el tamaño y la influencia de su recién estrenado territorio independiente.  

El 18 de julio se produjo un cambio de Gobierno con Nicolás Salmerón como nuevo presidente y el alicantino Eleuterio Maisonnave como presidente de Gobernación, el equivalente al ministro actual de Interior. Justo dos días después, la fragata Victoria salió de Cartagena con dirección a Alicante comandada por Antoñete. 

En lugar de hacer frente a los cantonalistas, el gobernador militar de la ciudad, Juan Ruiz Piñeiro, huyó a San Vicente del Raspeig con sus tropas en compañía del gobernador civil José Morlius. La teoría que se difundió es que ambos desconfiaban de la lealtad de los soldados.

Las únicas personas armadas que permanecieron en Alicante fueron los integrantes de la milicia Voluntarios de la República. Sin embargo, no opusieron ninguna resistencia y la mayoría se sumaron a la sublevación. El Ejército cantonalista de Cartagena desembarcó en la ciudad sin resistencia. 

Antoñete invitó a las autoridades políticas locales a que se adhirieran al golpe de Estado contra la República. Era una amenaza velada y tampoco tenían mucha capacidad de elección, por lo que el alcalde Manuel Santandreu, el presidente de la Diputación Juan Mas y muchos concejales aceptaron.

El Cantón de Alicante

Se proclamó entonces el Cantón de Alicante como parte del de Cartagena. Al gobierno que se encargó de administrarlo se le llamó 'Junta de Salud Pública', a cuyo frente se puso Antonio Botella. Uno de los principales apoyos que tuvo fue José Marcili, el político que había perdido las elecciones municipales de 1868 contra el ministro de Gobernación Eleuterio Maisonnave, que en aquel momento fue elegido alcalde de la ciudad. 

La situación por parte de los separatistas parece que estaba controlada y que no contaban con apenas oposición a su proyecto, por lo que el 23 de julio de 1873, las tropas cantonalistas regresaron de nuevo hacia Cartagena para socorrer a esta localidad que estaba siendo sitiada por el Ejército republicano.


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