Hace pocos días, el Dr. Biscardi, «una de los más importantes figuras en Italia en la oposición a las inyecciones”, anunció un descubrimiento sensacional, que habría puesto fin a la campaña del suero y llevado a las farmacéuticas al banquillo de los acusados, con miles de millones en daños a pagar.
Debido a la
gravedad de los efectos secundarios que conllevan las inoculaciones
contra el supuesto Covid 19, el magistrado Angelo Giorgianni, solicitó
directamente al científico italiano, experto en genética, una rigurosa
investigación sobre el SARS-COV2 y las mal llamadas vacunas.
El
supuesto científico Dr. Biscardi, habría terminadoya su informe con los
detalles de los nano dispositivos tecnológicos encontrados y estaba a
punto de presentarlo a la Comisión Europea, cuando, ayer miércoles 12
de enero, fue encontrado muerto en su apartamento.
Hace solo unos días hizo un breve video donde dijo que tenía pruebas definitivas de que nanodispositivos de tecnología desconocida estaban contenidos en la vacuna y dijo que estaba listo para ir a la Comisión Europea a presentar una denuncia formal en ese sentido.
Era un hombre honesto y valiente. Estaba trabajando en una investigación muy delicada, capaz de demostrar el peligro de algunas vacunas contra la enfermedad de Covid-19. La verdad es ya demasiado fuerte y evidente como para mantenerla oculta por más tiempo.
El supuesto investigador tenía 53 años, era de Caserta y ejercía en esta ciudad. Biscardi afirmaba haberse graduado de la Universidad de Nueva York en 2008.
Pero no se descarta tampoco la teoría de que de esta manera noticiosa se transmitió la idea de que quien denuncie el suero podría morir.
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