miércoles, 19 de enero de 2022

Detenidas dos enfermeras que fingían inocular a antivacunas a cambio de dinero en Palermo

 

PALERMO.- Una enfermera de Palermo (Sicilia) ha sido arrestada por inyectar falsamente vacunas. Es el segundo caso en menos de un mes y los dos están relacionados. Giorgia Camarda, de 58 años, trabaja como enfermera en el Hospital Cívico de la capital siciliana y realiza otro turno laboral en el centro de vacunación instalado en el 'Ente Feria del Mediterráneo'. 

La enfermera Camarda se encuentra en arresto domiciliario, con la acusación de «falsificación y malversación de fondos públicos», por haber fingido vacunar a un matrimonio. El sistema utilizado consistía en vaciar la dosis de la jeringa en un trozo de gasa y hacer la inyección falsa. La Policía, que ha documentado la falsa vacunación con un vídeo, indaga para comprobar si hay otros episodios análogos.

Por cada una de las falsas dosis se habría pagado entre 100 y 400 euros, según el diario español Abc.

Giorgia Camarda tiene el pasaporte digital Covid, necesario para el personal sanitario, que se obtiene con tres dosis. La tercera se la hizo inyectar falsamente por una colega, Anna Maria Lo Brano, que también trabajaba en el Hospital Cívico y en el centro de vacunación instalado en la Feria del Mediterráneo. 

La enfermera Lo Brano fue detenida el 21 de diciembre, con la acusación de «corrupción, falsificación y malversación de fondos públicos», por haber fingido realizar vacunas a cambio de dinero al menos a una decena de personas, entre ellas a un conocido líder de los antivacunas.

Casi en lágrimas, Anna Maria Lo Brano confesó a los investigadores, coordinados por el fiscal Sergio Demontis de Palermo: «Me arrepiento de lo que hice, solo actué por necesidad de dinero para mantener a mi hijo en la universidad. También porque cuando acepté realizar las vacunas falsas, sabía que no recibiría el sueldo de noviembre por cuestiones fiscales». 

El sistema de la falsa vacunación era siempre el mismo: «Vaciaba el contenido de la jeringa en una gasa y luego metía la aguja en el brazo, sin inyectar nada», explicó Lo Brano.

Además de Anna Maria Lo Brano, el 21 de diciembre fueron arrestados un líder de los antivacunas, Filippo Accetta, y el comerciante Giuseppe Tomasino. La enfermera Lo Brano ha contado cómo se originó la operación fraudulenta: «Estábamos en una fiesta de amigos comunes y Tomasino me pidió que lo ayudara porque era un antivacunas convencido y estaba absolutamente seguro de que no quería la inyección». 

El comerciante Tomasino la invitó después a su tienda en Palermo: «Estaban también Filippo Accetta -el líder antivacunas, ahora en prisión-, y otra persona. El acuerdo concluido allí -añadió la 'enfermera- era que yo habría obtenido falsos certificados de test de Covid con resultados negativos, para Tomasino, Accetta y dos de sus hijos, a cambio de 50 euros para cada uno, mientras que otra enfermera se habría encargado de la ejecución o en todo caso de la organización de las inoculaciones falsas, a cambio de 400 euros por cada uno». 

La enfermera Lo Brano detalló también a los investigadores cuándo ejecutó la falsa vacunación: «El 10 de noviembre, Accetta llegó al centro de vacunas con sus dos hijos y con Tomasino. En esa ocasión les puse la falsa vacuna a todos menos a uno de los hijos de Accetta, porque tenía miedo».

Las dos enfermeras corren ahora el riesgo de ser despedidas. El presidente del Colegio de enfermeros de Palermo, Nino Amato, ha calificado las falsas vacunas en la capital siciliana como un «hecho gravísimo y desconcertante, que condenamos y ante el cual seremos inflexibles».


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