El mensaje de fin de año del Rey tiene dos niveles de análisis:
primero el mensaje en sí mismo y, segundo, la recepción, bastante
previsible, por las distintas tribus. Pocas sorpresas, la incógnita era
qué iba a decir el Rey, que grado de compromiso podía asumir respecto a
la situación política actual.
El texto discurrió por un relato
tecnocrático, objetivo, no tanto neutral como aséptico. Probablemente
sin pretenderlo la técnica utilizada fue la típica de los análisis
llamados DAFO (debilidades, fortalezas, oportunidades y amenazas) que
estuvieron de moda durante los años ochenta en las escuelas de gestión.
El texto, breve (no llegó a las 1 300 palabras), repasa el panorama de
la sociedad española con las AMENAZAS que suponen: el cambio
tecnológico y la digitalización; la incertidumbre del proyecto Europa;
los movimientos migratorios; las desigualdades por sexo; la
sostenibilidad y el cambio climático; la falta de empleo, especialmente
para los jóvenes, y las dificultades económicas de muchas familias
vulnerables. Una relación que no es exhaustiva pero que es muy
pertinente.
En cuanto a las DEBILIDADES apunta: deterioro de la confianza en las
instituciones; Cataluña; el efecto de la desigualdad en la cohesión.
Poco cabe objetar a esa lista. Las FORTALEZAS residen en “la confianza
firme en nosotros mismos y en España… el carácter de los ciudadanos, la
fortaleza de la sociedad y el adecuado funcionamiento del Estado”.
También hay OPORTUNIDADES, tras cuatro décadas de democracia que han
promovido una transformación profunda como nunca antes, España no está
aislada, sino muy abierta al mundo; una sociedad resistente y madura,
emprendedora y generosa, creativa y con liderazgo en ciencia, cultura,
deporte y empresa. “Con un Estado Social y Democrático de Derecho que
asegura convivencia en liberad”.
Para redondear el repaso con una afirmación concluyente. “gracias a
nuestra Constitución… el deseo de concordia que derriba muros de
intolerancia, rencor incomprensión.
Curiosas algunas respuestas de oficio que (des)califican a sus
autores. El portavoz del PNV dice que el Rey no habló del País Vasco,
así que muy mal. Sin comentarios. Más pinturero y disparatado fue el
portavoz de ERC que calificó el mensaje de “mitin de Vox”. Sin
comentarios.
Luego se pueden leer comentarios más o menos académicos y afilados
sobre que pudo hablar más o menos o de otra manera de Cataluña. O que
debió evitar la palabra “denegar la confianza” del Congreso al candidato
propuesto para la investidura, o que … fruslerías y pellizcos de monja.
Me pareció un discurso limpio, sencillo, del que es difícil discrepar
desde la razón en cada uno de sus párrafos. Mensaje sereno y
esperanzado, con la que está cayendo es difícil esperar u ofrecer más.
(*) Periodista y politólogo
https://www.republica.com/la-bolsa-o-la-vida/2019/12/26/el-analisis-dafo-de-felipe-vi/
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