“Soy Johana: Mi testimonio”, libro de Enrique de Diego
Johana contra el sistema
“¿Quién era yo antes del 1 de abril? Yo era un alma libre, fuerte como un roble, vital al doscientos por mil y siempre haciendo muchas cosas a la vez, incansable, metódica, organizada, seria, empática, muy normativa y perfeccionista. Me caracteriza una fuerte personalidad y odio profundamente las injusticias, la violencia en cualquiera de sus aspectos y la manipulación”, así empieza su testimonio Johana Fernández Martínez. La fecha del 1 de abril que marcó su vida es la de la timo vacunación.
Maestra, practicante de remo, del falucho, especialidad alicantina, esta mujer ha visto como AstraZeneca y Pfizer han destrozado su vida, hasta haber sufrido la extirpación de la vesícula y tener que tomar sesiones de quimioterapia para impedir que sus pulmones afectados no degeneren en fibrosis, además de trombos y heridas en manos y pies, boca y cabeza.
Acudió engañada a los pinchazos, el segundo le fue recomendado por su médico de cabecera. “Añoro mi vida de antes, era de colores, vivencias y aventuras. Y claro, siento mucha preocupación de no volver a ser la misma de antes, en el mejor del caso, volver a ser y existir”.
Y de pronto se hace el silencio en torno a ella. “Con los medios de comunicación me quedo literalmente a cuadros. A mí se me revuelven las tripas cuando sigo escuchando la ceguera masiva, pero es que hay una embriaguez de medios de comunicación, políticos, gente que no tiene nada que ver con el mundo de la medicina, ni de la investigación que dice burradas, cuando a estas alturas ya no se puede tapar el Sol con un dedo”. Si silencio y censura hay en los medios de comunicación, silencio absoluto hay en la Administración. Esta ciudadana de San Vicente del Raspeig, Alicante, parece no existir.
Haría falta un Kafka moderno para describir la situación, porque Johana lo que recibe, como está encasillada como inmunodeprimida, es la invitación de la Generalitat valenciana a recibir un tercer pinchazo, lo que ella llama “una invitación al suicidio”.
Johana contra el sistema, algo que no han tenido en cuenta los totalitarios eugenésicos, destruyendo y destrozando vidas, con sentimientos, proyectos, ilusiones y dignidad porque Johana es “una persona, importante, PERSONA, que en esta encrucijada menos persona me estoy sintiendo de cualquier cosa y es cuando viene el enfado, la sed de lucha”.
Johana va a ir a los Tribunales y va a poner toda la farsa –la vacunación forzada, el pasaporte covid- patas arriba y va a exigir responsabilidades. De nuevo, David contra Goliat; Johana contra el sistema de corrupción y genocidio. Ese es su testimonio.
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