En las últimas semanas se ha especulado en exceso con el presunto papel de comisionista de Eduardo Zaplana en las adjudicaciones de obra de "Terra Mítica" e, incluso, circula por Benidorm un fuerte rumor que apunta a que se ha convertido en un verdadero "padrino" de la economía local donde, teóricamente, ninguna operación de envergadura se puede realizar sin su beneficio. Su proyecto político inmediato, ya menos oculto pero más difícil de salir adelante conforme le vaya cayendo la losa del parque temático en quiebra, es ayudarse de Rafael Blasco para montar un nuevo partido de centro-derecha regionalista en la Comunidad Valenciana y así poder actuar de bisagra cuando lo necesiten PP o PSPV y, concretamente, este último no quiera acudir a la alianza entre EU y el Bloc como aliada. Demasiado diseño teórico y futurible para un apestado, y un tiburón del procedimiento administrativo local, campeón de supervivencia en barra fija.
Desde la muerte del lider natural benidormí, y ex alcalde, Vicente Pérez Devesa, y el enfrentamiento político entre Zaplana, su suegro (el ex senador Miguel Barceló) y, en primera instancia, su derrotada cuñada, el ex presidente de la Generalitat se trata de hacer fuerte en su entorno próximo, y más bien ahora que sus huestes en el resto de la provincia de Alicante se van entregando progresivamente a la disciplina de Camps al intuir que el proceso judicial derivado de las sospechas por "Terra Mítica" se terminará cargando políticamente al cartagenero dentro del PP. Hasta Ripoll, presidente de la Diputación alicantina, y De España, de las Cortes Valencianas, han tenido y tienen sus momentos de dudas de fe acerca de un futuro a medio plazo. La atracción política de Camps sobre Rajoy es tan fuerte, que ya no se ve más que un batirse en retirada de Zaplana, privado, además, ya claramente, de las bendiciones de Aznar y Acebes.
Entre las veleidades de un Zaplana excedente a partir de septiembre, y un PP que ya lo esconde del público todo lo que permiten las circunstancias ante los primeros resultados que arroja la investigación de la Fiscalía, la convicción pública más generalizada es que la presunción de inocencia del exministro de Trabajo se puede ir debilitando conforme se acerque la hora de pedir un suplicatorio a la altura, más o menos, del próximo mes de diciembre. Pero antes, el sospechoso ya tendrá la suficiente organización de una mínima estructura como para poder acudir a los comicios locales y autonómicos de 2007. Y la financiación no le va a faltar desde las arcas de todos esos negociantes oportunistas a quienes Blasco ha hecho multimillonarios al permitir un desarrollo y aplicación muy "sui géneris" de la LRAU, aunque haya sido al precio de cargarse nuestra marca turística y residencial en los principales mercados europeos.
Se preguntará mucha gente por qué un hombre con tanto tiempo en política y tan cuestionado por sus métodos y aficiones, no se retira a disfrutar de un merecido descanso, junto con su joven musa, antes de que su insistencia en quedarse, a cualquier precio y contra los intereses que hasta ahora decía defender, obliguen a sus protectores a retirarle la red y pueda terminar cumpliendo alguna condena por sentencia judicial firme. La respuesta puede estar en que trabaja para gente más poderosa, que son quienes le sostienen en los cargos para beneficiarse a su costa de esa posición de privilegio. Lo que no quiere decir, que él no se avíe todo lo que pueda sin esperar a la recompensa de los verdaderos dueños de este guiñol de aficionados, que no terminan de aprender bien el guión y obligan ya a dar oportunidad a impacientes noveles.
En pleno apogeo nacional, regional y local del PP, allá por los años 2000-2003, las apariencias se cuidaban mucho menos y alguien llegó a escribir que en Alicante (y toda la Comunidad Valenciana) había más banderas por obras de la ACS de Florentino Pérez, que de la propia Generalitat. Muy pocos saben las viejas relaciones de Florentino con Zaplana y Alperi desde los años 80, cuando los tres militaban en UCD. Y muchos más ignoran las de Pérez con los March, los exbanqueros que financiaron a un PP que terminó llegando al poder en la Comunidad Valenciana y España ante el fuerte desgaste de un PSOE de liderazgo cuestionado y sospechoso.
Pues bien, el poder de estos figurantes sin mejores cosas que hacer en su vida que estar en política para hacer el trabajo sucio al poderoso (no olvidemos que el abuelo, el magnate mallorquín Juan March, fué el primer financiador de Franco para que se levantara contra la II República al privarle del negocio del petróleo), es el que le delega ese gran poder económico para asegurar sus negocios en la zona ("Carrefour", por ejemplo) mientras dure su mandato. No hay más claves ni más secretos: su aparente fortaleza radica en el apuntalamiento que hace quien sólo está pendiente de seguir acumulando por aquí y por allá como si el Mundo no se fuese a acabar nunca.
Caído en cierta desgracia Florentino tras la llegada del PSOE a La Moncloa, con casi todas las bendiciones del banquero Emilio Botín (Zaplana no es santo de su devoción desde que le asesora el valiente exrector de la UAL, Andrés Pedreño, ahora profesor visitante en Oxford), tanto Zaplana como Alperi reordenan y reorientan sus respectivas disciplinas: más ortodoxo el alcalde de Alicante pero con el seguro puesto en un magnate local; más alocado el todavía portavoz parlamentario del PP, intentando restar apoyos de magnates valencianos al frágil liderazgo de Camps.
Todo esto no es privativo de Alicante. En la vecina Región de Murcia, hacia donde ha huído tanto capital alicantino para invertir en la Construcción, el gran muñidor en la sombra de su política económica es el presidente de ONO, el cartagenero Eugenio Galdón, economista del Estado en excedencia, también proveniente de UCD, con fuerte ascendiente sobre Luis del Rivero, el ingeniero murciano presidente de "Sacyr-Vallehermoso" y exvicepresidete del Real Madrid con Florentino Pérez. No es el único porque las Koplowitz tienen puesta una pica a través del hombre de negocios, Jesús Samper, actual propietario del Club Real Murcia.
Entre las veleidades de un Zaplana excedente a partir de septiembre, y un PP que ya lo esconde del público todo lo que permiten las circunstancias ante los primeros resultados que arroja la investigación de la Fiscalía, la convicción pública más generalizada es que la presunción de inocencia del exministro de Trabajo se puede ir debilitando conforme se acerque la hora de pedir un suplicatorio a la altura, más o menos, del próximo mes de diciembre. Pero antes, el sospechoso ya tendrá la suficiente organización de una mínima estructura como para poder acudir a los comicios locales y autonómicos de 2007. Y la financiación no le va a faltar desde las arcas de todos esos negociantes oportunistas a quienes Blasco ha hecho multimillonarios al permitir un desarrollo y aplicación muy "sui géneris" de la LRAU, aunque haya sido al precio de cargarse nuestra marca turística y residencial en los principales mercados europeos.
Se preguntará mucha gente por qué un hombre con tanto tiempo en política y tan cuestionado por sus métodos y aficiones, no se retira a disfrutar de un merecido descanso, junto con su joven musa, antes de que su insistencia en quedarse, a cualquier precio y contra los intereses que hasta ahora decía defender, obliguen a sus protectores a retirarle la red y pueda terminar cumpliendo alguna condena por sentencia judicial firme. La respuesta puede estar en que trabaja para gente más poderosa, que son quienes le sostienen en los cargos para beneficiarse a su costa de esa posición de privilegio. Lo que no quiere decir, que él no se avíe todo lo que pueda sin esperar a la recompensa de los verdaderos dueños de este guiñol de aficionados, que no terminan de aprender bien el guión y obligan ya a dar oportunidad a impacientes noveles.
En pleno apogeo nacional, regional y local del PP, allá por los años 2000-2003, las apariencias se cuidaban mucho menos y alguien llegó a escribir que en Alicante (y toda la Comunidad Valenciana) había más banderas por obras de la ACS de Florentino Pérez, que de la propia Generalitat. Muy pocos saben las viejas relaciones de Florentino con Zaplana y Alperi desde los años 80, cuando los tres militaban en UCD. Y muchos más ignoran las de Pérez con los March, los exbanqueros que financiaron a un PP que terminó llegando al poder en la Comunidad Valenciana y España ante el fuerte desgaste de un PSOE de liderazgo cuestionado y sospechoso.
Pues bien, el poder de estos figurantes sin mejores cosas que hacer en su vida que estar en política para hacer el trabajo sucio al poderoso (no olvidemos que el abuelo, el magnate mallorquín Juan March, fué el primer financiador de Franco para que se levantara contra la II República al privarle del negocio del petróleo), es el que le delega ese gran poder económico para asegurar sus negocios en la zona ("Carrefour", por ejemplo) mientras dure su mandato. No hay más claves ni más secretos: su aparente fortaleza radica en el apuntalamiento que hace quien sólo está pendiente de seguir acumulando por aquí y por allá como si el Mundo no se fuese a acabar nunca.
Caído en cierta desgracia Florentino tras la llegada del PSOE a La Moncloa, con casi todas las bendiciones del banquero Emilio Botín (Zaplana no es santo de su devoción desde que le asesora el valiente exrector de la UAL, Andrés Pedreño, ahora profesor visitante en Oxford), tanto Zaplana como Alperi reordenan y reorientan sus respectivas disciplinas: más ortodoxo el alcalde de Alicante pero con el seguro puesto en un magnate local; más alocado el todavía portavoz parlamentario del PP, intentando restar apoyos de magnates valencianos al frágil liderazgo de Camps.
Todo esto no es privativo de Alicante. En la vecina Región de Murcia, hacia donde ha huído tanto capital alicantino para invertir en la Construcción, el gran muñidor en la sombra de su política económica es el presidente de ONO, el cartagenero Eugenio Galdón, economista del Estado en excedencia, también proveniente de UCD, con fuerte ascendiente sobre Luis del Rivero, el ingeniero murciano presidente de "Sacyr-Vallehermoso" y exvicepresidete del Real Madrid con Florentino Pérez. No es el único porque las Koplowitz tienen puesta una pica a través del hombre de negocios, Jesús Samper, actual propietario del Club Real Murcia.
1 comentario:
TVE la primera represaliada por el caso Terra Mítica
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