La cúpula nacional del PP ha retirado ya, sin disimulos, a Zaplana de la primera línea de la política valenciana tras el escándalo protagonizado en "Terra Mítica". El exministro no se ha ratificado en la querella, y no parece que termine haciéndolo finalmente, contra quienes desde el empresariado subcontratista le involucran en el supuesto cobro de comisiones ilegales por las artificialmente encarecidas obras, y Génova 13 parece avisada de que "puede salir mucho más" sobre don Eduardo si el exalcalde de Benidorm se sigue moviendo y negando lo que ya parece más que una evidencia, aireada, en primera instancia, por el socialismo regional de corte lermista.
Su reciente entrevista con el ministro del Interior y, hasta hace bien poco, contrincante directo como portavoz socialista en el Congreso, Rubalcaba, lejos de tranquilizarle, parece lo ha dejado más descompuesto todavía si ha logrado medio confirmar que el origen de todo este proceso que lo involucra sin fisuras puede tener que ver mucho más, en el fondo, con Génova 13 que con Ferraz para que sea uno solo, por ser el que más, quien expíe las culpas de todos por si así cuela y basta a la Oposición. Desde la sede socialista no ha salido todavía el más mínimo comentario ni condena sobre lo que se le achaca al político cartagenero, y se extiende como la pólvora por la sociedad, como una sospecha que puede tener cierto fundamento. Zapatero no da explicaciones ni le recibe, si bien Moncloa tampoco echa, de momento, leña a un fuego que, seguro, irá a más tras el verano pero que no se quiere refuerce a un insuficiente Pla. El primer balance, dos pájaros de un tiro para la nueva joven guardia emergente en el PP; la que aspira a llegar de la mano de Rajoy y está más que harta de un Zaplana que sólo pretendía ya apurar su posición de ventaja personal para seguir haciendo ciertos negocios (¿ahora en la costa murciana?) de cara a un inevitable retiro.
Una primera consecuencia de la galerna desatada, que afecta a toda una organización dividida y bajo sospecha generalizada de corrupción en Valencia y Murcia, ha sido sacar a Rafael Blasco de Territorio y Vivienda para mandarlo a Sanidad (antes de prescindir del todo de él) en cuanto Camps ha recibido el rotundo respaldo de la direccion nacional del PP para que vuelva a ser candidato a la Generalitat en 2007. Todos los "campistas" de ocasión también van a ser depurados tras las próximas elecciones, caso de Diaz Alperi, Fabra, Martínez Pujalte y Maluenda, aunque algunos más pronto, como Blasco, Ortuño, Hernández Mateo y Medina, porque no admitan tanto plazo para dejarlos caer. Se tendrán que marchar mucho antes del PP para que sus gastadas caras no contribuyan a una hemorragia de votos en sus respectivos ámbitos. Y, en el caso del "conseller" degradado, será el precio exigido y pagado al Parlamento Europeo tras su tajante condena reglamentaria de la aplicación de la LRAU, y su desconfianza en la LAU de Blasco, hasta el punto de haber arruinado las ventas de viviendas turísticas de la Comunidad Valenciana, y hasta de la Región de Murcia, en los mercados alemán y británico.
La imagen empañada del PP por culpa de unos cuantos cargos públicos, como Zaplana y Blasco, afecta a la expectativa de la mayoría de sus dirigentes y cargos orgánicos, y si no se endereza cuanto antes precisamente en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, puede alejar a Rajoy de las escasas posibilidades de ser la alternativa nacional a Zapatero en 2008 porque las encuestas más fiables reflejan ya un lento desplome de los populares y una tendencia a la baja en ambos feudos "populares", que no se logra invertir conforme se acercan los comicios, y que puede dañar las bases de financiación, en y desde estas regiones.
Fiscalía del TSJ , Agencia Tributaria y Juzgado nº 3 de Valencia están haciendo tan bien su trabajo, que se atisban garantías de un proceso justo sobre la base de unas denuncias e imputaciones con mucho fundamento. Cierto o no, ya se verá en la vista oral y en la resolución de los previsibles recursos de apelación que se presenten en su día. Si llegase a materializarse la personación de la Generalitat, CAM y "Bancaja", a través de la sociedad "Parque Temático de Alicante", versus "Terra Mítica", en un presunto delito de estafa como oganismo público y entidades perjudicadas en sus intereses, y en virtud de socios más importantes, el futuro de Zaplana tornaría a complicarse aún más de lo que ya está de por sí.
Mientras tanto, un resentido Zaplana, desautorizado ya "de facto" por Acebes y Rajoy al pedir públicamente que todo el PP de la Comunidad Valenciana sea una como una piña en torno a Camps, rumia su venganza en Ibiza navegando en su yate, jugando al golf y conspirando contra quienes muy sutilmente lo están sacando del cuadro de la política española para hacer irreversible su previsible dimisión, tras el actual período de sesiones, como portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, sabedor de que el expresidente Aznar no ha salido, ni va a salir, tampoco en su defensa ni ahora ni después. Son muchos los que sabían de tiempo por ahí arriba que esto terminaría ocurriendo, tarde o temprano, tras los antecedentes de lo sucedido en el IVEX y en el Ministerio de Trabajo, que tampoco tiene ya buena pinta, ni para el PP ni para Zaplana.
Zaplana, símbolo de la presunta corrupción de un partido que ganó en 1996 gracias a la corrupción rampante del otro, se apresta ya a volver a sus "cuarteles de invierno" para tomarse la revancha y, seguramente, intentar crear una nueva formación regionalista en la Comunidad Valenciana si un descalabro del PP se lo permite y el PSPV no logra conseguir el mismo apoyo de que gozó antaño Si encuentra un hueco, lo llenará con una propuesta liberal-conservadora, aunque siempre y cuando salga indemne de su más que probable paso por el banquillo de los acusados. Blasco es posible que le acompañe en el intento de esa nueva formación valencianista y aporte la financiación de promotores inmobiliarios nostálgicos que, según todo parece indicar, se han lucrado y bien, hasta el pecado, con el paso de ambos por el Consell.
Camps, raudo, comienza ya a pasar página, seguro de que si no lo hace será Jordí Sevilla el próximo inquilino del Palau. De aquí a mayo de 2007 queda un año de infarto para todos. Pero Zaplana tendrá que afrontar en solitario el calvario que le aguarda. Otros, en otras regiones vecinas, pueden ir detrás de él. Mientras tanto, nadie sabe que será al final de Pla ni de los altos protegidos del presunto caído, como los alicantinos Ripoll, De España, Peralta, Genma Amor, Ricardo Ferré, Fernández Valenzuela o Mario Flores. Controlar el Ayuntamiento, si vuelve a ganar el PP, será en Alicante el símbolo de haber sobrevivido al zaplanismo por haberlo vencido con ayuda del PSOE. Que sea, o no, Diaz Alperi el alcalde, eso ya es otra cuestión que está por ver con un Camps ungido, y bien ungido, por Aznar, Rajoy y Acebes. Zaplana ha "muerto" en Génova 13, fundamentalmente, por los errores a que indujo en el 11-M. El paso del tiempo ha dejado ver muy claro que era un disparate dejarlo opinar, como lo hizo, en temas de Estado.