NUEVA YORK.- Las empresas de EE UU que han informado a sus empleados que están obligados a
vacunarse contra el COVID-19 aseguran que algunos indecisos se han
puesto la vacuna desde entonces. Pero muchos continúan resistiéndose, un
posible indicio de lo que sucederá cuando la obligatoriedad federal
entre en vigor, según informa la agencia de noticias Associated Press.
Incluso antes de que el presidente Joe Biden
anunciara el 9 de septiembre que las compañías con más de 100
trabajadores debían exigirles que se vacunen, docenas de empresas como
Amtrak, Microsoft, United Airlines y Disney enviaron ultimátums a la mayor parte de su fuerza laboral. Y compañías más pequeñas de Nueva York San Francisco y Nueva Orleans tienen la obligación de exigir a clientes y empleados estar vacunados.
Las órdenes de vacunación parecen haber convencido a algunos
trabajadores indecisos, pero los empleadores continúan enfrentando la
resistencia de otros. Algunas compañías están ofreciendo alternativas, como la
realización de pruebas diagnósticas semanales o trabajo a distancia o
muy separados de otro personal.
El mandato federal de vacunación
abarcará a unos 100 millones de estadounidenses, entre empleados del
sector privado, personal de salud y contratistas federales. El carácter
forzoso de la vacuna es una táctica de alto riesgo del presidente para
incrementar la tasa de inoculación en Estados Unidos.
En agosto, San Francisco se convirtió en la primera ciudad importante de
la nación que exigió a las personas mostrar que ya están totalmente
vacunados contra el COVID-19 para poder comer en el interior de
restaurantes, y los empleados tienen hasta el 13 de octubre para
vacunarse.
El gobierno de Biden ha dicho que las compañías enfrentarán multas de
13.600 dólares por infracción, y que las pruebas semanales obligatorias
serán la alternativa a los que no quieran vacunarse.
La pregunta
de quién pagara las pruebas obligatorias, si los empleadores o el
gobierno, continúa sin respuesta. En las próximas semanas serán
elaboradas las normativas de la Administración de Salud y Seguridad
Ocupacional, la oficina a cargo de hacer cumplir la obligatoriedad de
las vacunas.
Según simpatía política
La actitud de los
estadounidenses en cuanto a la propuesta del presidente Joe Biden de
hacer obligatoria la vacuna contra el coronavirus refleja sus lealtades
partidarias: Los demócratas la apoyan, los republicanos la rechazan.
En
total el 51% de la población dice que apoya la idea mientras que el 34%
la rechaza y el 14% no tiene una opinión al respecto, revela la
encuesta de Associated Press y el Centro NORC para el Estudio de
Asuntos Públicos (1).
Pero
al examinarse por partido, un 75% de los demócratas están a favor
mientras que sólo un 25% de los republicanos dicen lo mismo. Un 60% de
los republicanos desaprueban de la medida.
Los
resultados reflejan la manera en que las medidas contra el COVID-19 se
han politizado. En muchas partes del país, las actitudes hacia las
mascarillas y otras acciones de prevención también se ven divididas
según la lealtad política.
El 64% de los
estadounidenses que están vacunados aprueban del mandato a vacunarse
mientras que un mientras que el 23% desaprueba. Entre los no vacunados,
la aprobación es de apenas 14% y el rechazo de un 67%. Entre las
personas que trabajan ahora a distancia, la mayoría está favor; los que
trabajan en persona están divididos en partes iguales.
Los
detalles de cómo se implementará el mandato están todavía siendo
elaborados por el gobierno. Algunos expertos han sugerido que la opción
de pruebas semanales es un pobre sustituto de las vacunas, pero igual
una parte necesaria del plan.
Un 65% de la
población se expresó algo preocupada por el temor de ellos mismos o
algún familiar se enferme del virus, aunque ha disminuido la cantidad de
gente que se declara sumamente preocupada. Un 30% dice estar sumamente
preocupada, comparado con 40% en agosto.
Un
65% de la población expresa al menos algo de confianza en que las
vacunas lograrán frenar la propagación de las variantes del virus.
La
ciudadanía expresa su mayor confianza en los profesionales de la salud a
la hora de buscar información sobre las vacunas, esencialmente lo mismo
que en diciembre. Un 80% confía en sus médicos y en otros profesionales
de la salud al menos moderadamente.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sí han
mencionado posibles efectos secundarios como fatiga, dolor muscular,
fiebre, escalofríos y náuseas. Existe una muy pequeña posibilidad de
efectos graves, como inflamación cardiaca, principalmente en hombres
jóvenes.
La confianza pública en las agencias científicas de Estados Unidos sigue
siendo alta. Un 70% confía en los CDC y un 70% confía en la
Administración de Alimentos y Medicinas (FDA) al menos moderadamente.
Como contraste,
apenas un 40% dice confiar en los medios de comunicación al menos
moderadamente en cuanto a información sobre las vacunas; un 60% dice
tener ninguna o poca confianza en los medios.
La
mayoría de los estadounidenses aprueban de la gestión de Biden en lo
referente a la pandemia, aunque eso es menos de lo que era en los
primeros seis meses de su presidencia. El 57% aprueba mientras que el
43% desaprueba, cifras similares a las vistas el mes pasado. En julio,
como contraste, un 65% aprobaba de su manejo de la crisis sanitaria.
Casi la mitad de los encuestados no confían en el presidente en cuanto a información sobre las vacunas.
(1) La encuesta AP-NORC abarcó 1.099 adultos y se realizó entre el 23 y el
27 de septiembre usando una muestra AmeriSpeak, diseñada para ser
representativa de toda la población estadounidense. Tiene un margen de
error de más o menos 4,2 puntos porcentuales.