El libro del ex periodista y eurodiputado Luis Herrero, que se jacta de su amistad con Suárez, revela ‘indiscreciones’ que, seguramente, fueron comentarios (¿o no?) de quien fuera presidente y amigo del propio padre de Herrero, el fiscal general del Estado Fernando Herrero Tejedor, muerto en un accidente de automóvil. Esos comentarios fueron aparentemente hechos como confidencias al hijo del amigo, y no al periodista y sin duda no tenían el ánimo de ser publicados, dice ahora el hijo del duque de Suárez , Adolfo Suárez Illana.
La indignación de Suárez Illana es grande, primero por la confianza traicionada y segundo, porque en el libro se utiliza al que fuera presidente para atacar al Rey. “Que yo sepa, mi padre no ha sido nunca amigo de Luis Herrero, ni le ha hecho confidencias jamás”, dijo Suárez Illana a este periódico.
Suárez Illana, albacea de los papeles y de la memoria de su padre, impedido por el alzheimer, califica de mentiras buena parte de las conversaciones que Herrero reproduce con el líder de UCD cuando éste estaba en plena forma. Sobre todo, las referidas a la relación con Don Juan Carlos.
Suárez Illana comentó también que “Luis Herrero es un político ahora, no un periodista y lo que se dice en el libro puede dañar a mi partido, el PP, que es donde él también milita ahora” . “No se puede hacer simultáneamente el papel de político y de periodista”, añadió.
Tras la salida del libro la relación entre Suárez Illana y Herrero se ha roto abruptamente.
También en el seno del eurogrupo del PP se ha detectado un enorme malestar con respecto a este libro, algunos de cuyos protagonistas han comenzado a rechazar haber narrado algunas de las cosas que aparecen en esta obra. Entre otras cosas, un eurodiputado del PP señaló que “parece que desde el partido se quiere atacar al Rey, y eso, desde luego, es radicalmente falso, faltaría más”.
Este lunes, en vísperas del 75 cumpleaños de Adolfo Suárez, se presentó en Madrid la “biografía sentimental” que le ha dedicado el periodista y eurodiputado popular Luis Herrero en un acto marcado por la controversia y el enfrentamiento entre el escritor y el hijo del ex presidente.
Los que le llamábamos Adolfo, el último libro de Luis Herrero presentado el lunes en Madrid, no ha pasado en absoluto inadvertido. En sólo cinco días se han vendido más de 25.000 ejemplares, y La Esfera de los Libros ya va por la tercera edición de la obra. Tal vez es la propia polémica que rodea al libro la que ha motivado estas buenas cifras de ventas.
La relación entre las familias de Suárez y Herrero, muy unidas hasta ahora (el padre del periodista fue el mentor político del ex presidente) parece haberse enfriado a raíz de la publicación de este libro. A un sector de los allegados del ex dirigente de UCD encabezado por su hijo Adolfo Suárez Illana no le han gustado en absoluto las declaraciones en contra del Rey que el eurodiputado pone en boca de Suárez, hoy enfermo de Alzheimer.
De hecho, Suárez Illana publicó este fin de semana en el suplemento Crónica del diario El Mundo un duro artículo en el que aseguraba que son falsas muchas de las conversaciones que recoge el libro. La relación de amistad entre el ex candidato del PP a la presidencia de Castilla La Mancha y el escritor parece haber sufrido una abrupta ruptura y, de hecho, el hijo del ex presidente no acudió a la presentación del libro.
Tampoco acudieron los cinco amigos íntimos de Suárez que estaba previsto que presentasen la obra. Según Herrero, él mismo al saltar la polémica llamó a Manolo Santana, Gustavo Pérez Puig, José Luis Graullera, Fernando Alcón y Aurelio Delgado para que no tuvieran que pasar por la situación “incómoda” de hablar del polémico libro. En su lugar, Federico Jiménez Losantos dedicó unas palabras de elogio al que fuera líder de UCD.
En declaraciones a La Mirada Crítica de Telecinco, Herrero se refirió a la parte del libro en la que se menciona que Suárez, en 1994, le confesó: “No descarto la posibilidad de que, muy pronto, me toque ir al despacho del Rey para decirle: Majestad, no tiene usted más remedio que abdicar por el bien de España”. El líder de UCD pensaba dar este consejo ante la aparición de informes sobre los supuestos negocios privados de don Juan Carlos, algo que desmiente rotundamente Suárez Illana.
Herrero lamentó que se dé tanto valor a una parte “tan minúscula de la obra”, que se refiere a “cinco o seis páginas de un libro de más de 300”, y aseguró que su publicación “no pretende sentar cátedra” ni ser “consultado por los historiadores”, sino que es “una humilde contribución a ese ejercicio conmemorativo” del 75 cumpleaños del político.
El eurodiputado del PP Luis Herrero reivindicó la ambición de Adolfo Suárez en la presentación de su libro 'Los que le llamábamos Adolfo', un acto que estuvo marcado por la polémica tras las críticas vertidas a la obra por el hijo del ex presidente del Gobierno.
Herrero explicó que, tras el rechazo mostrado por el hijo del ex jefe del Ejecutivo, Adolfo Suárez Illana, ante la publicación del libro, él mismo decidió contactar con los cinco invitados para comunicarles que no era necesaria su asistencia".
Sobre la figura de Suárez, Herrero apuntó que es "rigurosamente cierto" que el ex presidente del Gobierno fuera "muy ambicioso", una característica que definió como "buena", siempre que no implique "pagar cualquier precio". El parlamentario destacó también la "audacia política" de la que hizo gala Suárez durante su carrera, y manifestó que, con este libro, intenta que "mejore la opinión" sobre su figura.
La presentación de la obra, que se celebró a pocas horas del 75 cumpleaños de Adolfo Suárez, se produjo un día después de que Suárez Illana, en ese artículo en "El Mundo", acusara a Herrero de haber utilizado datos "absolutamente falsos" y que forman parte "de leyendas urbanas del peor gusto".
Herrero, en afirmaciones recogidas en el dossier de prensa entregado en la presentación, afirma que si Suárez hubiera podido leer el libro -sufre Alzheimer- le "habría dispensado más de una mortífera mirada de desagrado por ver publicadas conversaciones que jamás se produjeron con el ánimo de ser publicadas".
Sea o no una parte importante de la obra, la polémica generada hizo que a la presentación del lunes no acudieran tampoco tantos políticos como estaba previsto. De la cúpula del PP sólo Eduarzo Zaplana, Vicente Martínez Pujalte y el ex alcalde de Madrid José María Álvarez del Manzano acudieron a la cita.
Aún así, el encuentro fue multitudinario, y no faltaron familiares y amigos del primer presidente democrático tras el franquismo a una presentación en la que tanto Herrero como Losantos trataron una vez más de restar hierro a la polémica e insistieron en que el grueso de la obra no contiene ningún tema cuestionable.
El ex presidente del Gobierno, que no recuerda que lo fue, dedica los días a pasear, actualmente lee un poco y se sienta frente a la tele sin hacer comentarios. Padece una enfermedad degenerativa, según sus hijos.
Adolfo Suárez no recuerda que gobernó España entre 1976 y 1981. El ex presidente del Gobierno padece una enfermedad degenerativa que le mantiene como un niño de tres o cuatro años.
Dos médicos amigos de la familia que le han tratado aseguran, ahora que se cumplen 30 años de democracia, que no es alzheimer.
Creen que durante la enfermedad de su esposa sufrió varios ictus cerebrales, una especie de infartos que lesionan venas del cerebro y lo deterioran. Así lo explicaron a la familia.
En su momento, dijeron fuentes cercanas al padre de la Transición, estos ictus no se diagnosticaron. "Hubo despistes, dudas... Ahora es irreversible. Las muertes de su mujer (2001) y su hija Marian (2004) por cáncer aceleraron la enfermedad de Suárez".
El primogénito del que fuera fundador de UCD, relató hace poco que su padre supo, hasta la pérdida casi completa de sus facultades mentales, hace dos años, de la enfermedad que padecía, y que trató siempre de disimularla para evitarnos sufrimiento" y porque, "además siempre ha sido muy coqueto".
Aseguró que, precisamente por el cariño que se le profesa en España, "me comprometo a entregar toda la información sobre su estado". Y señaló que ya "no recuerda quién fue, aunque se muestra participativo a las muestras de cariño que le ofrecemos, interviene en algunas conversaciones con nosotros y sobre todo con sus nietos. Responde, en resumen, a los estímulos del cariño".- (NEM)
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