VALENCIA.- Los últimos datos demográficos que publicó esta semana el Instituto
Nacional de Estadística (INE) volvieron a demostrar que la población de
la Comunitat Valenciana sigue en lento aumento únicamente gracias al aporte de inmigrantes que se desplazan a vivir a nuestro región.
Sin ellos estaríamos perdiendo, aproximadamente, 10.000 habitantes al
año. Nuestros mayores se nos van a ritmo vertiginoso como resultado de
una población envejecida que se renueva cada vez menos, revela Las Provincias.
Esta cifra es la proyección para 2019 teniendo en cuenta el actual ritmo de muertes y nacimientos: casi 23.000 defunciones en el primer semestre del año frente a 17.600 nuevas vidas.
Los datos del segundo semestre del año pasado aún no se conocen, pero
apuntan a que el año pasado habría concluido con casi 46.000
fallecimientos, la cifra más elevada al menos desde 1975.
Obviamente a más habitantes más muertes. Pero para verlo todo en su correcta perspectiva es preciso comprar tres variables. Desde ese año de referencia, la población valenciana ha crecido un 48% hasta llegar a los casi cinco millones de personas.
Los fallecimientos que se producen cada año han ascendido casi en la
misma proporción, un 46%. Pero los nacimientos no han ido en aumento con
el mayor número de habitantes, sino al contrario: un descenso del 41%
en la cantidad de niñas y niños nacidos cada año.
Hay dos etapas claves en la historia reciente de nuestra demografía.
En la década de los setenta nacían dos niños por cada persona que
fallecía en la Comunitat. Estallido de vida con el 'babyboom'.
Con diferentes proporciones y pequeños altibajos, esta tendencia de más
nacimientos que muertes se mantuvo en los años siguientes, lo que
continuó elevando nuestra población. También contribuyó una gran oleada
de inmigración en la primera década del milenio.
El año que marca un punto de inflexión es 2015.
Por primera vez en décadas morían más personas que nacían en la
Comunitat Valenciana. Exactamente un millar más. Y la brecha del saldo
vegetativo negativo se agranda. En 2017 hubo 4.000 defunciones más que
nacidos, al año siguiente esa cifra era de 7.000 y en 2019 existe la
proyección de 10.000 muertes más que nuevas vidas, a tenor de los datos
del INE.
Si seguimos la evolución de las defunciones desde 1975 se aprecia una
escalada irregular, salpicada de pequeños picos y descensos, pero con
clara tendencia general al aumento hasta llegar a ese techo alcanzado en
2019. La línea de la vida sigue un patrón distinto en su trazado con
los años. Tras el 'boom' de los setenta llegó una caída en picado hasta 1996,
el año con menos nacimientos de la historia reciente. A partir de ahí
hubo una recuperación con el arranque del milenio que se frenó en seco
con la crisis económica. Desde 2008, la caída de nacimientos es brusca y en picado. Ya nos acercamos esas cifras mínimas históricas de 1996.
La interpretación es bastante clara: las muertes en la Comunitat siguen
una evolución más o menos pareja al aumento de población. Pero los
nacimientos van en caída, lo que agranda desde hace cuatro años ese
saldo vegetativo negativo. Entre las posibles causas, expertos y
sociólogos ya han apuntado la desconfianza de las parejas en una economía incierta que no aporta trabajos estables y suficientemente remunerados
(el extendido mileurismo), la tendencia a alargar el tiempo de juventud
sin hijos o, sencillamente, la negativa de algunas parejas ante la
opción reproductiva.
Cifras clave
- 2015
- Es el punto de inflexión en el saldo vegetativo. Por primera vez en décadas, es negativo. En el primer semestre de 2019 nacieron 17.600 nuevos habitantes, pero fallecieron casi 23.0000.
- 2019
- A tenor de los datos del primer semestre, podría acabar siendo el año con más muertes de la serie histórica. Casi 46.000 en una estimación aproximada.
- 1975
- En ese año nacieron 65.000 bebés en la Comunitat. Hoy, pese a una población que ha aumentado casi un 50%, nacen 45.000.
- 2008
- El número de nacimientos cae en picado desde este año.
Colombianos e ingleses, los que más cubren el vacío
En un panorama de vacío de población al
haber más muertes que nacimientos son los inmigrantes los que están
sustentando el aumento poblacional en la región. Entre enero y junio del
año pasado, más de 42.200 extranjeros se instalaron en la Comunitat.
Sus principales países de origen son Colombia, Reino Unido, Venezuela y
Marruecos.
Así se desgrana de los últimos datos ofrecidos por el
Instituto Nacional de Estadística (INE). Reflejan que el número de
extranjeros que deciden desembarcar en tierras valencianas ha aumentado
un 25% en el primer semestre del 2019 con respecto al mismo periodo del
año anterior.
Junto a estas nacionalidades, destaca también la llegada
de argentinos, argelinos, rumanos, hondureños, rusos y brasileños que
escogen a la Comunitat para construir su futuro.
¿Cuál es su perfil? Son jóvenes en edad de
trabajar que tienen entre 25 y 45 años.
Muchos lo hacen acompañados de
sus hijos ya que del total de extranjeros llegados, más de 7.500 eran
menores de edad. En definitiva, el saldo migratorio exterior resulta
positivo en la Comunitat: llegan más personas desde el extranjero a la
región de las que se marchan a otros países.
En menor medida, también hay un saldo migratorio
positivo en los desplazamientos respecto a otras comunidades españolas.
La Comunitat acogió a más de 17.000 españoles procedentes de otras
comunidades de España, principalmente, Madrid, Cataluña y Andalucía.
Así, el saldo de migración interior en nuestra región resultó el más
elevado de España, con 1.900 paisanos llegados más de los que se fueron
desde la región a otras partes del territorio nacional.
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