MADRID.- El pasado año se generaron 402.300 puestos de trabajo,
pero fue el peor dato desde 2013, último año de la crisis, y un 30%
menos de ocupados que un año antes. Y un tercio del centenar de sectores
en los que se divide la actividad en España se anotaron destrucción de
empleo, entre ellos trabajadoras del hogar y del campo. 60.000 puestos de trabajo destruidos
entre los dos.
En el caso
de las empleadas del hogar, modificar el contrato y recortar la jornada
laboral de la trabajadora para esquivar el alza y pagar lo mismo y, en
el peor de los casos, despedir, son los caminos que muchos empleadores
han cogido ante un incremento que algunas familias no pueden
o están dispuestas a desembolsar de golpe.
En apenas un mes, de diciembre a enero de 2019, la nómina de estas empleadas se encareció en casi 200 euros cada mes, encarecimiento al que hay que sumar también la subida correspondiente en las cotizaciones a la Seguridad Social.
El resultado ha sido que estas trabajadoras -más del 90% son mujeres- están en su nivel más bajo desde el año 2015, según Estadística. La cifra total de ocupados es de 580.000
En apenas un mes, de diciembre a enero de 2019, la nómina de estas empleadas se encareció en casi 200 euros cada mes, encarecimiento al que hay que sumar también la subida correspondiente en las cotizaciones a la Seguridad Social.
El resultado ha sido que estas trabajadoras -más del 90% son mujeres- están en su nivel más bajo desde el año 2015, según Estadística. La cifra total de ocupados es de 580.000
El
propio Gobierno reconoció que ambos colectivos son los más vulnerables
al incremento del SMI. El exsecretario de Estado de la Seguridad Social,
Octavio Granado, admitió que el colectivo de las empleadas del hogar
encajó el incremento de costes pasando al mercado negro
en una magnitud de 13.000 personas. Y sobre el sector agrario, aseguró
que han dejado de cobrar horas extraordinarias como compensación por la
subida de su salario básico.
A
finales de 2019 la ocupación en el sector agrícola estaba en la cifra
más baja desde 2015. En un país como España, donde la mayoría de
explotaciones agrícolas tienen un carácter profesional y necesitan
-aunque sea de forma puntual a lo largo del año- contratar personal, la
subida del SMI a 900 euros es un factor sensible para muchas de ellas.
El coste volverá a encarecerse este año tras el nuevo alza del 5,5%,
hasta los 950 euros.
La encuesta del INE ha reflejado que en tan solo tres meses Extremadura,
región eminentemente agrícola, perdió 20.000 ocupados y se mantuvo a la
cabeza del paro en España con una tasa del 28,68%.
Estos malos
resultados empujaron al presidente de la Junta, Guillermo Fernández
Vara, a reconocer públicamente que «los datos son rematadamente malos» y están vinculados al campo.
Por
ello reclamó un encuentro urgente con la ministra de Trabajo, Yolanda
Díaz, para analizar el «impacto» y las «consecuencias» que la subida del
SMI está teniendo en el sector agrario en Extremadura.
Tras estas declaraciones, los agricultores demandan una intervención más directa del Gobierno a
la hora de fijar los precios de sus productos y compensaciones para
detener el impacto del SMI
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