MADRID.- Madrid recientemente ha alcanzado a Cataluña
como la comunidad autónoma como mayor PIB en España. El estatus de la
capital como centro financiero y de servicios le ha permitido, además,
liderar el crecimiento del empleo durante la recuperación. Desde que la
ocupación en España marcara mínimo histórico en el primer trimestre de
2014, la comunidad ha aumentado su número de empleados en más de medio
millón de personas: 538.400 en cinco años, más de 100.000 por
ejercicio, recoge Cinco Días.
La creación de empleo durante la recuperación, de hecho, se ha
concentrado en un puñado de provincias. Además de Madrid y Barcelona, el
arco mediterráneo ha acaparado la ocupación: estas dos provincias más
Valencia, Alicante, Baleares y Málaga
concentran la mitad del crecimiento del empleo desde mínimos: 1,52
millones de personas.
Frente a éstas, la conocida como España vaciada,
en el interior y el Norte del país, renquea ante la pujanza de la
capital y la recuperación, desigual, en el Mediterráneo. 30 provincias
juntas crean menos empleo que Madrid, y a mucho menor ritmo que la media
Las seis provincias que lideran la creación de empleo están,
lógicamente, entre las más pobladas y donde hay mayor número de
trabajadores. Bizkaia
es la décima con más trabajadores pero la número 20 por nuevos
ocupados.
Barcelona, así, ha creado empleo a un ritmo inferior al de la
media, pero aun así ha puesto en el mercado laboral a 367.000 personas,
un 12,17% del total. Madrid ha hecho lo contrario, creando el 17,85% del
empleo total.
La inmensa mayoría del aumento del empleo en la capital tiene que ver
con el fortísimo tirón del sector servicios y la construcción: ha
generado 440.000 empleos, por apenas 35.000 en la industria y 69.000 en
la construcción.
Barcelona, por el contrario, tiene tres veces más
porcentaje de empleo industrial que Madrid (18% frente a 6%). Pese a
haber recuperado 68.000 empleos fabriles, pero los servicios y la
construcción tiran mucho menos (272.000 y 31.000 nuevos puestos de
trabajo). La capital catalana, así, no ha podido recuperar el nivel de
empleo previo a la crisis, como tampoco el conjunto de España, con 130.000 empleos menos. Madrid tiene 45.000 más.
Valencia ha creado 161.700 puestos de trabajo en cinco años, pero
está aún a 96.000 de los máximos de 2008. De las grandes provincias
españolas, es junto a Bizkaia la que está más lejos de recuperarse del
crac, pues tiene un 8,25% menos de empleados que en 2008. El empleo en
los servicios ha crecido el 10%, la mitad que en Madrid y siete puntos
menos que la media.
La importancia del turismo
Así, mientras Valencia y Barcelona crean empleo a ritmos similares al
conjunto del país, Madrid, Alicante, Baleares y Málaga lo hacen de
forma mucho más acusada, apoyadas en todos los casos en el sector
servicios y en una menor dependencia de la industria (salvo Alicante).
El Mediterráneo sigue siendo, junto a la capital, el gran generador de
empleo de España.
Gracias en gran parte a la pujanza del turismo Alicante,
Málaga y Baleares han creado 457.000 puestos de trabajo en cinco años, o
el 15% del total cuando entre las tres son el 10% del mercado. Las tres
provincias tienen más trabajadores ahora que en 2008.
Alicante ha generado 155.000 empleos, con los tres principales
sectores creciendo a ritmos muy superiores a la media nacional. Pero aún
es más notable la aportación de Baleares.
Con apenas el 2,86% del
empleo del país ha generado el 5% de los nuevos puestos de trabajo,
151.600 en un lustro, un crecimiento del 36% que deja el nivel de empleo
un 7,87% por encima del de 2008. Servicios y construcción han aumentado
en el archipiélago a ritmos que duplican la media nacional.
Málaga es otro caso similar, con 151.200 nuevos empleos, un 30% de
los que tenía en 2014. La provincia se apoya, de nuevo, en los servicios
y la construcción para generar la inmensa mayoría de los nuevos
empleos, si bien el pequeño tejido industrial (menos del 9% del empleo)
ha crecido a buen ritmo.
Contraste con la España vaciada
El mercado laboral está agudizando los contrastes. Las 30 provincias
(incluyendo ciudades autónomas) con menos tirón laboral han creado,
entre todas, 440.000 puestos de trabajo. Todas están en el interior del
país o en la zona Norte, y el escaso tirón laboral no tiene que ver solo
con su tamaño: en este grupo el empleo ha crecido poco más del 10% en
cinco años, solo algo más de la mitad que la media.
De ellas solo tres
(Ceuta, Melilla y Segovia) han recuperado el empleo perdido desde 2008.
Es el drama de la España interior vaciada, cuya fuerza laboral parece
ser succionada, bien por el envejecimiento, bien por la atracción de la
capital.
Pertenecen a este grupo de provincias toda Castilla y León
y tres provincias manchegas, además de Lugo, Orense y la cornisa
cantábrica excepto Bizkaia (con un crecimiento también escaso), además
de Navarra, La Rioja, Teruel, Huesca, si bien estas dos muestran algo
más de resistencia.
En la zona Sur se suman a este grupo Cáceres,
Córdoba, Huelva y Jaén. Esta última provincia, junto con la de Burgos y
Asturias, son las tres donde menos ha crecido el empleo desde 2014. En
Coruña y Pontevedra el empleo también crece con mucha timidez en el
último lustro, aunque ninguna de las dos se cuenta entre las citadas 30
provincias.
En el resto del país, destaca Sevilla, quinta provincia por número de
trabajadores pero séptima en creación de empleo pese a crecer más del
20% desde 2014.
Otras provincias, golpeadas por el paro pero densamente
pobladas, como Cádiz o las Canarias, crecen por encima de la media,
superando el 30% en Tenerife, mientras la periferia manchega de Madrid
aprovecha su cercanía a la capital. Y las provincias mediterráneas
muestran, también, avances en línea o por encima de la media, con Gerona
creciendo por encima del 20%.
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