Bolsonaro, que tuvo covid-19 sin efectos graves, volvió a proclamar el martes pasado ante sus seguidores que no ha recibido la inyección. La ONU exige que todos los invitados a la gran cita anual de la diplomacia mundial estén vacunados, pero no va a pedir un certificado. Confía en un código de honor, la palabra de cada mandatario, según el diario español El País.
Ni el ultraderechista ni su equipo han explicado cómo resolverán el aparente conflicto con las normas impuestas con motivo de la pandemia. ¿Estará vacunado aunque no lo haya admitido? ¿Se vacunará antes de viajar a Nueva York?
“Viajo el domingo, hago el discurso de apertura el martes y luego regreso”, proclamó en su alocución semanal por Facebook. Durante toda la epidemia el mandatario ha promocionado medicamentos ineficaces y un discurso antivacunas.
Oficialmente Bolsonaro no está vacunado. El asunto es polémico entre otros motivos porque el jefe del Estado impuso hace muchos meses cien años de secreto oficial respecto a su cartilla de vacunación. La presión dentro del Gabinete era tan intensa que uno de sus ministros fue a inmunizarse a escondidas.
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