De este modo, aunque el mar sigue muy caliente y "está batiendo récords ya que a esta altura del año debería estar a 24º y está a 27º, hacen faltan más factores para que se produzcan episodios de lluvias torrenciales como en la pasada dana del 29 de octubre ya que se requiere que haya una masa de aire frío en altura y que choque con el aire cálido y húmedo de la superficie.
Así lo ha explicado este martes el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología en la Comunitat Valenciana, Jorge Tamayo, en rueda de prensa, para tratar el resumen del verano climático 2025, balance del año hidrológico y tendencia de la predicción estacional.
En ese sentido, ante la relación que hay entre la temperatura del Mediterráneo y los temporales de otoño, ha explicado que cuando el mar está "muy caliente efectivamente hay potencialidad para que haya lluvias torrenciales, pero también deben darse otros factores".
De hecho, si se observa la
temperatura del mar en pasadas riadas en Valencia en algunos casos
estaba por debajo, como en la de 1957 o 1982, y en otros, como en la
catastrófica dana del pasado 29 de octubre, o la de 1987 por encima.
De este modo, ha apuntado que "no hay ningún elemento que en estos
momentos indique si vamos a estar por encima o por debajo del valor
normal" de lluvias y ha explicado que los episodios de precipitaciones
torrenciales no se pueden prever a menos de una semana y dónde se van a
localizar hasta un día antes ya que son "situaciones con mucha
volatilidad".
"Hay posibilidades, pero como todos los años", ha
apuntado.
Así, este otoño sigue la tendencia de este verano
"extraordinariamente cálido" caracterizado porque "prácticamente todos
los días las temperaturas han estado por encima" de la media,
especialmente durante la extensa ola de calor del 3 al 18 de agosto, con
temperaturas que llegaron a los 45,5º en Sumàcarcer.
En
concreto, junio fue el más cálido desde que hay registros y con una
anomalía de 4º,la mayor registrada en ningún mes, mientras que a finales
de julio hubo ocho días extremadamente julio y agosto fue el segundo
más cálido.
Además, prácticamente todas las noches de verano fueron
tropicales, cuando el termómetro no baja de 20º: se registraron 109 en
Valencia, 102 en Alicante y 101 en Castellón.
El mar tampoco
también siguió esta tendencia: el Mediterráneo ha tenido una anomalía de
2,2º con lo que es el año con la temperatura más alta desde al menos
1940 y en la boya del Puerto de Valencia se registró durante este verano
la temperatura más alta en un mes de junio --27,82º el día 30-- y la
más alta en un mes de julio --28,92º el día 4--.
Asimismo,
septiembre está siendo muy cálido sobre todo por las temperaturas de las
tres primeras semanas ya que a partir del lunes 22 se produjo "un
significativo descenso térmico" con tendencia a recuperarse las
temperaturas en los últimos días. De este modo, se prevé que la
temperatura sea 1,3º superior a lo normal.
Por su parte, la
precipitación acumulada este verano ha sido 55.8 l/m2, que es un 7%
inferior a la de la climatología de referencia (60.0 l/m2). Estas
lluvias se concentraron prácticamente en dos episodios en julio --llovió
más del triple de lo habitual-- y el resto del verano ha sido seco.
Donde más ha llovido ha sido en la zona de Castellón y donde menos es en
Alicante con menos de 5 m/l2, "es decir, nada".
Por su parte, a falta de una semana para finalizar, el año
hidrológico 2024-2025 está teniendo un carácter húmedo en la Comunitat
Valenciana a diferencia del pasado, que fue el más seco de la serie.
Así, el superávit pluviométrico medio es del 22% ya que durante los
últimos doce meses se han acumulado 611,6 l/m2 cuando lo normal sería
499,7 l/m2.
De este modo, ha explicado que el patrón de
lluvias está cambiando y sigue el comportamiento detectado en los
últimos años: valores similares, pero concentrados, lo que "no es bueno
porque aumenta mucho la torrencialidad seguida de periodos de sequía".
Así, este año se concentraron en dos episodios: en la dana del 29 de
octubre y en la primera mitad de marzo. Su distribución en la Comunitat
Valenciana también es irregular: Hay un déficit en Alicante y el litoral
de Valencia y un superávit en Castellón e interior de Valencia.
Además, en los últimos 12 meses han tenido un carácter
extremadamente cálido. El año hidrológico 2024-2025 es el tercero más
cálido de los últimos 75 años, tras el pasado 2023-2024 y con una media
muy similar al 2022-2023.
Tamayo ha
recalcado que los efectos de la crisis climática son ya palpables: "No
estamos hablando de algo que va a pasar dentro de 30 años, es algo que
está pasando ya".
Una de ellas es que las lluvias se concentran en pocos días y, por tanto son más intensas, seguidas de largos periodos de sequía.
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