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domingo, 1 de abril de 2007
Rebelión vecinal contra la construcción de 3.500 nuevos chalets en la Sierra de Aitana
ALCOY.- Los vecinos de las poblaciones de la sierra de Aitana han denunciado la creciente presión urbanizadora sobre la zona. Por ello han creado una asociación denominada Compromís pels pobles de l’Aitana. Su objetivo principal es evitar las agresiones urbanísticas que están en proyecto, como en el caso de Benasau y Penáguila, donde se prevé la construcción de más de 3.000 viviendas, así como las que se avecinan ante la masiva compra de terrenos por parte de grupos y personas vinculadas a grandes proyectos urbanizadores.
Aitana, la sierra más emblemática de la provincia por su altitud y diversidad paisajística, vive amenazada por las presiones urbanísticas. Varios proyectos aprobados, o en tramitación, en municipios de la zona han sido el desencadenante de la rebelión de los vecinos.
Hace unas semanas se constituyó, con veinte personas al frente, el Compromís pels pobles de l’Aitana. La entidad convocó ayer una asamblea constituyente para conseguir la afiliación de más personas afectadas e interesadas en crear un movimiento ciudadano en la comarca para favorecer un correcto crecimiento de los pueblos e intentar que prime una política social de la vivienda.
El presidente en funciones del colectivo, Eduard Aracil, explica que “no podemos estar pasivos ante estos hechos que afectarán negativamente el futuro ambiental, paisajístico, económico y social de este entorno privilegiado que es la sierra de Aitana, por lo que es necesario organizar un movimiento ciudadano que se enfrente a los grandes inversores y cómplices institucionales que sólo buscan beneficios individuales”.
En Penáguila ya se está organizando un movimiento ciudadano contrario al proyecto urbanizador que pretende crear un segundo pueblo, a tres kilómetros del actual núcleo urbano, destinado preferentemente a extranjeros.
La composición de la nueva zona constaba, y así lo refleja el PGOU, de unas 200 viviendas, dos hoteles y un centro de alto rendimiento deportivo. No obstante, según Aracil la pretensión actual es construir sólo las viviendas y, después de haber comprado grandes fincas, ampliar la urbanización hasta desarrollar un área con más de 1.500 chalés.
Ante esta situación, Aracil ha manifestado que “entendemos que existe un pacto entre el PSOE y el PP para que siga adelante la urbanización, ofrecimientos económicos por medio, y recalificar más terreno para ampliar el número de casas”.
También destaca el caso de Sella, donde está en marcha la construcción de 500 chalés, así como el de Benasau, que contempla la edificación de 1.300 viviendas en un área de 800.000 metros cuadrados. La noticia suscitó un gran revuelo en este último municipio, ya que con la ejecución del plan, el pueblo pasaría de los 190 habitantes actuales a más de 4.000. Por ello, surgió la asociación Frainos, que ya ha presentado 5.600 alegaciones al proyecto y escritos al Consell.
Urbanismo salvaje en zonas del interior
La presión urbanística no sólo está haciendo mella en la sierra de Aitana. También ha llegado hasta los pueblos situados en sus estribaciones, como Planes, Xixona, Alcoy u Orxeta, entre otros. En este sentido, la asociación Compromís pels pobles de l’Aitana anima a los afectados de todos estos municipios a adherirse a la entidad, “ya que están vendiendo los terrenos con los habitantes dentro y al final conseguirán que los pueblos pequeños desaparezcan”, ha apuntado su presidente, Eduard Aracil.
Según Carles Mansanet, de la Colla Ecologista La Carrasca-Ecologistes en Acció, en la actualidad hay varios planes urbanísticos en las comarcas del interior de la provincia. Destaca el previsto en el Mas de la Foia, en Planes, con unos 300 adosados; otro con 400 chalés entre los términos de Almudaina y Benillup; y sobre 1.900 en La Sarga, pedanía de Xixona, a los pies de la Carrasqueta, con no más de 20 casas, y donde en la actualidad tan sólo habitan dos vecinos durante todo el año.
Además, destaca Orxeta, ubicado el interior de la Marina Baixa con 700 habitantes, que en una década verá su población multiplicada por veinte, tendrá un campo de golf, hotel y zona comercial.
Por último, y entre otros proyectos, se encuentra la urbanización de El Estepar de Alcoy, donde se prevé la construcción de cien chalés en un espacio que queda libre. Los vecinos han decidido movilizarse ante “la presión urbanística” que sufre la ciudad y especialmente esta zona, con el fin de velar por el cumplimiento de la legislación vigente en materia de urbanismo.
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