Si de algo se habla estos días en los pasillos del Congreso es del regreso de Rodrigo Rato. Y es curioso pero yo diría que son muchos a los que les inquieta este regreso. Por más que se sepa que Rato y Rajoy son amigos y que el primero no tiene intención de mover la silla al segundo, lo cierto es que en el PP, incluso los más leales marianistas, no tienen más remedio que reconocer que Rodrigo Rato sería mejor candidato a la presidencia del Gobierno.
En el PSOE, por su parte, están deseando que se produzca una pelea entre Rajoy y Rato, y que el nuevo líder del PP haga lo imposible por mantener a raya al hasta ahora máximo responsable del Fondo Monetario Internacional. Porque si algo temen los socialistas es que Rodrigo Rato pudiera ser el candidato a las elecciones del 2008. Es más, son muchos los dirigentes del PSOE que confiesan en privado que si Rato fuera el candidato, Zapatero tendría todas las de perder, mientras que si lo es Rajoy, no dudan de que ganarán las elecciones holgadamente.
Entre los fieles de Rajoy hay inquietud porque saben que Rodrigo Rato es un hombre muy querido en el PP y porque no se les escapa que al mundo empresarial y de los negocios preferirían tener a Rato como presidente. Quizá por eso los sectores más extremistas del PP han recibido a Rato de uñas y le han puesto verde por dejar el FMI.
Así que más allá de las intenciones de Rodrigo Rato, lo cierto es que no se deja de hablar de él y de especular sobre su futuro. Lo cierto es que Rodrigo Rato debería de guardarse de supuestos amigos además de sus adversarios políticos.
Es curioso la expectación que ha originado su aterrizaje en España, y sobre todo el que unos y otros le consideren un adversario formidable. Ya les digo, en estos días en que en el hemiciclo se va a debatir sobre el ‘estado de la nación’ en los pasillos de lo que se habla es de Rodrigo Rato.
En el PSOE, por su parte, están deseando que se produzca una pelea entre Rajoy y Rato, y que el nuevo líder del PP haga lo imposible por mantener a raya al hasta ahora máximo responsable del Fondo Monetario Internacional. Porque si algo temen los socialistas es que Rodrigo Rato pudiera ser el candidato a las elecciones del 2008. Es más, son muchos los dirigentes del PSOE que confiesan en privado que si Rato fuera el candidato, Zapatero tendría todas las de perder, mientras que si lo es Rajoy, no dudan de que ganarán las elecciones holgadamente.
Entre los fieles de Rajoy hay inquietud porque saben que Rodrigo Rato es un hombre muy querido en el PP y porque no se les escapa que al mundo empresarial y de los negocios preferirían tener a Rato como presidente. Quizá por eso los sectores más extremistas del PP han recibido a Rato de uñas y le han puesto verde por dejar el FMI.
Así que más allá de las intenciones de Rodrigo Rato, lo cierto es que no se deja de hablar de él y de especular sobre su futuro. Lo cierto es que Rodrigo Rato debería de guardarse de supuestos amigos además de sus adversarios políticos.
Es curioso la expectación que ha originado su aterrizaje en España, y sobre todo el que unos y otros le consideren un adversario formidable. Ya les digo, en estos días en que en el hemiciclo se va a debatir sobre el ‘estado de la nación’ en los pasillos de lo que se habla es de Rodrigo Rato.
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