ALICANTE.- Parece que finalmente las máquinas de cobro automático que hasta hace diez días funcionaban en la AP-7 no terminarán instaladas en una autopista de Estados Unidos, a no ser que así lo decida el Gobierno central. La empresa concesionaria, Aumar (filial
de Abertis), no puede disponer de los aparatos puesto que la entrega de
la concesión al Ministerio de Fomento, una vez extinguida, incluye
todos los elementos que formasen parte de la infraestructura, incluida
esta maquinaria.
Hace unos días, el
personal de Abertis que se ha encargado de coordinar sobre el terreno el
levantamiento de las barreras informó a Alicante Plaza
de la inminente venta de las máquinas a los Estados Unidos, país que
mantiene una importante red de autopistas interestatales que, en muchos
casos, son de peaje.
Sin embargo, un portavoz de la empresa ofreció este
jueves una versión totalmente distinta: Aumar no puede disponer de las
máquinas de cobro porque están incluidas en la devolución de la AP-7 y,
por tanto, pasan a manos del Ministerio, que podrá decidir su destino.
Las máquinas fueron instaladas por Aumar,
filial de Abertis, para automatizar el pago del peaje en la AP-7 entre
los años 2012 y 2013. Su instalación supuso la salida de más de 90 empleados que
hasta entonces se dedicaban al cobro manual de los peajes.
Precisamente, Aumar llevó a cabo la importante inversión en automatizar
el cobro de sus autopistas en plena crisis económica, con el objetivo de
poder reducir la masa salarial tras el desplome del tráfico diario
en la vía de peaje. La mayoría de salidas que se produjeron entonces
fueron pactadas, y en muchos casos a través de prejubilaciones.
El
pasado 31 de diciembre la Autopista del Mediterráneo dejó de ser de
peaje en los tramos Alicante-València y València-Tarragona, tras casi
medio siglo de una concesión que se prorrogó hasta en tres ocasiones
sobre su fin previsto inicialmente en 1997.
Con el fin de la concesión,
la vía y toda la infraestructura ha revertido al Ministerio de Fomento,
y la empresa encargada de forma provisional de la conservación, FCC, se ha subrogado a la mayoría del personal de las contratas que prestaban este servicio para Abertis.
En cuanto al personal propio de la empresa, en diciembre se acordó un ERE para 140 empleados de
la AP-7 y la AP-4. Los primeros días de la AP-7 liberalizada han
transcurrido con normalidad y sin incidencias reseñables, al margen de
un apreciable aumento del tráfico.

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