Presidente de la federación gallega de patinaje y fundador de la empresa de embalaje Cubicaje, entre otras, su figura en el deporte gallego va más allá del hockey sobre patines. Durante años, una de sus aficiones fue ejercer de mecenas de deportistas y equipos con necesidades.
«Soy de los que piensan que hay que reinvertir en la sociedad parte de lo que esta te ha dado. Los negocios me van muy bien y, mientras sea así, trataré de destinar parte de mis beneficios en ayudar a deportistas y clubes de nuestro entorno», no se cansaba de repetir.
A cambio, no pedía publicidad, solo una cosa: «Aquel al que ayudo, debe mandarme una foto dedicada. Es mi recompensa», presumía.
Fútbol sala, taekwondo, fútbol… Diferentes fueron las disciplinas con las que colaboró. Pero, principalmente, tenía una debilidad: el hockey sobre patines. Fue la afición que le inculcaron sus hijos, Tito y Dava. Los dos practicantes de esta modalidad. El pequeño es en la actualidad el capitán del Deportivo Liceo.
Yendo a ver jugar a sus hijos, comenzó a grabar los primeros partidos de hockey. Cada semana en un pabellón y después de muchas horas de atril y cámara en mano, su mente, siempre activa, le llevó a trasladar esos vídeos a una página web. Fue el germen de Hockey Global, hoy en día referente a nivel internacional de este deporte.
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