VALENCIA.- Las aulas públicas de Educación Infantil de 2 años en municipios de menos de 10.000 habitantes han pasado en seis cursos de 18 a 109 y el alumnado casi se ha cuadriplicado, ya que la cifra de 294 niños y niñas que se registraba en 2016-2017 ha crecido hasta más de un millar -en concreto 1.092- en 2021-2022. Y es que "acercar el primer tramo de la educación pública al entorno rural es clave en la lucha contra la despoblación".
Así lo asegura Carla Badenes, directora de la escoleta El Bressol de Benlloc (Castellón), que abrió sus puertas en el curso 2017-18. Desde entonces, el equipo docente ha podido constatar el 'efecto atracción' que estos centros causan en la población.
"Sin duda, una escuela infantil de primer ciclo pública es un reclamo importante, las familias tienen la posibilidad de escolarizar sus niños y conciliar si lo necesitan. En los últimos años se ha visto un incremento en la matrícula: la escuela infantil ya está plenamente arraigada en el pueblo y a sus vecinos", subraya.
Badenes destaca que la 'escoleta' tiene una línea pedagógica "muy definida desde su apertura" y ha ido consolidando el proyecto educativo "de la mano de la estabilidad de la plantilla y la formación continuada de un equipo de educadoras comprometido y unido".
En este sentido, la labor de esta escuela se articula alrededor de tres ejes fundamentales: "el conocimiento profundo de las necesidades auténticas de los niños, la creación de un ambiente amable y respetuoso que proporciono seguridad emocional, y la confianza en el niño como un ser capaz, pleno de potencialidades, que tiene una tendencia innata al desarrollo y el aprendizaje", resume la directora.
Sobre la ubicación, Badenes afirma que el entorno rural "acorta distancias con la comunidad educativa".
"No entendemos nuestra tarea sin la coordinación y el contacto próximo con las familias del alumnado. Su presencia en momentos como el periodo de acogida es indispensable. Acompañar las familias en sus dudas y sus inquietudes en la crianza también es trabajo nuestro", asevera.
Para esta profesional, es necesario "reivindicar el alto valor pedagógico del primer ciclo y su identidad propia, no como preparación para etapas posteriores".
Aquí enfatiza que en el tramo de 0 a 3 años "tienen lugar múltiples procesos madurativos en diferentes ámbitos: motrices, cognitivos, emocionales... y aspectos tan importantes del desarrollo como la autonomía, el lenguaje, la socialización o la resolución de conflictos empiezan a forjarse en la escuela infantil".
Por ello, ve indispensable que "los profesionales de la educación infantil conozcan al niño y las características de su desarrollo para diseñar una intervención docente coherente con el momento vital de nuestro alumnado".
"La escuela infantil pública tiene que ser una institución de la infancia y para la infancia", resalta.
De acuerdo a los datos de la Conselleria de Educación facilitados a Europa Press, este curso 2021-2022 hay en funcionamiento 404 aulas de Infantil 2-3 años en 294 centros educativos de la Generalitat (215 colegios de Infantil y Primaria, 31 centros rurales agrupados y 48 escuelas de Infantil), que escolarizan a 5.766 menores de dos años, nacidos en 2019.
Una de cada cuatro de estas 404 aulas (el 26,3%), un total de 109, están ubicadas en entornos rurales, es decir, en municipios de menos de 10.000 habitantes). Estos espacios de ámbito rural escolarizan a uno de cada cinco (el 18,9 %) niños y niñas matriculados en aulas de titularidad de la Generalitat. Las clases pertenecen a 99 centros educativos de la GVA (63 CEIP, 30 centros rurales y 6 EI) de 97 poblaciones.
Estas aperturas en pequeños municipios suponen, además, una oportunidad laboral. Por cada nueva aula de 2 años se contrata a un maestro o maestra de Infantil y a un educador o educadora.
Así, en seis cursos, se han creado en estos municipios 102 puestos de trabajo que personas que, independientemente de que se queden a vivir en los pueblos donde trabajan, sí pasan allí toda su jornada laboral pueden contribuir a mejorar la economía local consumiendo en dichos municipios.
A esto hay que sumar puestos indirectos, de limpieza por obras de construcción o de mejora etc.
Por tramos de población, las 109 aulas rurales de 2-3 años se desglosan del siguiente modo: en 59 municipios muy pequeños, de menos de 1.500 habitantes, funcionan este curso 61 aulas abiertas con 405 niños y niñas, casi 11 veces más alumnado que en el curso 2016-2017.
Por último, en 22 municipios de entre 1.501 y 5.000 habitantes, se cuenta este curso con 27 aulas en funcionamiento que escolarizan a 348 niños y niñas, casi 4 veces más alumnado que en el curso 2016-2017. Y en 16 municipios de entre 5.001 y 10.000 habitantes, hay 21 aulas en funcionamiento que escolarizan a 339 niños y niñas, 1,6 veces más alumnado que en el curso 2016-2017.
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