ALICANTE.- La sortija de diamantes con «una piedra de un diámetro enorme» y seis quilates por la que una clienta rusa pagó 40.000 euros, y el anillo con diamante de tres quilates que se llevó un ilicitano son dos exclusivas y recientes transacciones que demuestran el éxito de la alta joyería en Alicante, donde el negocio del lujo se dispara.
En España mueve más de 6.000 millones de euros al año según la asociación Luxury Spain. En Alicante parece el secreto mejor guardado, pero joyeros, peleteros y firmas de moda coinciden en que el sector ha crecido un 30% en seis años. Porque también cada vez más españoles compran arte y joyas, revela hoy el diario Información.
Desde los países del Este, China y Argelia llegan los clientes más selectos. Rusia acapara la mitad de las grandes compras, con turistas que se gastan 60.000 euros en un anillo de diamantes, 90.000 euros en relojes y hasta 200.000 euros en encargos especiales que se traen de fuera de la ciudad, como «tourbillones», mecanismo de relojería creado en 1795 tan exacto que no se retrasa ni un minuto al tener siempre la misma gravedad.
Collares de perlas cultivadas en el mar de Australia con el brillo especial que le dan sólo aquellas aguas -una sola bolita de 10 milímetros de diámetro cuesta 1.200 euros-, y pendientes de perla gris de Tahití. Son, como algunos de los anteriores, artículos de lujo de la joyería de El Corte Inglés, una tienda dentro de la tienda donde se exponen variados diseños, entre ellos su propia línea Diamonds, entre lo más vendido.
El personal usa guantes y lupas para proteger las piezas. En este comercio es posible llamar al proveedor, que llega con un maletín para que el cliente elija el hilo que le gusta, las perlas y el broche de oro amarillo o blanco para crear en el momento un collar exclusivo y único.
«No hay mejor inversión que comprar oro y diamantes. Es lo que se llama un valor refugio», explica Miguel Ángel Pérez, responsable de la sección en el centro comercial de Maisonnave, que encontró una mina en el boom del turismo ruso, los cruceros y la apertura en domingos, ahora interrumpida.
Cada diamante de esta tienda lleva su certificado HRD Antwerp que confirma su autenticidad, y describe su peso, color, pureza y talla. Para atender un nicho de mercado al alza, van a crear un espacio minimalista, con iluminación especial que destaque la refracción del diamante.
Alicante ofrece colgantes y anillos elaborados con diamantes negros y
zafiros de la firma española Magerit -palabra que aparece en antiguos
textos árabes y que significa Madrid- que fascinan a los rusos, como
también las piezas de oro y diamantes de Pandora, «van buscando lo
exclusivo, con un gusto por lo más ornamental».
Lo mismo sucede con la alta relojería: buscan TAG- Heuer, relojes suizos de lujo, automáticos, con cristales de zafiro y caja de carbono de titanio, cronógrafo y calendario, que cuestan 5.000 euros. De esta misma marca ha sido un éxito el Connected Modular 45, reloj inteligente, modular, de la línea Apple.
Hay Rados de cristal de zafiro, titanio y cerámica, que no se rayan, por 4.000 euros, y como el TAG, sumergible. Relojes Montblanc de más de 10.000 euros, Omegas con caja de oro y diamantes para señora por 12.000 euros, y Milus de manufactura hechos 100% en suiza. Y se piensa en los gustos del cliente chino, más clásico, pero «muy especial, focalizado en Longines», de ahí que en la joyería tengan intérpretes en este idioma, y por supuesto de ruso.
En la tienda exclusiva Massimo Bianco, del Grupo Van Gold, sita en la calle del Teatro, tiene mucha presencia la clientela asiática, a la que las empleadas muestran su alta joyería en salas VIP cuidadas al máximo detalle, donde quien busca unos pendientes de diamante o un reloj de alta gama puede probárselos con tranquilidad y sin prisa en una mesa con espejo preparada para este fin.
Muy cerca, en la plaza de la Montañeta, está Pere Quera, boutique de joyería que hunde sus raíces en una empresa familiar fundada en Girona en 1887. Es un negocio nuevo para Alicante, como la joyería Suárez en Maisonnave. Es toda esta zona una auténtica milla de oro de las joyas, con altas medidas de seguridad, cajas fuertes y vigilantes privados dada la gran cantidad de dinero invertido.
En cuanto al cliente argelino, se le cuida porque compra «de 15 en 15, de 20 en 20. Es fiel, siempre vuelve». Por ello estas tiendas suelen tener personal que habla árabe. En Alicante el cliente nacional demanda lujo asequible: se atreve con artículos por debajo de la barrera psicológica de los mil euros.
También los rusos arrasan con los abrigos y chaquetas de visón, marta cibelina, chinchilla, avestruz, rex -híbrido de conejo y chinchilla-, zorros y hasta castores, aunque alemanes y residentes en la provincia de origen nórdico compran en cantidad «por los precios buenos, la calidad y seriedad».
En Alicante se ofrece lujo en piel con una línea de diseño moderna y en una amplia gama de teñido de colores. «Vendemos muchos complementos, hasta gorros y calientamanos tipo ruso, que dan status y empaque. Hay nuevos colores y formas, nada que ver con el visón largo de antes que tanto pesaba».
Es lo que ofrece también El Corte Inglés, que por encargo trae piezas de marta cibelina de más de 30.000 euros, y que ofrece un servicio para proteger la piel de las extremas condiciones de calor y humedad de Alicante. Las prendas se envían a cámaras especiales en Barcelona, donde se guardan siete meses al año por unos 60 euros. «Trabajamos pieles regidas por la legislación europea más estricta, de granjas nórdicas, sobre todo escandinavas, calidad Royal, especialmente visones. Casi todas hembras, que tienen el pelo más brillante y suave».
Aunque el sector del comercio echa de menos que firmas selectas de moda como Gucci o Giorgio Armani tengan tienda propia en Alicante -algunas prendas se encuentran en tiendas como Gore-, el grupo italiano Max Mara confió hace 23 años en el proyecto de Carmen Cárceles para Alicante, «que no era una plaza prevista por renta per cápita y clima».
Ahora está orgullosa de que su tienda sea «una de las 50 más importantes de las 2.500 de la firma en el mundo», con colecciones en exclusiva en España como Atelier, abrigos de alta costura hechos a mano de marta cibelina, en competencia con París, Londres o Dubai, o los trajes hechos a mano de Sartoriale.
«¿Lujo? El lujo es cuidar a los clientes, es el valor añadido. En época de crisis la compra no es tanto de impulsos, sino inteligente, y nosotros crecimos». También un 75% de la clientela de esta tienda es rusa, sobre todo en verano, «pero también cliente de la provincia, empresarios e industriales que viajan mucho y valoran que somos calidad, no humo».
Otro indicador del lujo en Alicante es el auge del negocio del alquiler de barcos. Las embarcaciones para este uso han crecido un 31% y la flota ronda las 1.200, convirtiendo a la provincia en la segunda en España tras Baleares.
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