ALICANTE.- La morosidad del sector inmobiliario con las principales cajas valencianas (CAM y Bancaja) superó en el tercer trimestre la barrera del 0,3%, hasta consolidar una tendencia ascendente que se inició en marzo, después de varios años de estabilidad, según "Levante".
El retraso en los cumplimientos crediticios de las empresas del ladrillo, que todavía es mayor en el resto de cajas de ahorros españolas, contrasta con un leve descenso de la morosidad de los particulares, especialmente en la CAM.
A pesar de la subida del precio del dinero, la puntualidad en el pago de los préstamos bancarios por los ciudadanos mejoró en el tercer trimestre del año, más en la CAM que en Bancaja. La primera pasó de una morosidad del 1,04% en septiembre de 2006 al 1% en el mismo periodo de este año.
En la práctica, los datos reflejan que el compromiso de los impositores con las cajas que les han prestado dinero es mayor que el de las sociedades promotoras, que recurren a aplazamientos en la devolución de préstamo al descender la venta de pisos.
Según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Bancaja registró hasta septiembre un índice de mora entre mercantiles y particulares del 0,66%, lo que representa un incremento del 24% de un año a otro. A diferencia de Caja Mediterráneo, la entidad valenciana viene observando desde hace meses que el repunte de los tipos afecta por igual tanto a las economías pequeñas como a las grandes. Los saldos clasificados en mora y las provisiones para afrontar este escenario ascienden, respectivamente, a 532 y 1.507 millones de euros.
La mayor incidencia sobre esta entidad está ligada a la suspensión de pagos de Llanera, que mantiene créditos con Bancaja por 120 millones de euros (92 con la matriz y el resto con el Banco de Valencia).- (EPI)
El retraso en los cumplimientos crediticios de las empresas del ladrillo, que todavía es mayor en el resto de cajas de ahorros españolas, contrasta con un leve descenso de la morosidad de los particulares, especialmente en la CAM.
A pesar de la subida del precio del dinero, la puntualidad en el pago de los préstamos bancarios por los ciudadanos mejoró en el tercer trimestre del año, más en la CAM que en Bancaja. La primera pasó de una morosidad del 1,04% en septiembre de 2006 al 1% en el mismo periodo de este año.
En la práctica, los datos reflejan que el compromiso de los impositores con las cajas que les han prestado dinero es mayor que el de las sociedades promotoras, que recurren a aplazamientos en la devolución de préstamo al descender la venta de pisos.
Según la información remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Bancaja registró hasta septiembre un índice de mora entre mercantiles y particulares del 0,66%, lo que representa un incremento del 24% de un año a otro. A diferencia de Caja Mediterráneo, la entidad valenciana viene observando desde hace meses que el repunte de los tipos afecta por igual tanto a las economías pequeñas como a las grandes. Los saldos clasificados en mora y las provisiones para afrontar este escenario ascienden, respectivamente, a 532 y 1.507 millones de euros.
La mayor incidencia sobre esta entidad está ligada a la suspensión de pagos de Llanera, que mantiene créditos con Bancaja por 120 millones de euros (92 con la matriz y el resto con el Banco de Valencia).- (EPI)
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