Así lo ha advertido Wang Zhiguang, vicepresidente de la Asociación de la Industria Juguetera de Dongguan, localidad de la provincia de Cantón (sur) donde se concentra el 60% de la producción juguetera china (país que fabrica, a su vez, el 70% de los juguetes del mundo).
"De las más de 3.800 empresas que hay en Dongguan, no más de 2.000 tienen posibilidades de sobrevivir en los próximos dos años", afirma Wang, que apunta como motivos principales al encarecimiento de las materias primas, la recesión económica y el debilitamiento del dólar.
Los datos de la asociación muestran que, desde 2006, los costes de producción de estas empresas han crecido un 60%, mientras que el valor de sus productos tan sólo lo ha hecho en un 10%.
Además, las exportaciones de las compañías asentadas en Dongguan han caído un 1,5% (hasta los 550 millones de dólares) la primera caída en los últimos tres años.
Uno de los propietarios de una fábrica de Dongguan señaló, en declaraciones al diario, que uno de los principales problemas es que la región ha dependido, de forma excesiva en los encargos de Estados Unidos y Europa. "La crisis financiera ha conducido de forma directa a la caída de los pedidos", confirmó.
"Además, después de las retiradas de productos chinos en 2007, la UE y Estados Unidos cambiaron los estándares para los juguetes chinos, y los costes de los controles de calidad han subido un 25%", explicó.
La delicada situación por la que está pasando la industria juguetera en Dongguan ha convertido en tema ineludible este mes, después de que la compañía Smart Union dejara en la calle a 7.000 trabajadores, que habían dejado de cobrar sus sueldos en verano.
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