MADRID.- "La corrupción, que llega arriba del todo, hasta los hermanos de Buteflika [presidente argelino, de 73 años], alcanza nuevos máximos e interfiere con el desarrollo económico". Bernard Bajolet, embajador de Francia en Argelia (2006-2008), hizo este comentario hace dos años a su homólogo y amigo de EE UU, Robert Ford, con el que coincidió años atrás en Bagdad, según 'El País'.
Los cables enviados en esos años por la Embajada de EE UU en Argel al Departamento de Estado trasladan no solo el punto de vista de los diplomáticos norteamericanos, también el de Bajolet, gran conocedor de Argelia y que ahora es el coordinador de los servicios secretos franceses.
Francia es el país occidental que mantiene la relación más estrecha, aunque a veces algo tirante, con Argelia, y es también el que cuenta en ese país con el mayor despliegue diplomático. De ahí el interés del análisis de Bajolet que coincide, a grandes rasgos, con el de Ford.
Ambos trazan un panorama sombrío del país más poblado del Magreb y principal potencia económica regional, a tan solo 130 kilómetros de la costa de Almería. Argelia es además el primer proveedor energético de España.
Argelia no tiene nada que envidiar a sus vecinos en materia de corrupción, pero su sistema político es diferente al de Marruecos, no solo porque es una república, sino porque el poder no está en manos del jefe del Estado, sino que lo comparte con un Ejército que, a veces, propina golpes bajos a los civiles propensos a relegarle a un segundo plano. Esa dualidad del poder genera "una especie de inmovilismo", según Bajolet.
"La relación entre los servicios de seguridad y Abdelaziz Buteflika sigue siendo delicada", reconoce el embajador francés. Y eso que el propio Buteflika recalcó, al recibir hace un año al general William Ward, jefe del mando del Pentágono para África: "Ahora los militares obedecen a los civiles".
No solo no obedecen, sino que recurren al juego sucio contra él. A principios de año, el presidente y siete directores de Sonatrach, el gigante argelino de los hidrocarburos, fueron destituidos tras ser investigados por corrupción por el DRS, el servicio secreto militar .
Las fuentes que maneja EE UU creen que "el DRS llevó a cabo la investigación para enviar un mensaje a Buteflika de que debe dar a los familiares de los principales generales una mayor porción de la tarta económica o que el clan occidental [originario de la provincia de Tlemcen] de Buteflika debe devolver algo de poder a los militares o que simplemente las autoridades han de otorgar a los militares una mayor influencia entre bambalinas", escribe el embajador en febrero de este año.
La publicación, en el diario El Khabar, en septiembre de 2007, de un artículo en el que se implicaba a dos (Said y Abdelghani) de los tres hermanos de Buteflika en el escándalo de corrupción del banco Khalifa no pudo efectuarse "sin el tácito estímulo y la promesa de protección (...) del servicio de inteligencia". Si ambos hermanos son "auténticos rapaces", las embajadas en Argel no creen, en cambio, que el presidente sea "especialmente corrupto".
La prensa se atreve incluso a presentar a los colaboradores de Buteklika, casi todos originarios de Tlemcen, como "el clan de Tikrit", en alusión al grupo que rodeó al dictador iraquí Sadam Hussein, todos ellos originarios de la misma ciudad.
La "figura clave en garantizar el control y la supervivencia del régimen" es el general Toufik Mediene, jefe del temible DRS. "Es consciente del problema" de la corrupción. Al recibir a uno de sus interlocutores "hizo un gesto silencioso hacia el retrato de Buteflika colgado encima de sus cabezas e indicó que el alcance del fenómeno llegaba hasta arriba".
Mediane "reconoce que la salud de Buteflika [fue operado en París en noviembre de 2005] no va bien y la de Argelia tampoco". Pero para intentar cambiar el rumbo "debe de recibir algún tipo de garantía de que la alternativa política es viable y que no va a desestabilizar el país".
De la información que le trasladan sus numerosas fuentes, el embajador Ford sacó la conclusión, en diciembre de 2007 , de que "el régimen argelino parece más frágil que nunca, asolado por su falta de visión, con un nivel sin precedentes de corrupción y ruido de fondo sobre las divisiones en las filas de los militares".
Al mes siguiente, el francés Bajolet expresó la misma opinión ante Ford. "El Gobierno francés está preocupado porque Argelia se encamina gradualmente hacia una mayor inestabilidad, pero no ve alternativa a Buteflika", que entonces se preparaba a modificar la Constitución y presentarse a las presidenciales de abril de 2009. Seguirá de presidente hasta 2014.
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