VALENCIA.- La nueva documentación entregada a las defensas dentro del caso Erial tiene la documentación de las empresas fantasma en el extranjero (offshore), que presuntamente fueron creadas para mover el dinero B del expresidente de la Comunitat Valenciana Eduardo Zaplana.
El Molt Honorable está investigado por blanquear cerca de 11 millones
de euros presuntamente procedentes del amaño de dos contratos a favor de
la familia Cotino.
Junto a la documentación, a la que ha tenido acceso Valencia Plaza,
las defensas también han recibido los vídeos y los audios originales de
las escuchas telefónicas autorizadas por la magistrada a los
considerados testaferros. Entre los vídeos destaca el realizado en un
céntrico hotel de Madrid donde Zaplana se reunió con la persona que
supuestamente le creó las dos empresas fantasmas en Uruguay, Fernando Washington Belhot. En el vídeo se puede ver a Zaplana y a Belhot hablando tranquilamente al fondo de la imagen.
Eduardo
Zaplana conoció a quien años después sería pieza clave en su caída a
través de otro expresidente autonómico, en este caso el expresidente de
Madrid, Ignacio González, íntimo amigo del expresidente valenciano.
Las 'offshore'
Belhot,
una vez cerró supuestamente el trato con Zaplana para hacerse cargo del
dinero B, decidió abrir dos empresas pantallas, mundialmente conocidas
como empresas offshore, en Uruguay. Este tipo de empresas
sirven para todo tipo de negocios opacos, pero principalmente para
blanquear dinero y o esconderlo del fisco.
La
empresa presuntamente creada para el blanqueo, Disfey, abrió una cuenta
en Suiza para canalizar el total de los activos y poder manejarlos. En
el año 2013 empezó a llegar el dinero desde diferentes sociedades. Así
entraron 1,5 millones primero, luego tres, 1.750.000 euros y, por
último, 1.705.000, totalizando los 7.955.000 euros que el testaferro
explicó que manejaba.
Según la versión
de Belhot, esos fondos se comenzaron a administrar "haciendo inversiones
en distintos activos financieros" de las que Zaplana era "informado
puntualmente", unas tres o cuatro veces por año. Esa rendición de
cuentas anual "se hacía de forma verbal porque Zaplana nunca quiso tener
constancia por escrito".
En el caso de
las empresas asociadas a Eduardo Zaplana, además de Disfey, también se
creó Misnely, ambas fundadas con un capital social de 85.000 pesos
uruguayos la primera y tres millones la segunda. Es decir, costaron
2.000 y 72.000 euros respectivamente. Expertos en estas empresas
consultados por este periódico explicaron que el precio de 2.000 euros
es lo normal en este tipo de empresas, pero que 75.000 euros es
demasiado dinero para una offshore.
Sin
embargo, las dos fueron creadas al mismo tiempo y por 100 años, y ambas
salían siempre el mismo día en el Diario Oficial que recoge la
constitución y cambio de las sociedades mercantiles. Obviamente, nunca
apareció la persona vinculada a esas empresas, ya que detrás de ellas, y
de cara al estado, estaba el abogado uruguayo Belhot, pero quien
realmente era el dueño del dinero de las cuentas, según la UCO y la
propia declaración jurada de Belhot, era Eduardo Zaplana.
En cuanto al
objeto social, como siempre en este tipo de empresas pantalla abiertas
en países que obligan a poner un objeto social, en Panamá por ejemplo no
hay que hacerlo, se utilizan todo tipo de actividades. Esto queda
reflejado en la página del Diario Oficial donde las empresas de Zaplana
tienen los mismos objetos sociales que las demás offshore que aparecen y que nada tienen que ver con el expresidente.
El dinero, si era suyo, lo ha perdido
Entre
las actividades que aparecen, encontramos algunas tan extrañas como
comercializar pesca, espectáculos, tabaco, química, productos de bazar,
obras de ingeniería, vestimenta o productos veterinarios o de cosmética
entre otros muchos. También se podía dedicar a importaciones,
operaciones inmobiliarias o a la construcción. Precisamente es con esta
última ocupación, la de la construcción, con la que cada año salía que
la empresa seguí viva y funcionando.
Ambas empresas pantallas fueron dos offshore
que lo único que construyeron fue, a juicio policial, un perfecto
entramado de blanqueo que, de no ser por la confesión de Belhot,
hubieran permanecido con los supuestos millones de euros del
expresidente en sus cuentas. Pero Belhot fue listo y decidió no solo
cantar, sino abrir esas cuentas a la Justicia generando un problema muy
grave para el dueño del dinero.
Zaplana
siempre ha negado que ese dinero fuera suyo, con lo que ahora no hay
nadie que, en caso de archivo de la causa, pueda reclamarlo. Así, la
victoria para el fiscal Anticorrupción y la magistrada instructora ha
llegado incluso antes de que se juzgue la causa. Ese dinero es dinero
sucio, nadie reconoce ser su dueño ni lo reclama. Por lo tanto, y tras
una jugada jurídica maestra, su nuevo propietario es y será el Estado
español, salvo que alguien quiera reconocer que blanqueó dinero, algo
muy improbable.
'Caso Erial'
Zaplana
pasó ocho meses en prisión tras ser detenido el 22 de mayo de 2018 como
presunto cabecilla de una trama que, supuestamente, cobró cerca de 11
millones de euros en dinero B de varios contratos con la administración
mientras él estuvo al frente de la Generalitat (1995-2002).
En el caso Erial
se investiga, entre otras actuaciones, el presunto cobro de comisiones
derivadas de la concesión de las Inspecciones Técnicas de Vehículos
(ITV), realizadas en 1997 durante la gestión de Zaplana al frente de la
Generalitat, y del Plan Eólico de la Comunitat Valenciana, puesto en
marcha en 2003. La Fiscalía Anticorrupción, la magistrada y la Guardia
Civil rastrearon el supuesto blanqueo de casi once millones de euros en
comisiones ilegales recibidas presuntamente por la adjudicación de los
citados contratos públicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario