ELCHE.- La guerra por el control de la firma ilicitana Kelme se recrudece. La apuesta definitiva del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), dependiente de la Generalitat –que tutela la empresa desde 2002 tras evitar su quiebra– para apoyar al consejero delegado de la compañía, Benjamín Clarí, en su estrategia de desalojar a los hermanos Quiles de la propiedad resulta ya incuestionable.
De hecho, el plan es que un fondo de capital riesgo sea quien entre como inversor y permita a la marca de la garra abrir una nueva etapa. Sin embargo, los aún propietarios no lo van a poner fácil. Diego Quiles ha presentado una demanda ante el Juzgado de lo Mercantil para pedir la nulidad de su cese y estudia querellarse contra Clarí.
La paciencia se ha agotado en el Consell con los dueños de la compañía de calzado y material deportivo Kelme. El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) ha decidido acabar con la situación de bloqueo existente en la empresa de Elche y ha reforzado la autoridad del consejero delegado, Benjamín Clarí, presidente también desde la semana pasada, para que lleve adelante su plan para sacar fuera a los propietarios de las acciones, los hermanos Quiles. El objetivo es que en el plazo de unas semanas se pueda anunciar la entrada de un fondo de capital riesgo.
Pepe y Diego Quiles, que tienen un 49% de acciones cada uno, junto a su hermana, que tiene el 2% restante, pueden tener los días contados en la compañía, si sale adelante la iniciativa de Clarí para provocar la entrada de un nuevo inversor. El proceso ya ha comenzado. En concreto, el primer paso fue el anuncio del cese de Diego Quiles como presidente y consejero.
Sin embargo, los fundadores están dispuestos a resistir y evitar su desalojo. Así, el propio Diego Quiles abandonó su posición de silencio y emitió un comunicado para aclarar las noticias referidas a su cese como presidente del consejo de administración de la entidad Industrias del Calzado y Prendas Deportivas, S.L., nombre de la sociedad que posee la marca Kelme. Antes, el pasado domingo, fue su hermano Pepe quien criticó el modo y la forma en que se habían producido los hechos.
En primer lugar, respecto al cese de su cargo, Diego manifestó que “no estando conforme con dicho acuerdo de la Junta General, ya que se incumple lo establecido en el documento obligacional suscrito entre el Instituto Valenciano de Finanzas y la familia Quiles, se ha interpuesto por parte de mis abogados la oportuna demanda ante el Juzgado de lo Mercantil para declarar la nulidad de dicho acuerdo por parte de la Junta General”.
En segundo lugar, continúa el mayor de los Quiles, “ante la prohibición, por parte de Benjamín Clarí, de tener acceso a las instalaciones de Kelme, habiendo cambiado las cerraduras y dando instrucciones expresas a un guardia de seguridad de prohibirme la entrada, indicar que mis abogados están estudiando iniciar una querella contra él o cualquier persona que pudiera resultar responsable, por un presunto delito de coacciones”.
En cualquier caso, Diego concluye su exposición reiterando “el interés de la familia, en buscar una solución negociada al asunto, dado que nuestro objetivo es la continuidad de la marca y de todos los trabajadores y colaboradores que la hacen posible”. Eso sí, también advierte de que “espero que por el bien de la empresa, los trabajadores y sus familias, se respeten los acuerdos firmados y se llegue a una solución que suponga la firme viabilidad y continuidad de Kelme”.
En cualquier caso, la estrategia para llevar al ostracismo a los fundadores se fundamenta, según revelan fuentes del IVF, en las propias condiciones del acuerdo de tutelaje aceptadas por los Quiles, cuando en 2002 se evitó el cierre con una operación avalística de un crédito de 9 millones de euros, con el objetivo de conseguir liquidez para mantener operativa la firma, además de renegociar con otras entidades financieras otros 14,4 millones de euros de deuda.
Desde entonces, quien de verdad manda en Kelme es el Instituto de Finanzas, que ha sido ahora cuando ha decidido tomar la iniciativa para sacar del letargo a la empresa.
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3 comentarios:
De fuera vendrán que de casa te echarán, debe de estar pensando Diego Quiles desde que el consejo de administración de la empresa que fundó hace 30 años, Kelme, decidió hace unas semanas destituirle como presidente y consejero, «sin darme ninguna explicación», según afirma el propio empresario. Ahora ha decidido emprender acciones legales contra tal decisión y por la prohibición de acceder a las instalaciones del grupo, en el Parque Industrial, donde incluso han cambiado las cerraduras para impedirle el acceso.
La pasada semana, la mercantil Industrias del Calzado y Prendas Deportivas SA, propietaria de Kelme, emitía un comunicado en el que informaba del acuerdo adoptado por la junta general de destituir al presidente y fundador de la firma, Diego Quiles, y su sustitución por Benjamín Clarí Oltra, hasta entonces consejero delegado.
Ayer, el empresario ilicitano difundió un comunicado en el que expresa su disconformidad con esta decisión, «ya que incumple lo establecido en el documento obligacional suscrito entre el Instituto Valenciano de Finanzas y la familia Quiles», cuando en el 2002 dicho organismo, dependiente de la Generalitat, tomó el control de la empresa tras una inyección económica de nueve millones de euros. Añade que se ha interpuesto una demanda ante el juzgado de lo Mercantil en la que se pide la nulidad de dicho acuerdo.
Diego Quiles añade en el comunicado que «ante la prohibición por parte de D. Benjamín Clarí de tener acceso a las instalaciones de Kelme, habiendo cambiado las cerraduras y dando instrucciones expresas a un guardia de seguridad de prohibirme la entrada», sus abogados están estudiando presentar una querella contra el nuevo presidente «o cualquier persona que pudiera resultar responsable, por un presunto delito de coacciones».
Quiles también expresa su sorpresa por las noticias aparecidas sobre la oferta realizada por un grupo empresarial para comprar el grupo Kelme -que sigue siendo propiedad de la familia Quiles-, señala que «es cuanto menos extraño que existiendo una propuesta de compra entregada al IVF el 21 de octubre de 2006, que haría viable la continuidad del citado grupo y, como consecuencia de ello, de todos los puestos de trabajo, no se le haya dado respuesta hasta el día de hoy».
Reitera el interés de la familia Quiles por buscar una solución negociada al asunto, «dado que nuestro objetivo es la continuidad de la marca y de todos los trabajadores y colaboradores que la hacen posible», y reclama que se respeten los acuerdos firmados.
Apartado
En manifestación a La Verdad, Diego Quiles apunta directamente a Clarí como causante de esta situación. «Desde el convenio del 2002 a mí y a mi hermano Pepe nos apartaron y ya no teníamos poder ejecutivo en la empresa. Pasó a manos del consejero delegado nombrado por la conselleria, pero yo seguía viniendo todos los días y los dos responsables que ha habido me consultaban decisiones, les acompañaba a los bancos... Continuaba acudiendo al consejo de administración y a al comité de seguimiento».
Situación que cambió con la llegada en noviembre de Clarí, que llegaba de presidir Adidas Iberia. «Tenía otra forma de ver las cosas -señala Quiles-. Me apartó de todo, convocó un consejo para destituirme, sin decirme nada ni darme ninguna explicación, y cambió las cerraduras para que no pudiera entrar a ninguna dependencia».
Diego Quiles tiene claro el objetivo de esta forma de actuar. «No quieren que continuemos y están presionándonos para que vendamos las acciones. La empresa sigue en una situación económica delicada y tiene que tomar otra dirección. Están viendo quien puede hacerse cargo. A nosotros sólo nos han hablado de un grupo inversor, no sabemos nada más».
Diego Quiles señala que «son negocios y como tal hay que tomárselo. Estamos abiertos a un acuerdo porque tenemos que pensar en que los trabajadores y la empresa puedan continuar. Kelme es una marca muy reconocida y tiene futuro».
Afirma que aunque las formas empleadas les han molestado, y por ese motivo recurren a los tribunales, también sabe que les quedan pocas opciones. «Es una decisión que deben tomar ellos, y cuanto antes se resuelva, mejor para todos».
De "La Verdad"
Los terrenos que posee Kelme en la partida de Aguamarga, entre Alicante y Elche, serán la tabla de salvación para la empresa fundada por los Quiles. La Generalitat, que tutela la compañía, confía en la buena voluntad de todas las partes, principalmente de Pepe y Diego Quiles, para alcanzar un acuerdo que permita la adquisición de sus acciones. Sin embargo, la tensión entre la Administración autonómica y la familia es latente, tras el cese en la presidencia y la posterior demanda judicial presentada contra esta decisión.
El plan diseñado por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), junto al consejero delegado de la compañía, Benjamín Clarí, para reflotar Industrias del Calzado y Prendas Deportivas (Incadesa), nombre oficial de la sociedad, contempla un acuerdo a varias bandas para poder vender a los Ayuntamiento de Alicante y Elche, los cerca de dos millones de metros cuadrados que la mercantil posee junto a Urbanova, para de esa forma obtener liquidez para sanear la enorme deuda acumulada y poder indemnizar la salida de la familia propietaria.
La finca, como solución
El valor económico de esta finca es todavía objeto de análisis, puesto que se trata de un terreno rústico y clasificado como espacio protegido, por lo que no cabe la posibilidad de especular con él como suelo urbanizable, de ahí que la única forma de sacarle rentabilidad es a través de una adquisición para fines públicos, tal como se plantea. De esa forma, si se podrían obtener unos ingresos imprescindibles.
De hecho, el alcalde alicantino, Luis Díaz Alperi, según reconocen en el IVF, ha dado el visto bueno para la compra del suelo ubicado en su termino municipal –800.000 metros cuadrados–, dónde pondría eb marcha un viejo proyecto de reserva ecológica y equipamientos. La operación se financiaría tanto con dinero, como con la entrega de otros terrenos urbanizables en las nuevas zonas que ordenará el futuro PGOU. En cuanto al Ayuntamiento ilicitano, también se espera su compromiso para poder llevar a cabo una operación similar que permita a Kelme elevar los ingresos.
Opción de Francisco Borja
Sin embargo, tampoco se puede obviar la existencia de otro obstáculo, que es el hecho de que los Quiles otorgaron una opción de compra por los terrenos de Aguamarga al empresario ilicitano, Francisco Borja (Reebok España), que antes les había apoyado con un préstamo, por lo que cualquier iniciativa para rentabilizar la venta del suelo obligaría a indemnizarle. No obstante, en el IVF están convencidos de su colaboración para buscar soluciones.
Eso sí, la estrategia diseñada sólo se llevaría a cabo con el visto bueno de los Quiles, a quienes se garantiza liberarles de todas las cargas –avales, hipotecas–, además de pagarles una parte porcentual del dinero sobrante, una vez queden cubiertas las deudas y se deje a la sociedad en una situación equilibrada.
El problema estriba en que los hermanos, que son dueños del 100% de la sociedad, aunque sus acciones estén pignoradas, están presionando para conseguir el máximo posible a la hora de dar el visto bueno a su abandono de la compañía. Lo que sucede es que ellos también deben ser conscientes de que están en situación de debilidad para exigir.
Con todo, el escenario inmediato que se contempla para la marca de la garra pasa ya por otras manos diferentes a la de la familia, ya que sus miembros carecen de liquidez para seguir y se encuentra atados de pies y manos a lo que decida el IVF. Los Quiles son conscientes de que su tiempo se ha acabado.
Y es que Benjamín Clarí, un ejecutivo con una larga experiencia en el sector, ex presidente de Adidas en España, tiene muy claro –tras cinco meses en Kelme– que para poder garantizar su viabilidad es necesario avanzar en una mayor profesionalización de la firma, sin el lastre de la familia, por lo que su solución pasa definitivamente por la entrada de fondos de capital riesgo. Entonces se contará con la aportación de recursos económicos suficientes para poder afrontar estrategias más ambiciosas de marketing y posicionamiento en los mercados.
De "Las Provincias"
La entrada del nuevo inversor de capital riesgo en la firma ilicitana Kelme pasa por tener unas cuentas saneadas y para ello, como informó ayer este diario, resulta decisiva la venta de la finca que la empresa posee en la partida rural de Aguamarga. El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que tutela a la compañía desde 2002, estima que los ingresos que se podrían obtener por la parcela de 2 millones de metros cuadrados de suelo, podrían alcanzar los 60 millones de euros, lo que permitiría levantar hipotecas, pagar a la familia Quiles y garantizar la viabilidad del proyecto.
En este momento, la deuda total de Industrias del Calzado y Prendas Deportivas (Incadesa), denominación mercantil de la marca de la garra, supera los 47 millones de euros, una cantidad muy superior a la que siempre han reconocido sus gestores. La estrategia del IVF, dependiente de la Generalitat, es que con la venta de los terrenos a los ayuntamientos de Alicante y Elche, se consiga la liquidez necesaria para que ese volumen de pérdidas se reduzca a una cantidad asumible para su gestión, que se situaría entre 15 y 17 millones de euros.
Hay que tener en cuenta que la compañía, con una facturación por debajo de los 30 millones de euros, carece de riñón financiero para mantener su actividad frente al actual nivel de endeudamiento. Por ello, es imprescindible dicha operación inmobiliaria para poder reducir las cargas que oprimen a Kelme y facilitar la llegada de inversores que inyecten dinero al proyecto.
Los millones de Borja
Eso sí, la negociación para desarrollar esta estrategia tiene que pasar inexorablemente por el visto bueno de otro empresario ilicitano, Francisco Borja (Reebok España), quien mantiene una opción de compra por los terrenos y que tendrá que ser compensado, además de recuperar los cerca de 7 millones de euros que en su momento prestó a Kelme.
El fondo de capital riesgo Tirant, promovido por el Consell y que cuenta con el respaldo de numerosas cajas y bancos, principalmente CAM y Bancaja, se mantiene como la principal opción para adquirir las acciones de Pepe y Diego Quiles –48% cada uno– y el 2% restante de su hermana Josefa. Además, cuenta con la ventaja de que su origen despierta más simpatías.
No obstante, no es la única oferta presentada, ya que como reconocen en el propio IVF, también ha mostrado mucho interés un grupo alemán que cotiza en bolsa, por lo que tampoco se descarta que pudieran participar ambas entidades. Quien parece tener escasas posibilidades ya es el empresario murciano, Evedasto Lifante, a no ser que presente una última oferta irrechazable.
En cualquier caso, sea quien sea el nuevo propietario de Kelme, la realidad es que asumirá una sociedad más profesionalizada y sin estar supeditada al particular modelo organizativo creado por los Quiles.
De "Las Provincias"
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