ORIHUELA.- La Diócesis de Orihuela-Alicante contará a partir del sábado 4 octubre con 9 nuevos diáconos, que serán ordenados en Callosa de Segura. Son ocho que emprenderán el camino previo al sacerdocio trabajando en parroquias de la provincia, y también será ordenado un diácono permanente que se pondrá al servicio de la Iglesia de Orihuela-Alicante desde su condición de cristiano casado.
Para los ochos seminaristas que serán ordenados, comenzará así su última etapa hacia la que será su nueva vida tras estos meses “de prácticas pastorales”, el sacerdocio. Todos ellos abandonarán los horarios y las clases en el Seminario para enfrentarse al que será, de ahora en adelante, su día a día. La lucha diaria en la parroquia, el contacto con la gente, los proyectos pastorales…
Sus edades oscilan entre los 23 y los 36 años y proceden de localidades alicantinas diferentes, pero prácticamente todos ellos tienen algo en común: fueron monaguillos en sus respectivas parroquias cuando eran pequeños y afrontan esta nueva etapa con los nervios y la ilusión propia de quien ve su sueño hecho realidad.
La singularidad es la de un ilicitano que stá casado, es padre y entre sus principales prioridades está la de adquirir un mayor compromiso cristiano con la Iglesia de Orihuela-Alicante. Es por ello que será ordenado Diácono Permanente por el Obispo Diocesano, monseñor Rafael Palmero.
Se ha valorado de él la madurez humana y cristiana, el amor a la Iglesia, la actitud de servicio y entrega pastoral, la capacidad de diálogo con las personas y su compromiso con los problemas del mundo.
El pasado mes de diciembre, por primera vez en la historia de la Diócesis de Orihuela-Alicante, ya eran ordenados Diáconos Permanentes tres cristianos casados.
Diácono es una palabra que proviene del griego y significa “servidor”. Su misión principal consiste en asistir al Obispo y a los sacerdotes ayudándoles en la predicación del Evangelio y en el servicio a los más pobres.
El diácono es un clérigo que ha recibido el primer grado del sacramento del orden. Los diáconos, a diferencia de los presbíteros (los sacerdotes) ni celebran la Eucaristía (aunque ayudan a dar la comunión), ni confiesan a los fieles. Sí pueden administrar el sacramento del Bautismo y del Matrimonio, celebrar exequias y llevar la comunión a los enfermos.
La posibilidad de instauración en la Diócesis de Orihuela-Alicante del diaconado permanente fue aprobada el 4 de marzo de 2000.
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