MADRID.- Los cooperantes españoles secuestrados hace diez días en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia) están vivos. Así lo confirmó en las últimas horas un mediador a la agencia de noticias francesa AFP. Esta fuente confirmó que la madrileña Ainhoa Fernández de Rincón, el mallorquín, Enric Gonyalons y la italiana Rosella Urru, se encuentran en manos del grupo terrorista de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
El mediador aseguró que los secuestradores informarán próximamente de las demandas que condicionarán la liberación de los cooperantes. Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores aseguraron que los miembros de una célula diplomática creada especialmente para este tipo de secuestros mantuvieron hoy una reunión para buscar una solución a la liberación de los cooperantes que se encuentran retenidos en el desierto del norte de Mali, según confirmó el ministro de Exteriores marroquí, Fissi Fihri .
"Los combatientes de AQMI que fueron a los campos de refugiados del Polisario a participar en la operación de secuestro no estaban armados. Tenían cómplices en los campos, miembros y simpatizantes de AQMI, que proporcionaron las armas y se identificaron a los rehenes para su captura", dijo la fuente a la AFP. Fuentes policiales aseguran que el autor del secuestro es Moktar Belmokhtar, miembro del AQMI, que también dirigió el secuestro de otros tres cooperantes españoles en Mauritania.
Hasta ayer, el Gobierno español no había confirmado que Al Qaeda estuviera detrás del secuestro. De hecho, salvo las declaraciones que el mediador pone en boca de secuestradores del AQMI, esta organización no se ha atribuído públicamente la autoría del secuestro. Algunos expertos apuntan a que este tipo de secuestros suelen ser efectuados por grupos independientes del AQMI, que venden a esta organización a sus víctimas.
Mokhtar Belmokhtar fue también el responsable del secuestro de tres cooperantes catalanes el pasado año en Mauritania. El gobierno no tiene indicios de colaboración de "elementos saharauis" en el rapto del pasado sábado en los campos de refugiados de Rabuni , en la provincia argelina de Tinduf.
Moktar Belmoktar, al que el gobierno español sitúa tras el rapto, es uno de los comandantes más importantes de la rama magrebí de Al Qaeda, pero es considerado también uno de los menos sanguinarios. Un jefe que jamás ha ejecutado a ninguno de los rehenes bajo su custodia. Es por tanto un claro mal menor en un caso realmente extremo.
Según han confirmado fuentes del Gobierno, existen pruebas solventes de que varios miembros del grupo armado (Katiba) que dirige Belkmoktar, participaron el secuestro perpetrado el pasado sábado.
Según estas mismas fuentes, los terroristas retendrían a los cooperantes raptados en Tinduf en zona maliense, tal y como hicieron el pasado año con los tres cooperantes catalanes de la ONG Acció Solidaria, Albert Villalta, Roque Pascual y Alicia Gámez.
La experiencia adquirida durante aquel secuestro, hace que el "modus operandi" de la Katiba de Belkmotar sea ya bien conocido por las autoridades españolas. Secuestros largos (Villalta y Pascual fueron liberados tras más de nueve meses de cautiverio) y con un claro objetivo "económico". Una reivindicación que tarda en llegar y que suele ir acompañada de una primera prueba de vida.
El gobierno confía también en que al igual que ocurrió en el caso de la cooperante catalana Alicia Gámez, el grupo de Belmokhtar libere antes a Ainhoa Fernández de Rincón y a su compañera italiana por ser mujeres.
A pesar de que uno de los representantes del frente Polisario en España no descartaba el martes que existieran "traidores saharauis" implicados en rapto, fuentes del Gobierno aseguran que de momento no se tiene ningún indicio sólido que apunte a la participación de "elementos saharauis" en el secuestro.
Los cooperantes españoles pertenecen a dos ONG especializadas en la ayuda a los refugiados del Sáhara Occidental. Fernández es miembro de la Asociación Extremeña de Amigos del Pueblo Saharaui y Gonyalons trabaja en la ONG vasca Mundubat (un mundo en euskera). La italiana Rosella Urru trabaja en el Comité de Cooperación Italiano para la Liberación de los Pueblos y llegó hace tres años a los campamentos de refugiados saharauis.
El rapato se produjo a medianoche del pasado 22 de octubre, cuando la la veintena de cooperantes que trabajan en Rabuni, en los campamentos del suroeste de Argelia, se encontraban ya descansando. En el forcejeo con los captores Gonyalons resultó herido leve y uno de los guardias del campamento fue herido de bala.
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