MADRID.-La banca española sigue buscando cómo
mejorar su rentabilidad y reducir costes en un entorno prolongado de
bajos tipos de interés, y a falta de que se produzcan fusiones en el
sector, entidades como Liberbank, Deutsche Bank y Novo Banco anuncian
nuevos ajustes de plantilla.
Aunque se trate de
entidades de pequeño tamaño, estos nuevos ajustes evidencian que el
sector financiero no da por cerrada la reestructuración. Según los
últimos datos del Banco de España, en una década se han destruido unos
95.000 empleos en la banca.
El sindicato CCOO elevó esa cifra por encima de los
112.000 empleos, lo que supone un 41,41 % de la plantilla que había en
el sector financiero español en 2008.
Y está claro
que esa cifra seguirá creciendo, por que ahora para empezar habrá que
sumar los ajustes que prevén acometer Liberbank -fruto de la fusión de
Cajastur-Banco CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura-, Deutsche Bank y
Novo Banco.
En el caso del banco alemán, la entidad
anunció que despedirá a unos 18.000 trabajadores en todo el mundo, sin
embargo, en un principio España no se veía afectada por ese ajuste.
Pero ahora, según han explicado fuentes sindicales, la entidad
prevé reducir la plantilla en España en unos 40 trabajadores (más de una
docena serían despidos y el resto, prejubilados).
Asimismo, el banco quiere cerrar doce oficinas, ubicadas en Soria,
Teruel, Huesca, Palencia, Manresa, Marbella, Madrid y Barcelona, entre
otras zonas geográficas de España.
A este proceso
también se suma el nuevo ajuste que quiere llevar a cabo Liberbank, que
ha convocado a los sindicatos para mañana, 23 de octubre, para negociar
un nuevo ERE, tras el que entró en vigor en junio de 2017 y expira en
diciembre de este año.
El pasado viernes, la
dirección del banco informó a los sindicatos de su intención de
modificar de forma sustancial las condiciones de trabajo, movilidad
geográfica e inaplicación de convenio previsto en los artículos 40, 41 y
82.3 del Estatuto de los Trabajadores.
Igualmente, el portugués Novo Banco prevé acometer un nuevo ajuste que afectará a la plantilla de España.
Novo Banco, que nació en agosto de 2014 tras la caída del Banco
Espírito Santo (BES), fue recapitalizado entonces con 4.900 millones de
euros.
El año pasado, el 75 % de la entidad fue
vendida al fondo estadounidense Lone Star, mientras el Estado portugués
mantuvo el 25 % restante a través del Fondo de Resolución, un organismo
público financiado con aportaciones de los bancos lusos.
Tras su creación, ya solicitó otras dos inyecciones de capital -792
millones de euros derivados de las pérdidas de 2017 y otros 1.149
millones por las de 2018- y está previsto que necesite pedir más dinero.
De la misma manera, dentro del sector financiero, el fondo Apollo ha
anunciado su intención de acometer un ERE en Evo Finance "profundo y de
calado".
Fuentes del Comité de Empresa explicaron que el fondo todavía no ha cifrado el impacto que tendrá el ERE en
la plantilla de la entidad, que ya había denunciado la incertidumbre
sobre su futuro después de que hace un año Apollo vendiera a Bankinter
el negocio de Evo Banco en España.
Los anuncios de
nuevos ajustes de plantilla se producen en un momento en el que tanto el
Banco Central Europeo (BCE) como otras instituciones en España ven
inevitable un nuevo proceso de concentración en el sector bancario.
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