MURCIA.- La ministra de Transición Ecológica,
Teresa Ribera, vuelve a agitar el fantasma de la caducidad del trasvase
Tajo-Segura. En una entrevista publicada hoy por El País la titular de Medio
Ambiente del Gobierno de Pedro Sánchez defiende que las aportaciones de
caudales entre cuencas deben ser "algo extraordinario" y pone en duda
la existencia de cuenca defitarias, lo que ha sembrado la alarma entre
los regantes.
El
presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto, Lucas
Jiménez, espera reunirse lo antes posible con la ministra y con los
altos cargos del Gobierno que tomaron posesión la semana pasada para
invitarles a visitar los regadíos de la cuenca.
Lucas Jiménez recuerda
también que la existencia del déficit del Segura está recogida en los
Planes de cuenca y resalta que se trata de "documentos técnicos", que
deben ser tenidos en cuenta por el Ministerio.
Ocho
años después de que el Congreso de los Diputados paralizara las
pretensiones de Castilla-La Mancha de poner fecha de caducidad al
Acueducto, la nueva ministra reabre un debate que se saldó con el
aumento del caudal mínimo para trasvasar caudales del Tajo al Segura de
240 a 400 hectómetros cúbicos.
Teresa Ribera sostiene que "algo extraordinario, como los trasvases, no se puede convertir en ordinario".
En
concreto, a la pregunta de si pondrá fecha de caducidad al trasvase del
Tajo al Segura, afirma que las aportaciones extraordinarias "deben ser
eso", y ha recordado que "durante muchos años hemos tenido delante el
mito del déficit hídrico, cuando en realidad no hay cuencas deficitarias
ni excedentarias, porque cada cuenca tiene lo propio de cada una".
La
ministra ha reconocido que "puede ser que en algún momento se necesite
un apoyo extraordinario, pero hay que dimensionar las cosas y que no
pase a ser la regla: lo extraordinario no se puede convertir en
ordinario, que todos los meses o todos los años tengamos que hacerlo".
"Eso
plantea problemas muy serios en cuanto al caudal ecológico, de calidad
del recurso", según la ministra, quien asegura que "claro que tenemos
que garantizar un acceso a agua potable para consumo humano en las
regiones más secas, y pensar en cuáles son las necesidades para otros
usos industriales y económicos".
Sin
embargo, en ese caso, puntualiza que "las soluciones tienen que ser
distintas, más eficientes y hay que partir de una premisa fundamental". A
su juicio, "no podemos pensar en una política de agua basada en aquello
que se demande se tiene que ofertar".
"No
tiene sentido pensar en que vamos a impulsar macrodesarrollos
urbanísticos o grandes explotaciones de regadío porque, aunque no haya
agua, ya nos la darán", ha aclarado.
Al
ser preguntada por el Pacto Nacional del Agua que emprendió el anterior
Gobierno, incluyendo negociaciones entre PP y PSOE, la ministra no
renuncia a buscar lo mismo. "Me encantaría y me comprometo a
intentarlo", ha garantizado.
Ha
considerado que el anterior Gobierno "trabajó en muchos temas de agua",
y "algunos pueden formar parte de elementos que se ofrezcan para el
pacto del agua".
Sin embargo, añade, "repasando los 30 últimos años de
nuestra historia, por no remontarnos más atrás, uno se da cuenta de lo
que nos cuesta como país, como sociedad, entender la trascendencia que
tiene este recurso y la trascendencia que tiene ponerse de acuerdo en
cómo utilizarlo".
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