MADRID.- Casi diez millones de personas están teletrabajando actualmente en
España, sin que haya apenas ninguna regulación al respecto. En el último
decreto sobre el estado de alarma el Gobierno sigue pidiendo dar
preferencia al teletrabajo en todas las actividades que se pueda,
llevando a millones de trabajadores y trabajadoras a una situación
novedosa, sin regular y sin dar facilidades de ningún tipo, se escribe en un reportaje de Público.
Los sindicatos llevan años clamando por una regulación para que se
incorpore esta forma de trabajo a los convenios colectivo, pero hasta
ahora apenas hay un ordenamiento al respecto, y todo se basa en la
improvisación y el voluntarismo de los trabajadores y de las empresas.
Es por ello, que desde los sindicatos se quiere exigir ya al Gobierno
una negociación para regular por ley el teletrabajo, porque consideran
que lo que hay ahora en los convenios y en la legislación actual “es
totalmente insuficiente”, según fuentes de la UGT.
Dicha fuentes quieren hacer un llamamiento urgente al Gobierno para que,
una vez finalice la crisis sanitaria, se comience a regular el
teletrabajo de una forma más exhaustiva, para que esa regulación se
traslade e impulse la inclusión del tema, también en los convenios
colectivos, sean sectoriales o de empresa.
Por su parte, desde el Ministerio de Trabajo aseguran a Público que el objetivo es trabajar en esta legislación "cuanto antes",
aunque de momento no se atreven a anticipar fechas, pero insisten en
que el trabajo a distancia debe realizarse garantizando el cumplimiento
de los derechos laborales.
Una primera propuesta
El sindicato UGT ya está trabajando en una primera propuesta en la
que se contempla, entre otras cosas, fijar claramente que el teletrabajo
no es una prestación de plena disposición sin límites de tiempo, sino
un modo de organización del trabajo que debe desarrollarse respetando la
regulación de la jornada laboral.
Por ello, exigen que se regule que todas las personas
teletrabajadoras, sin distinción por sector, puesto de trabajo o
situación contractual, tengan derecho a la desconexión digital, porque
han advertido “el aumento exponencial en el número de horas de trabajo
efectivo a distancia, sobrepasando los máximos establecidos en leyes y
convenios colectivos".
Además, también quiere recordar que el teletrabajo no está exento de
riesgos laborales, destacando principalmente de tipo ergonómico y
psicosocial.
En este sentido, se ha detectado ya que los trabajadores y
trabajadoras pueden verse afectados por la sobrecarga de información y
de trabajo, aumento del ritmo de trabajo o la exigencia de inmediatez en
las respuestas, todos estos factores de riesgo pueden derivar en
patologías relacionadas con el llamado tecnoestrés laboral.
En este sentido indican que la conectividad constante permitida por
el uso de internet, smartphones, tablets, etc., no permite que los
trabajadores puedan desconectar, “y esto impide su recuperación tanto
psíquica como física ya que su jornada laboral se ve alargada".
De momento, UGT conmina a las empresas a respetar las leyes vigentes,
que les obligan a proteger la salud mental de sus empleados ante las
posibles consecuencias de una sobreexposición al trabajo remoto y una
ultraconectividad intrusiva y continuada, como a respetar los tiempos
máximos de jornada y los descansos reglamentarios.
Pero, además, quiere que este respeto a los derechos de las personas
teletrabajadoras, es igualmente aplicable al resto de dimensiones de la
relación laboral, como las horas extraordinarias, el abono de los
complementos salariales y un largo etcétera.
UGT planteará que en la nueva regulación también se clarifiquen cómo
deben soportarse los gastos inherentes a este tipo de prestación, la
formación y todos aquellos aspectos relacionados con la relación laboral
en la modalidad de teletrabajo, tales como la voluntariedad o la
reversibilidad, entre otros elementos.
En este sentido señalan que la empresa tiene que resarcir los gastos
inherentes a esta forma de trabajo, porque es constatable que el
teletrabajo está produciendo en los hogares un incremento del consumo de
determinados suministros como el agua, la electricidad o el gas, entre
otros.
Todo ello es lo que se quiere llevar y negociar en una nueva mesa de
diálogo social, también con los empresarios, pero de forma urgente, ya
que todo indica que al menos una buena parte del crecimiento explosivo
que el teletrabajo ha experimentado en estos últimos dos meses, ha
llegado para quedarse, y que serán muchas las empresas que cotinúen
utilizando esta forma de desarrollo de la prestación laboral más allá de
esta pandemia.
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