La entrada del nuevo obispo en la capital de la Diócesis está prevista para el 12 de febrero próximo y al día siguiente, el 13, será presentado en la Concatedral de San Nicolás, de Alicante. Munilla será el obispo número 38 del episcopologio oriolano.
El nuevo nombramiento del todavía responsable de la diócesis de San Sebastián, José Ignacio Munilla, se hacía público el 7 de diciembre, por la Nunciatura Apostólica a la Conferencia Episcopal Española.
Munilla nació en San Sebastián el 13 de noviembre de 1961 e inició los estudios eclesiásticos en el seminario mayor de Toledo, continuándolos en San Sebastián, donde fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1986 y donde desarrolló su ministerio sacerdotal.
Obtuvo la licenciatura en Teología, especialización en Espiritualidad, en la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos. El 24 de junio de 2006 fue nombrado obispo de Palencia y recibió la ordenación episcopal el 10 de septiembre de ese mismo año.
El 21 de noviembre de 2009 fue nombrado por el Papa Benedicto XVI obispo de San Sebastián.
La intrahistoria
Alicante es una plaza, desde luego, alejada del lustre y el protagonismo que otorga la capital vasca. Toda una victoria para los socios separatistas y proetarras de Sánchez que veían en Munilla, un defensor de las víctimas del terrorismo y crítico del separatismo y el feminismo radical, a un obispo molesto para sus intereses secesionistas.
Fuentes consultadas por OKDIARIO confirman que la salida de Munilla «permitirá hacer hueco para colocar a un obispo cercano a las tesis nacionalistas de los socios de Sánchez como se hizo en Bilbao colocando a Joseba Segura», quien defendió retirar de los oficios eclesiásticos al párroco de Lemona por decir que ETA «no era terrorismo» como informó OKDIARIO.
Estas mismas fuentes sugieren que detrás de este movimiento del Vaticano estaría la mano del sacerdote jesuita y rector del Seminario Pontificio de Comillas, Germán Arana, muy próximo al Papa Francisco.
Munilla era el sucesor de monseñor Uriarte, mediador con ETA, y bien visto por el nacionalismo, que recibió al ahora obispo de Orihuela-Alicante con duras críticas, especialmente por parte del PNV y el entorno proetarra. Siempre se le ha achacado un carácter conservador y próximo al PP.
El relevo de Munilla, de hecho, se puede interpretar como una más de las concesiones a los socios vascos de Pedro Sánchez, tanto en lo que se refiere al PNV como a los proetarras encabezados por Arnaldo Otegi. Su marcha también será saludada con toda seguridad por las feministas, con las que mantuvo varias polémicas muy enconadas.
El nombramiento del actual responsable de la Diócesis de San Sebastián ha sido hecho público esta semana por la Nunciatura Apostólica en España a la Conferencia Episcopal Española. El cambio forma parte de una serie de movimientos que van a terminar por renovar casi todos las cabeceras de la Iglesia española.
Despedida en febrero
Munilla era obispo de San Sebastián desde 2010 y sustituirá al frente de la Diócesis de Orihuela-Alicante a monseñor Jesús Murgui Soriano, que ostentaba el cargo desde 2012. El 12 de febrero tendrá lugar el acto oficial de toma de posesión y hasta entonces ejercerá de administrador de la Diócesis de San Sebastián.
Previamente, el 6 de febrero celebrará, «como despedida», una Eucaristía de ‘Acción de gracias" en la Catedral del Buen Pastor de la capital guipuzcoana. «Acojo con paz, gratitud y confianza la nueva encomienda que la Iglesia me hace, al tiempo que le doy gracias a Dios por estos 12 años como obispo de San Sebastián», ha afirmado.
Munilla ha señalado que «da mucha paz el hecho de acoger en obediencia apostólica la llamada de la Iglesia, si bien es cierto que la Iglesia es sinodal, como estamos reflexionando en este momento, la Iglesia es al mismo tiempo apostólica y jerárquica y ese principio nos preserva del peligro de diseñar la vida eclesial desde nuestras estrategias personales».
Por ello ha explicado que acoge «con obediencia gozosa la nueva encomienda» que pone en sus manos el Santo Padre y agradece «la confianza» depositada en él «inmerecidamente».
Asimismo, ha animado a los fieles guipuzcoanos a «vivir con ese mismo espíritu de confianza eclesial, que en última instancia es confianza en Dios más allá de las mediaciones humanas», esta decisión, al tiempo que se ha mostrado convencido de que «el Santo Padre buscará el mejor de los relevos posibles para el pastoreo» de la Diócesis de San Sebastián.
En rueda de prensa en la sede del Obispado en el Seminario de San Sebastián, Munilla, tras rezar como cada mediodía el Ángelus, ha dado cuenta de que el Papa Francisco le ha nombrado, desde este martes, obispo de Orihuela-Alicante. Hasta que se nombre al nuevo prelado donostiarra ejercerá de administrador de la Diócesis.
Munilla llega precedido de multitud de polémicas por su perfil ultraconservador, homófobo y antifeminista, amplificado por su carácter mediático, ya que tiene página web propia con 70.000 seguidores y un programa de radio, es activo en las redes sociales y ha acudido como contertulio a programas de televisión, según el diario alicantino Información.
El religioso, convencido de que la homosexualidad es una "enfermedad" que se puede curar con terapias, llegó a asegurar en 2010 en un programa de ETB1 que él había ayudado a "sanar" a al menos tres personas gais.
Munilla también ha tenido tiempo para hablar sobre los escándalos y casos de pederastia destapados dentro de la Iglesia, de los que explica que "fue porque se colaron sacerdotes homosexuales".
Por otro lado, para Munilla el divorcio es "inmoral" porque un hijo tiene "derecho a tener padre y madre". También considera que lo es todo proceso relacionado con la fecundación in vitro.
Sobre la adopción de niños por parte de parejas homosexuales, el obispo afirma que es "una forma de presión" que ejercen "para ser reconocidos en la sociedad con plena equiparación" y añade que "los experimentos se hacen con gaseosa, no con niños".
También ha llegado a aseverar que "pocas personas se atreven a decir que el sistema de pensiones no es sostenible si no se reactiva la natalidad",
Munilla es coautor, junto a Begoña Ruiz Pereda, del libro "Sexo con alma y cuerpo", donde tacha la masturbación de "violencia sobre el cuerpo, porque pretende arrancarle el placer, sin vivir a cambio la verdad del amor que le da sentido".
Viene a poner orden
Munilla no fue la primera opción de Roma para relevar a Murgui, aunque se le considera el perfil idóneo para cumplir el mandato encomendado. Tiene aún 60 años, con trayectoria por delante para consolidarse (llevaba diez en su anterior destino); es un reputado teólogo y se le atribuye 'mano dura'.
Quizá demasiada, especialmente en la defensa de algunos preceptos morales conservadores (famosas son sus polémicas con la homosexualidad, el feminismo o el aborto), pero Roma entiende que es lo que toca para devolver el orden a Orihuela-Alicante.
Porque Munilla no llega por casualidad a Alicante. El nuevo obispo de la Diócesis, que tomará posesión en febrero de 2022, tiene por delante el reto de 'limpiar' una gestión económica bajo sospecha, desde que salieron a la luz las presuntas prácticas del anterior ecónomo, Francisco Martínez, en la venta de patrimonio de la Iglesia.
Unas prácticas desveladas en enero de este año por Alicante Plaza y que han terminado en una investigación judicial que sigue su curso. A Martínez lo acusan varios promotores y consultores inmobiliarios de imponer el pago de comisiones en negro a través de un testaferro para cerrar las operaciones.
Teniendo en cuenta que Murgui cumplía la edad canónica de jubilación en abril, en Roma se estaba trabajando en su relevo. Sin embargo, según fuentes conocedoras de la operación, hasta tres candidatos se mostraron reacios a asumir el Obispado de Orihuela-Alicante al ser sondeados.
Finalmente se optó por Munilla, con un movimiento que se lee en dos direcciones: la Iglesia no solo releva a Murgui en Alicante, sino que aleja al controvertido obispo de San Sebastián, donde las polémicas (en este caso, ideológicas) también le persiguen.
En su despedida, un Murgui muy emocionado ha asegurado que ha disfrutado como obispo "aunque he pasado lo mío, pero estoy muy orgulloso".
Tras confesarse enamorado de Alicante, que es "la millor terreta del món", ha defendido que la Diócesis está "muy viva" y "en perfecta armonía" con la provincia, ya que es "de las zonas de Europa más acogedoras" y "una región muy creativa".
Nueve años después de su nombramiento, Murgui
buscará una solución "mixta" para su desempeño, ya que la pandemia
complica su anhelo de ir de misión a Perú, según la crónica de Alicante Plaza.
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